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Ni asesinos, macabros

Los payasos están sentados, no han abierto el telón, no actuarán y tampoco darán un show. 

 

Dentro del restaurante, en lo que parece ser el escenario donde toca la banda principal, hay una plataforma y como todos unos artistas ellos están arriba. 

 

No hay payasos rateros, ni asesinos, pero entiendo que debido a aquellas personas que usan nuestra profesión para lastimar a los demás y hundirse en su propia miseria, la palabra ha cobrado nuevos significados” 
TotoMéxico
https://youtu.be/NNlcDJrK5YQ

Los payasos están sentados, no han abierto el telón, no actuarán y tampoco darán un show. 

 

Dentro del restaurante, en lo que parece ser el escenario donde toca la banda principal, hay una plataforma y como todos unos artistas ellos están arriba. 

 

Estamos en la XXI Convención Internacional de Payasos, que se celebra en la Ciudad de México.Mientras se maquillan hablan sobre un fenómeno que les causa enojo: los payasos asesinos.

 

La transformación del maquillaje

 

La charla se torna tensa y mientras comienzan a caracterizarse su tono va cambiando, la seriedad toma otra forma, sólo ellos podrían cortar ese hilo de la mejor manera.

 

Las preguntas comenzaron…“En éstos momentos el tema de los payasos asesinos no ha llegando al grado en el que pueda afectarnos demasiado, pero podría alcanzarnos si se deja crecer. Yo he tenido una sola experiencia que puedo contarles y es que, a través de las redes sociales publiqué una foto con todo mi vestuario, entre los comentarios alguien escribió ¡Mátenla! Me dejó sorprendida(…)”, expresó la payasita Koketina, de Costa Rica.

 

En algunos países de Sudamérica el fenómeno de los payasos asesinos aún no forma una gran tendencia, pues el gobierno ayuda a la cultura y por consiguiente ellos también reciben apoyo.

 

“En Ecuador tenemos un presidente que apoya mucho los programas de cultura y esos programas a nosotros”, dice Chavita, originario de Ecuador.

 

Estos grandes provocadores de sonrisas atribuyen parte del fenómeno a la mercadotecnia que se ha generado por la película “It” (“ESO”) y a la gran intolerancia de la que todos formamos parte.

 

“Las personas que se ‘disfrazan’ de payasos para causar terror no son payasos, a ellos les sacas la máscara y quedan desnudos. Nosotros trabajamos para llevar alegría”, comentó Piñonsito, procedente de Chile.

 

Consideran que no es necesario tomar alguna medida y viéndole el lado “chistoso”, les dan publicidad (bajan la sonrisa).

 

El miedo como un fin

 

Los individuos de nariz roja creen que las personas están tomando roles de acuerdo a personajes. 

 

Esto porque les gusta formar parte de una corriente que genera atención.

 

“La principal finalidad de éste hecho es causar miedo. A un payaso de verdad no le gusta eso, le gusta generar sonrisas, causar alegría e incluso ternura (…)”, dice Pituso, originario de Argentina.

 

En México la situación es más relevante que en Latinoamérica, Antonio Juárez Toto, “el payaso Loco”, expresa que el fenómeno se ha robado la poca tranquilidad de las personas en un momento en que la cifra de los muertos y los desaparecidos aumenta.

 

“En México ya hay suficiente de todo, asesinos, agresores, intolerantes e inclusive traidores trajeados que están tronando al mundo como para desconfiar de un payaso”, dice Toto.

 

Sin nada de seguridad

 

Antonio Juárez asegura que no ha sido necesario tomar medidas de seguridad y que él no ha tenido ningún percance provocado por el tema de los payasos, y cree que se necesita dignificar la palabra y la profesión.

 

“No hay payaso rateros, ni asesinos, pero entiendo que, debido a aquellas personas que usan nuestra profesión para lastimar a los demás, la palabra ha cobrado nuevos significados. Creo fielmente en la dignificación de la palabra y espero que las personas se den cuenta de lo que está sucediendo. A nuestra gente le gusta reír”, recuerda Toto.

 

Explica que la sociedad tiene un eco de razón en el que los creadores de risas han dejado que cualquiera forme parte del oficio y use la nariz para pedir dinero y quitar tranquilidad.

 

Aunque en México no hay un apoyo cultural para el oficio, considera que tampoco ha sido necesario a través del tiempo.

 

Aclara que la profesión, cuando se lleva con pasión y respeto, puede llegar al fin principal: llevar alegría a los demás y que como cualquier otro trabajo desempeñado con gran entusiasmo también es remunerado.

 

Pronto acabará  el fenómeno viral

 

Los creadores de felicidad que vienen de diferentes partes de Latinoamérica han determinado que la crisis de los payasos asesinos está por terminar y creen que los dejará bien librados.

 

“No deberíamos ser el punto focal, existen muchos temas importantes de qué hablar. Payaso asesino no es aquel que cubre su cara con maquillaje, un payaso asesino puede estar en el poder, o ser un traidor, puede ser aquel que con su intolerancia genera ignorancia, o el que no busca la verdad, para resumir cuentas es aquel que se ha acostumbrado a la injusticia, a las desapariciones, aquel que ya ha llenado de indiferencia su ser”, dice Toto. 

 

 A éstos payasos no les gusta ser comparados con payasos asesinos ni mucho menos con ningún político.

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