Ni por ellas, ni para ellas

Quienes vieron la película animada “Brave” quedaron fascinados. Su protagonista, la princesa Mérida, se embarca en una aventura en la que prueba su valor, inteligencia y voluntad. Y hace todo eso sin la ayuda de un príncipe azul.

Pero que la (orgullosamente) despeinada princesa haya llamado tanto la atención no es necesariamente una buena señal, porque solamente refuerza el reconocimiento de una tendencia alarmante en las películas producidas en Hollywood.

77%
De los miembros de la Academia son hombres

Quienes vieron la película animada “Brave” quedaron fascinados. Su protagonista, la princesa Mérida, se embarca en una aventura en la que prueba su valor, inteligencia y voluntad. Y hace todo eso sin la ayuda de un príncipe azul.

Pero que la (orgullosamente) despeinada princesa haya llamado tanto la atención no es necesariamente una buena señal, porque solamente refuerza el reconocimiento de una tendencia alarmante en las películas producidas en Hollywood.

Las mujeres, aunque son el 50 por ciento de la población del mundo, tienen una importancia mucho menor, tanto frente como detrás de las cámaras.

Presentes en un 50 por ciento

La New York Film Academy (NYU) divulgó una infografía en la que se ilustra la desigualdad de género en la industria cinematográfica.

Según sus datos, los hombres se encuentran en una posición tan ventajosa que solo 9 por ciento de los directores de las películas más taquilleras del año pasado son mujeres.

Además, a pesar de que demográficamente esta proporción no es precisa, únicamente 30.8 por ciento de los personajes con diálogos en las películas son mujeres, y casi 30 por ciento de ellos aparecen en atuendos reveladores, cuando esto es el caso para solo 7 por ciento de los personajes masculinos.

Entre el 2007 y 2012, solo 10.7 por ciento de las cintas producidas tenían un elenco balanceado entre ambos sexos. En promedio, aparecen 2.25 hombres por cada mujer.

Incluso las actrices más populares tienen que enfrentarse a esta preferencia. Angelina Jolie, la actriz mejor pagada del 2013, ganó menos de la mitad de lo que recibió Robert Downey Jr., el equivalente masculino.

De hecho, su salario se ubicó solamente por encima del décimo actor en la lista de los mejor pagados, Liam Neeson. Esto quiere decir que nueve de las 10 actrices con los mejores sueldos este año están por debajo de todas sus contrapartes del sexo opuesto.

En la historia de los premios de la Academia, solo cuatro mujeres han sido nominadas en la categoría de Mejor Director. Y solo una de ellas salió victoriosa. Fue Kathryn Bigelow, directora de “The hurt locker”, en el 2010.

Pero esto no es una sorpresa, porque en promedio hay una mujer por cada cinco hombres que trabajan en Hollywood.

Sin embargo, la mitad de las entradas de cine en Estados Unidos fueron compradas por mujeres. El 50 por ciento de los asistentes a las salas cinematográficas vieron películas que no fueron hechas ni por ellas, ni para ellas, excepto en contadas excepciones.

Ellas (solas) al rescate

Mérida no es la única princesa que decidió no esperar a su príncipe. La película “Frozen”, estrenada la semana pasada en Estados Unidos y protagonizada por dos hermanas, de las que una viaja para rescatar a la otra, recaudó 93 millones de dólares en sus primeros cinco días.

Pero la cifra que llamó más la atención es esta: 43 por ciento de su audiencia estuvo formada por hombres.

Lo mismo sucedió con “Catching fire”, segunda entrega de la trilogía “The hunger games”, cuya heroína es Katniss Everdeen, interpretada por Jennifer Lawrence.

En esos mismos cinco días ganó más de 110 millones de dólares y su público estuvo dividido equitativamente entre hombres y mujeres.

Estos datos dejan clara una cosa: favorecer la aparición de un género en la pantalla no hace ninguna diferencia. Los hombres no dejarán de asistir al cine porque la protagonista sea mujer.

Es, de hecho, más probable escuchar que se quejen de ser arrastrados a ver una chick flick –en la que la mujer hace todo por el hombre y la historia gira alrededor de su relación– que de involucrarse en las escenas de acción en las que Katniss lucha por una causa mayor.

Un cómic de 1985, hecho por la artista Alison Bechdel, sugirió una prueba para filtrar las películas que favorecieran la figura masculina sobre la femenina, a la que se llama “The Bechdel test”.

Esta serie de tres filtros –que la historia tenga dos personajes mujeres con nombre, que estas hablen entre ellas y que su conversación no se completamente sobre hombres– se ha convertido en referente para calificar trabajos de ficción.

Según Mark Harris, de Entertainment Weekly, si pasar esta prueba fuera obligatorio para difundir una película, “hubiera puesto en un serio riesgo” a todas las películas nominadas en la categoría de Mejor Película en el 2009. 

Será un placer. Si eres hombre

Una serie de tuits publicados por Evan Rachel Wood fue la señal de alarma.

En esos posts, la actriz reclama a la Motion Pictures Association of America (MPAA), organización encargada de asignar la clasificación a las cintas que se distribuirán en Estados Unidos, por pedir que se eliminara una escena de su película “Charlie countryman”.

En ella, el personaje de Shia LaBeouf da sexo oral al de Wood.

“La escena en la que dos personajes principales hacen el amor fue alterada porque alguien sintió que ver a un hombre dar placer a una mujer ‘incomodaría’ a las personas”, expresó a través de la red de microblogging, “pero las escenas en las que gente es asesinada y vuelan sus cabezas no tuvo que ser modificada”.

La esposa de Jamie Bell revivió una discusión de varios años: ¿por qué escenas en las que una mujer da placer a un hombre no se consideran ofensivas, pero sí cuando sucede lo opuesto?

“Esto es síntoma de una sociedad que quiere avergonzar a las mujeres por disfrutar el sexo”, continuó, “especialmente cuando (qué escándalo) el hombre no está recibiendo nada”.

Hace unos años, cuando algo parecido sucedió en la película “Blue valentine”, su protagonista Ryan Gosling levantó la voz a través de un comunicado.

“Tenemos que cuestionar una cultura cinemática que habla sobre libertad artística pero apoya una decisión que es producto de una sociedad dominada por los hombres, que intenta controlar como se retrata a las mujeres en la pantalla”, manifestó Ryan Gosling.

Según Gosling, “la MPAA no tiene problema con las escenas que muestran a mujeres siendo torturadas y violentadas sexualmente para entretenernos, pero nos quieren voltear la cara cuando se muestra a una mujer en un escenario sexual consensuado y complejo”.

En un escenario en el que indudablemente lo que se retrata en el cine y la televisión pasa a formar parte de la cultura, es difícil no cuestionar las decisiones de la MPAA y otros organismos similares.

Sobre todo cuando escenas de este tipo, pero entre dos mujeres (como en “Black swan” o “The kids are alright”), son aceptadas sin problemas.

La noción de que el cine sirve a los hombres no hace más que limitar sus posibilidades.

Y, una vez más, resalta el hecho de que esta inclinación podría ayudar a crear una sociedad en la que las mujeres sean tratadas no como hombres, sino como humanos.

 

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