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Para dormir y olvidar

Todo beneficio representa un costo o un riesgo. Al menos si se trata de tomar pastillas o medicamentos para dormir.

Y es que hay medicinas que, aunque ayudan a que las personas descansen por las noches, a su vez pueden causar que éstas desarrollen padecimientos relacionados a la pérdida de memoria.

De hecho, algunas de las pastillas para dormir que se venden sin prescripción médica tienen efectos anticolinérgicos que inhiben la acción de la acetilcolina –un neurotransmisor– lo que causa somnolencia, estreñimiento, retención de orina y sequedad en la boca y los ojos.

Todo beneficio representa un costo o un riesgo. Al menos si se trata de tomar pastillas o medicamentos para dormir.

Y es que hay medicinas que, aunque ayudan a que las personas descansen por las noches, a su vez pueden causar que éstas desarrollen padecimientos relacionados a la pérdida de memoria.

De hecho, algunas de las pastillas para dormir que se venden sin prescripción médica tienen efectos anticolinérgicos que inhiben la acción de la acetilcolina –un neurotransmisor– lo que causa somnolencia, estreñimiento, retención de orina y sequedad en la boca y los ojos.

Un amplio estudio encabezado por Shelly Gray, docente de la Escuela de Farmacia de la Universidad de Washington, encontró que altas dosis de anticolinérgicos están asociadas con mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de demencia, incluyendo el Alzheimer. 

La misma asociación se encontró con el consumo a largo plazo de estos medicamentos, incluyendo el grupo de los antidepresivos como la doxepina. 

La investigación realizada con la participación de cerca de 3 mil 500 personas, y cuyos resultados fueron publicados en la revista científica JAMA Internal Medicine, demostró que las personas que tendrían mayor riesgo de desarrollar demencia son quienes consumían diariamente al menos 10 miligramos de doxepina, cuatro miligramos de clorfeniramina o cinco miligramos de oxibutinina, por más de tres años. 

Gray enfatizó en un comunicado que los adultos mayores deben estar conscientes de que muchos de los medicamentos tienen fuertes efectos anticolinérgicos, por lo que éstos deben informar a sus proveedores de atención médica todo acerca del uso que hacen de los fármacos sin receta médica.

La especialista dijo que entre los sustitutos disponibles de la doxepina está el citalopram (Celexa) o la fluoxetina (Prozac), y el antihistamínico loratadina como alternativa a la clorfeniramina.

“Si los médicos necesitan prescribir un medicamento con efectos anticolinérgicos porque es la mejor terapia para su paciente, deben utilizar la dosis efectiva más baja, supervisar la terapia con regularidad para asegurarse de que funcione y detener la terapia si es ineficaz”, advirtió Gray. 

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