Todo por un juego

Dicen que la vida es como una rueda de la fortuna: “todo lo que sube baja”. Y cuando el ascenso es súbito, el golpe de la caída suele ser duro. 

Esto es precisamente lo que le sucedió a Ed Carter, director de la compañía estadounidense de juegos de mesa Cambridge Games Factory. Carter requería de 21 mil dólares en la plataforma de crowdfunding Kickstarter para producir una edición de colección del juego de cartas “Glory to Rome”.

"En medio del infierno, hubo muchas ocasiones en las que desee nunca haber lanzado la campaña. Pero considerando hasta dónde ha llegado, aprendí cosas. Y el juego en sí es hermoso”
Ed Carter Consultor independiente

Dicen que la vida es como una rueda de la fortuna: “todo lo que sube baja”. Y cuando el ascenso es súbito, el golpe de la caída suele ser duro. 

Esto es precisamente lo que le sucedió a Ed Carter, director de la compañía estadounidense de juegos de mesa Cambridge Games Factory. Carter requería de 21 mil dólares en la plataforma de crowdfunding Kickstarter para producir una edición de colección del juego de cartas “Glory to Rome”.

El éxito fue tal, que a los 21 días de haber concluido el periodo de financiación, en 2011, el proyecto había recaudado 73 mil 102 dólares gracias a los fondos de más de mil 600 personas que apostaron por la idea del también consultor. Pero esto solo fue el inicio de una serie de errores que llevaron el negocio directamente al fracaso. 

Carter ofreció envíos gratuitos a sus patrocinadores, cortó intermediarios y optó por dirigirse con un productor chino.  Al poco tiempo, la persona que estaba a la cabeza de las operaciones –y que hablaba chino– renunció. Tampoco advirtió a quienes cargaban las cajas de los juegos sobre la fragilidad del producto. Entonces “Glory to Rome” llegaba destrozado a su destino. 

Encima, según el sitio The Verge, la compañía que Carter contrató estaba realizando recortes. 

No solo se quedó sin empleo, sus únicos ahorros los había invertido en el juego de cartas, lo que le costó entre 100 y 120 mil dólares. Sin dinero y lleno de deudas, Carter dejó de pagar la hipoteca de una casa que tenía a las afueras de Boston.  

Actualmente, Ed Carter tiene trabajo y está por mandar los últimos envíos de “Glory to Rome” y con el entusiasmo que le quedó considera volver a entrar a la jugada “(…) porque el mundo corporativo es uno de los mejores juegos que se han inventado”.