
La música del pasado moldea nuestra memoria autobiográfica, razón por la que nos gustan las canciones “del año del caldo”.
Según una investigación realizada por expertos de la Universidad Cornell y la de California, en Santa Cruz (UCSC), los jóvenes adultos responden de la misma manera a la música que fue popular durante la juventud de sus padres, específicamente a comienzos de los 80.