Tres juegos para volverse todo un experto con la baraja

18 de Abr, 2020

En cuarentena la búsqueda de actividades nos lleva a opciones sofisticadas como los videojuegos, servicios de streaming o redes sociales, pero a veces se nos olvida regresar a los básicos del entretenimiento, incluso en el caso de los juegos de mesa algunos se han tornado complejos o con dinámicas enredadas y no propias para toda la familia. Las cartas es uno de los artículos estigmatizados “es de viejitos” dirán algunos pero un juego de cartas puede dar muchas horas de entretenimiento entre amigos e integrantes de una familia así que te daremos cinco juegos para jugar en grupo o incluso solo.

Conquián

Tal vez encuentres que hay variantes de este juego, pero mientras algunas personas se confunden, esas variantes permite adaptarlo a la cantidad de personas presentes pero sobre todo, se adapta para jugarlo con baraja española o baraja inglesa. Las reglas son sencillas en su versión mexicana y más popular, a cada jugador se le reparten nueve cartas y debe formar tercias (cartas del mismo mismo valor numérico) o corridas (tres o más cartas con la misma figura en número consecutivo) y ganará quien baje todas sus cartas primero. . ¡Lo mejor también hay conquián online!

El Relojito

Este es otro juego que gustará a todos y sólo se requiere una baraja española y todo el mazo será repartido entre los jugadores sin que ellos vean qué cartas recibieron. En orden de las manecillas del reloj empezando por el jugador que no repartió, el resto pondrán una de sus cartas diciendo en voz alta el orden de la baraja,  “As, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo y rey” (si nuestra baraja cuenta con ochos y nueves, también tendrán que decirse).Si al poner la carta coincide el número de la carta con lo dicho y el siguiente jugador se da cuenta, se quedará con las cartas acumuladas. Si el siguiente jugador no se da cuenta, será él quien se quede con las cartas. El perdedor será el jugador con el el mayor número de cartas.

La Corrida

Este juego es ideal porque es tan sencillo que se pueden incluir niños en las partidas. La técnica consiste en que cada participante tenga una carta y sólo él conocerá su valor. La primera persona a la izquierda de quien repartió mirará qué carta le ha tocado y decidirá si se la queda o si le pide al jugador también a su izquierda la suya para intentar conseguir una de mayor valor. Si otro jugador quiere cambiar su carta siempre hay que aceptar, excepto si se tiene un rey que, en ese caso, ya se será el ganador por tener el valor más alto. Cuando el turno llegue al que ha repartido, este no puede intercambiar con nadie, pero sí podrá levantar una carta del mazo si así lo decide. Cuando todos los participantes hayan intercambiado, o no, todos los jugadores deberán mostrar sus cartas y ganará quien tenga el valor mayor.