El sexo en adultos mayores; ¿El deseo también envejece?

De acuerdo con especialistas existe una diferencia entre lo que le pasa a nuestros órganos y la conducta sexual. Mientras los primeros envejecen con la edad, nuestro deseo no tanto

El envejecimiento es un proceso que afecta a todo el cuerpo en general. Pero sí existe una diferencia entre lo que le pasa a nuestros órganos y la conducta sexual. Mientras los primeros envejecen con la edad, nuestro deseo no tanto.

De acuerdo con información del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, cerca de 10 por ciento de la población envejece de forma saludable, es decir, sin enfermedades que deterioren su cuerpo. Por lo que una gran parte de la población varonil está vulnerable ante padecimientos que afectan su vida sexual, como la disfunción eréctil.

El deseo sexual y la vejez

El deseo sexual se produce en dos áreas del cerebro: la amígdala cerebral y áreas de la corteza. Cuando alguna de las dos se altera a causa de un tumor, por ejemplo, hiperactiva o inhibe la conducta sexual.

En una situación normal, en los hombres a partir de los 45 los niveles de testosterona baja y con ello el deseo. Caso contrario en las mujeres, pues una vez que desaparece la menopausia (alrededor de los 50 años) se ha descrito que existe un ligero incremento en el deseo sexual que vuelve a disminuir después de los 65.

No tener relaciones sexuales cuando el deseo existe puede producir alteraciones a un nivel psicológico, no fisiológico. Sin embargo, el estrés, la angustia y la depresión son estados de ánimo frecuentes en personas adultas porque aún tienen deseo sexual pero no pueden consumarlo.

Los problemas del deseo sexual y cómo combatirlos

Para el doctor Víctor Rodríguez Molina, del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es frecuente el problema de erección para los adultos no por el envejecimiento propiamente sino por otras enfermedades como la diabetes, la obesidad y la hipertensión.

El especialista señala que una dieta rica en grasas, obesidad y una vida sedentaria provocan que el exceso de colesterol se deposite en nuestro sistema vascular creando los llamados ateromas: lesiones focalizadas en las capas internas de las arterias y que dificultan la circulación sanguínea necesaria para la erección.

En el caso de un envejecimiento sano, los hombres pueden seguir teniendo relaciones sexuales de forma funcional aunque no tan intensa, ya que la erección del hombre de más de 50 es menos firme, debido a que los vasos sanguíneos no son tan elásticos como antes, y los músculos son menos potentes.

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En el caso de las mujeres: “uno de los principales factores que van a alterar el funcionamiento de sus órganos sexuales es la menopausia que se da después de los 45 años, lo que provoca una disminución en la función de los ovarios y la producción de estrógenos y con ello llega una baja producción del moco vaginal. Su ausencia se traduce en molestias a la hora de la penetración”.

Rodríguez Molina asegura que la disminución de los estrógenos en las mujeres es radical: de los 25 a los 35 años de edad se da la mayor producción de estrógenos pero esto va decayendo de tal forma que una mujer de 55 años conserva sólo entre 20 y 30 por ciento de esa producción hormonal. Los niveles nunca llegan a cero pero si son más bajos ya en las ancianas.

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