Martín Borrego Llorente es comisionado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Foto: Especial

MUNAL: ¿Una boda disfrazada de evento oficial?

El museo se encuentra en el centro de la controversia tras albergar un evento diplomático que resultó ser la boda privada de Martín Borrego Llorente

El museo se encuentra en el centro de la controversia tras albergar un evento diplomático que resultó ser la boda privada de Martín Borrego Llorente

Martín Borrego Llorente es comisionado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

El Museo Nacional de Arte (MUNAL) está en el centro de una controversia tras albergar un evento que, inicialmente, se presentó como un acto diplomático, pero que terminó revelándose como la recepción nupcial de Martín Borrego Llorente, exjefe de oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y Ionuţ Vâlcu, jefe de misión adjunto de la Embajada de Rumania en México.

El evento, realizado el pasado 4 de octubre en el Salón de Recepciones del museo, fue autorizado bajo la premisa de ser un cóctel institucional. Según declaraciones de Borrego en redes sociales, la solicitud, fechada el 11 de septiembre, cumplió con los protocolos establecidos,y hasta la fecha, niega que se tratara de una boda, asegurando que fue un brindis con felicitaciones espontáneas durante los discursos.

“No fue una boda privada, fue un evento diplomático bajo los protocolos institucionales del MUNAL. No fue organizado por ningún ente público mexicano. Para la realización de dicho evento no se destinaron recursos públicos. Por el contrario, fue cubierto con recursos privados”, declaró Llorente a través de sus redes sociales.

Sin embargo, imágenes y videos compartidos en redes sociales, incluidas publicaciones del embajador de Rumania, Marius Lazurca, dejaron en evidencia que se trató de una boda, en la que participaron 70 invitados, entre ellos Alicia Bárcena, entonces titular de la SRE y actual secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

“Las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) en su momento, dieron su autorización por tratarse de un evento de corte diplomático, como otros que han solicitado embajadas en nuestro país”

Tras hacerse pública esta noticia en una columna de opinión, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) emitió una tarjeta informativa en la que confirmó haber recibido una solicitud formal para celebrar un evento diplomático en el museo. Según el comunicado, la embajada de Rumania fue la encargada de la logística y se le proporcionaron las reglas para el uso del espacio.

“El miércoles 11 de septiembre del presente año, el Lic. Martín Alonso Borrego Llorente, entonces jefe de Oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores, remitió una solicitud vía correo electrónico a la dirección del Museo Nacional de Arte (Munal), para llevar a cabo un coctel en el Salón de Recepciones de dicho recinto, con motivo del 89° aniversario de las relaciones diplomáticas entre Rumania y México.

“Las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) en su momento, dieron su autorización por tratarse de un evento de corte diplomático, como otros que han solicitado embajadas en nuestro país. Una vez autorizado, se compartió el reglamento para el uso de espacios en el Museo al personal de la Embajada de Rumania en México, quien se encargó de toda la logística correspondiente”, compartió el INBAL a través de una nota informativa emitida el día 8 de diciembre.

No es el primer caso de eventos sociales en el MUNAL

Este caso no es un hecho aislado, pues desde 2007, bajo la dirección de Miguel Fernández Félix, el MUNAL ha sido utilizado para eventos privados, como cenas, cócteles, la filmación de cintas, una de ellas, Arráncame la vida, dirigida por Roberto Sneider y presentaciones empresariales, algunos de los cuales no fueron reportados al INBAL.

El MUNAL ha permitido el alquiler de sus espacios para cenas de gala, filmaciones y cócteles empresariales, a pesar de las restricciones establecidas desde 1995, cuando, el entonces INBA, firmó un convenio con el Patronato del Museo Nacional de Arte A.C. Este acuerdo buscaba promover únicamente actividades culturales en beneficio del museo.

Aunque el INBAL niega irregularidades y defiende el cumplimiento de sus normativas, el caso de Martín Borrego Llorente reavivó el debate sobre el uso de los recintos culturales en México para fines ajenos a su propósito.

 

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