El proyecto Gran Acuífero Maya, que cuenta con el apoyo de distintos organismos, como el INAH, la UNAM, la National Geographic Society y el Aspen Institute México. Foto: Especial

Proyecto Gran Acuífero Maya revela secretos de Chichén Itzá y su colapso

Las exploraciones del proyecto encabezado por el arqueólogo Guillermo de Anda Alaníz han encontrado huellas de las posibles causas de sequías que hicieron colapsar a Chichén Itzá. Buscan inscripción en lista de la UNESCO y nombrar a Quintana Roo como Santuario mundial de los estromatolitos vivos

La península de Yucatán esconde en su vasta geografía decenas de cuevas subterráneas y cuerpos de agua que, además de múltiples vestigios arqueológicos, resguardan valiosa información geológica sobre los microorganismos más antiguos en la tierra, así como las huellas de las posibles causas de deforestación y sequías que afectaron a los mayas de Chichén Itzá hacia el siglo XI, cuando la ciudad colapsó.

Estos son algunos de los descubrimientos más recientes que ha hecho el equipo del Gran Acuífero Maya (GAM), encabezado por el arqueólogo subacuático Guillermo de Anda Alaníz y conformado por un equipo multidisciplinario de especialistas dedicados a registrar y analizar la riqueza cultural y natural del mundo subterráneo en esa región del país. Su importancia es tal que ya se trabaja en el expediente para que la UNESCO lo inscriba como Bien Mixto en la Lista de Patrimonio Mundial.

La extensión de este sistema de cuevas y cenotes sumergidos aún se desconoce y su exploración tomará todavía muchos años, pero en cada espacio documentado los especialistas están encontrando cada vez más pistas para entender a los antiguos mayas. Es el caso de Chichén Itzá, en donde, en su periplo por hallar una entrada al cenote ubicado debajo de la pirámide de Kukulkán, el proyecto GAM ha encontrado algunas cuevas que fueron realizadas por manos humanas, conocidas como sascaberas o minas de sascab, una tierra blanca caliza con la que se producía estuco.

En entrevista con Reporte Índigo a propósito de la publicación del libro Exploraciones del mundo subterráneo. Un acercamiento al Gran Acuífero Maya, De Anda Alaníz explica que para la obtención de estuco se necesita mucho calor o fuego, para lo cual se requiere mucha leña, por eso se piensa que esa producción en el Clásico Terminal (siglo XI) “pudo haber tenido un papel importante en la deforestación con su consecuencia hacia un cambio climático que provocó grandes sequías”.

Y es que, según las exploraciones que el arqueólogo y su equipo han realizado en los cenotes de Chichén Itzá, principalmente en uno llamado Holtún, donde han encontrado diversas ofrendas dedicadas a propiciar la lluvia y la fertilidad, el colapso de esa ciudad pudo haber sido consecuencia de prolongados y recurrentes periodos de sequías en el siglo XI.

De acuerdo con el también explorador de National Geographic, esas sascaberas que casi siempre se encuentran a cielo abierto, en Chichén Itzá han sido localizadas en cuevas y contienen rasgos muy particulares que están aportando nuevos datos para armar el rompecabezas de este sitio maya. Las interpretaciones más recientes de esas minas se darán a conocer en un segundo volumen del libro que se publicará pronto, adelantó.

Los seres más antiguos de la Tierra

Otra de las valiosas fuentes de información que atiende el Proyecto GAM está en Quintana Roo. Se trata de las lagunas de Bacalar, de Chichankanab, de Chunyaxché y la laguna Azul de Señor, donde los investigadores han identificado estromatolitos, que son  la evidencia de vida más antigua que se conoce en la Tierra.

En México hay otros sitios que albergan estos microorganismos, como Cuatro Ciénegas en Coahuila, pero la particularidad de estas colonias halladas por el biólogo Arturo Bayona Miramontes es que son de agua dulce y sobreviven en un rico ecosistema. Según este investigador, esos estromatolitos pudieron haberse formado durante o después de la última desglaciación, hace unos 12 o 13 mil años.

“Él ha estado descubriendo nuevas formas de manifestación de estos elementos, algunos de ellos están incluso en simbiosis con almejas, hay una gran concentración y diversidad de formas”, comenta por su parte De Anda Alaníz.

Por eso, explica, desde el proyecto GAM han dirigido al gobierno del estado la propuesta de nombrar a Quintana Roo, Santuario mundial de los estromatolitos vivos.  “Se hizo una declaración, el gobierno del estado empezó a apoyar, hubo cambio sexenal, pero se está buscando que se dé esta declaración”, comentó el arqueólogo.

El proyecto Gran Acuífero Maya, que cuenta con el apoyo de distintos organismos, como el INAH, la UNAM, la National Geographic Society y el Aspen Institute México, también trabaja desde hace unos años en el expediente para que la UNESCO inscriba a ese sistema subterráneo como Bien Mixto en la Lista de Patrimonio Mundial.

“Por instrucciones del director del INAH, hemos estado desde hace tres años haciendo un registro para tratar de tener los primeros pasos que se necesitan para la inscripción ante la UNESCO”
Guillermo de Anda AlanízArqueólogo

Ese trabajo, dijo, se está realizando en colaboración con la oficina de Patrimonio Mundial del INAH.

Durante la presentación del volumen Exploraciones del mundo subterráneo, la tarde del martes en el Castillo de Chapultepec, el director del INAH, Diego Prieto, también se refirió a la importancia de obtener la declaratoria de la UNESCO para este sistema, ya que, dijo, “este patrimonio hídrico, geológico, paleontológico, arqueológico y cultural, en el sentido más amplio, tiene que comprometernos a todos”.

Sin información de daños por Tren Maya

En el evento el funcionario insistió en que el instituto está comprometido con la preservación de este patrimonio que en los últimos años ha estado en el centro del debate debido a los posibles daños que le causará la construcción del Tren Maya. Esa discusión, consideró, “corresponde a disyuntivas y tensiones que acompañan la historia del INAH desde su surgimiento hace 84 años”, en un momento de mucha incertidumbre y en el que se buscaba compaginar el progreso con el cuidado del patrimonio cultural.

Sobre posibles daños que esta obra de infraestructura está teniendo directamente en el Gran Acuífero Maya, De Anda Alaníz comentó que, por ahora, es difícil decir si hay daños o no, ya que no han explorado los sitios subterráneos por donde pasa la ruta del tren. “En los últimos dos años hemos estado muy involucrados en la zona de Yucatán, en Chichén Itzá, donde el tren pasa lejos, por eso no te puedo dar una información certera de eso”, declaró.

Publicación reveladora

  • El libro Exploraciones del mundo subterráneo. Un acercamiento al Gran Acuífero Maya reúne nueve artículos sobre los hallazgos del proyecto.
  • Es coeditado por el Aspen Institute México (AIM) y la UNAM.
  • La información de cada capítulo se podrá consultar de manera libre en la página: granacuiferomaya.org
  • Preparan un segundo volumen que saldrá a la luz próximamente.
Te puede interesar