Tony Iommi y el accidente que creó el sonido del Metal

Luego que el guitarrista zurdo perdió parte de los dedos de la mano derecha, tuvo que crear un sistema que la permitiera seguir tocando; sin pensarlo creó el sonido del Metal

Los dedos para un guitarrista son las llaves que abren puertas hacia otras dimensiones; Tony Iommi perdió parte de los suyos antes de fundar Black Sabbath, la banda que con su estilo musical sentó las bases de ese interminable árbol genealógico conocido como Metal.

El músico nació en Birmingham, Reino Unido, una provincia golpeada con fuerza durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente por los bombardeos del Ejército Republicano Irlandés; era un clima depresivo y hostil, cuya única manera de sobrevivir era trabajando como obrero.

A los 17 años, Iommi laboraba en una fábrica empujando placas de metal para ser comprimidas por una prensa. Sin embargo, en su último día de trabajo, antes de salir de gira con una banda local, parte de la mano derecha del músico quedó atrapada bajo el inmenso peso de la maquinaria.

“Mientras que empujaba el metal en un máquina, me cayó sobre los dedos, ¡bang! Saqué el brazo y cuando lo sacaba, halé los extremos de mis dedos. Fui con varios doctores y ‘dijeron tus días de guitarrista han terminado’, yo estaba destrozado”, narró el músico años después.

Un amigo de Iommi le contó sobre Django Reinhart, un guitarrista de jazz que perdió la movilidad en varios dedos durante un incendio, sin embargo, inventó un sistema de digitación que le permitió seguir tocando; fue así que el británico comenzó a experimentar con algunas prótesis.

“Entonces pensé, qué pasará si me hago una puntas, una especie de algo que cubra mis dedos”, pensó Iommi, quien fundió y moldeó tapas de botellas para usarlas como prótesis. El experimentó funcionó, pero aún había un problema; las cuerdas de guitarra eran demasiado duras.  

Iommi consiguió cuerdas de banjo, las cuales son más ligeras. Paso siguiente, bajó la afinación de su guitarra para poder tocar con sus nuevas extremidades. Al bajar el tono del instrumento, el británico consiguió un estilo más profundo y oscuro; sin pensarlo había creado el sonido del Metal.

El estilo conseguido por Iommi, combinado con su gusto por el blues y el rock and roll, dieron como resultado una manera de tocar sin precedentes. Una vez que el músico fundó Black Sabbath, conocida originalmente como Earth, este sonido comenzó a invadir el mundo.

La siniestra guitarra de Iommi, la anormal voz de Ozzy Osbourne, la manera salvaje de tocar la batería de Bill Ward y las oscuras letras del bajista Geezer Butler, crearon una banda diametralmente opuesta a la cultura hippie de la década de los 70.

El mejor ejemplo de este sonido aparece en la canción Black Sabbath, en la cual Iommi mezcló su sonido con la quinta disminuida, un intervalo conocido como Diabolus in Musica y prohibido durante el medievo, pues se le consideraba imperfecto, por lo tanto alejado de Dios.

Pero Iommi no sólo es el responsable del sonido del Metal, sino también de la manera de interpretarlo, pues no se conformaba con rasgar las cuerdas de manera rítmica, sino que creó progresiones que dieron como resultado algunos de los mejores riffs del género.

Iommi ha sido por excelencia arquitecto de riffs pesados y profundos, por ejemplo, en canciones como N.IB, Iron Man, War Pigs, Paranoid, Children of the Grave, Sabbath Bloody Sabbath, Into the Void, The Wizard, Electric Funeral y Heaven and Hell, entre muchas otras.

El accidente de Iommi puede ser considerado irónico o poético, pues justo después de perder parte de los dedos en una prensa de metal, el guitarrista creó el sonido del género que sería inmortalizado bajo el mismo nombre.

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