Por el pasado y el futuro

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene una nueva misión: mantener sus Zonas Arqueológicas más limpias a través de su “Programa de Renovación de Mobiliario y Manejo de Desechos”.

La iniciativa consiste en abastecer a los 187 sitios históricos administrados por el INAH con 3 mil cestos nuevos para la basura. Los botes estarán diseñados de manera que convivan con el ecosistema en el que se encuentran.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene una nueva misión: mantener sus Zonas Arqueológicas más limpias a través de su “Programa de Renovación de Mobiliario y Manejo de Desechos”.

La iniciativa consiste en abastecer a los 187 sitios históricos administrados por el INAH con 3 mil cestos nuevos para la basura. Los botes estarán diseñados de manera que convivan con el ecosistema en el que se encuentran.

Según un comunicado en el sitio del INAH, estos contenedores tienen forma cilíndrica y paredes rectas con la finalidad de parecerse a los troncos de los árboles, y una cubierta en forma de domo para evitar el acceso de agua o fauna. Además, las paredes de los cestos tendrán una textura especial.

“Los ‘troncos’ tienen espinas, cortezas o cáscaras y son formas predominantes en el entorno de los espacios patrimoniales, que son diversos, pues los hay en el desierto, en la selva o el bosque, e incluso en contextos urbanos”, explica Antonio Huitrón, director de Operación de Sitios del INAH. “Estas formas se integran de mejor manera al medio natural en donde se encuentran los elementos patrimoniales”.

Además, se fomentará la separación de los residuos según su origen, con la ayuda de cestos pintados en dos colores distintos: verdes para los desechos orgánicos y arena para los inorgánicos.

“Cada uno de los equipamientos cuenta con un número de serie asignado, con él podremos hacer un seguimiento de las condiciones en las que se encuentran, lo que nos ayudará a instrumentar un mecanismo sistemático para su renovación”, afirma Huitrón.

El programa también contempla la optimización del transporte de la basura. De acuerdo al comunicado, el manejo de los residuos generados por el público es “un reto en común que comparte (sic) la mayoría de las zonas arqueológicas y que incide en su operación”.

Para mejorar este proceso, se invirtió en 300 contenedores y 100 transportadores para los residuos a lo largo de todo el país.

“Pareciera que el tema de un bote de basura es trivial, pero en el manejo de un espacio patrimonial, en donde los valores culturales y el medio ambiente son aspectos que se protegen y se conservan, debemos ser responsables”, dice el director de Operación. 

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