“Roma”, y cómo Alfonso Cuarón disfruta y triunfa al hacer cine diferente

La ola expansiva que está generando la nueva cinta de Alfonso Cuarón tiene prendados a los mexicanos tanto por su éxito en el extranjero, como por el inesperado estreno limitado este fin de semana en el país, siendo elogiada por encima de “Gravedad” y consagrándolo como un maestro del cine internacional

Vinieron los créditos y la lluvia de aplausos circundó Venecia, siete minutos sin parar fue el baño del éxito que se le entregó a Alfonso Cuarón durante el recién inaugurado Festival Internacional de Cine, donde cabe recordar que el año pasado ganó “La forma del agua” de Guillermo del toro, con la máxima presea del León de Oro.

“Siete minutos de ovación de pie para Roma de @alfonsocuaron, en Venecia. Porque es una chingona obra maestra, para decirlo sin rodeos #RomaCuaron”, esto fue lo que pronunció la escritora Valeria Luiselli en Twitter cuando recién ocurrió el momento al acabar la cinta.

Y como quien es tomado desprevenido, “Roma” también madrugó en cines independientes mexicanos desde el 25 de agosto de forma muy discreta e inesperada, jugada viral que funcionó ya que a menos de una hora de anunciadas las funciones estas se agotaron.

Cuarón está cambiando no solo la manera de hacer cine, sino de impulsar el cine y es que esta movida madrugadora de exhibir su película sin previo aviso es también una estrategia por parte de Netflix y los productores para hacerse colar hasta el Oscar, ya que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS por sus siglas en inglés) requiere de que las películas sean vistas en salas del séptimo arte sino, estas no pueden competir por la estatuilla dorada.

Además el realizador mexicano no teme al formato de la pantalla chica, a él como muchos otros artistas del país, le importa que el cine se vea y sea accesible, en el caso de México es bien sabido que ir al cine es un lujo, pero Netflix ya es una plaga que lleva conquistando hogares en esta nación desde hace 7 años.

Lo que la crítica ha resaltado del octavo filme de Cuarón es que cuestiona la mexicanidad, ya que él hace tributo a las mujeres y sobretodo a aquellas que deciden abandonar su nicho indígena por cuidar a los hijos ajenos en las grandes urbes, traspasando cualquier barrera de piel, lenguaje o identidad.

“Es a través de ese entorno que aparece en los planos como conocemos la realidad política, social y económica de México, un contexto que se repitió en muchos otros países de América Latina. Eran los ecos del mayo francés, los estudiantes se manifestaban pidiendo más derechos, más reparto de la riqueza; pero los gobiernos no querían protestas. De ahí la formación de los Halcones, niños sin futuro de las barriadas entrenados, con la CIA de fondo, para masacrar a los manifestantes. Entraban hasta en los hospitales y en las tiendas a matar a bocajarro a los estudiantes, como vemos en una de las escenas más impactantes de Roma”, describen a profundidad las periodistas Pepa Blanes y María Guerra de Cadena Ser quienes apreciaron la cinta desde Venecia.

Ahora solo faltan unos escalones más de éxito para Cuarón antes de sí llegar a las salas comerciales convencionales (en algún punto a final del año), ya que sigue su paso por el Festival Internacional de Cine de Toronto, Nueva York para después estar el 14 de diciembre en Netflix y también si es que será el segundo año consecutivo para talentos mexicanos en Venecia al llevarse el León de Oro a casa.

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