Muerte en el aire

Cada año, en todo el mundo, fallecen más de 2 millones de personas a causa de la contaminación en el aire.

Una investigación publicada en Environmental Research Letters del Instituto de Física (IOP), de Londres, Inglaterra, indicó que la principal causa de muerte es el incremento de partículas finas en el aire (que provienen de la industria y el transporte). 

Contrario a lo que se cree, el cambio climático no agrava los efectos de la contaminación del aire, alega este estudio.

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microgramos de PM2,5* por metro cúbico permite la OMS
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Cada año, en todo el mundo, fallecen más de 2 millones de personas a causa de la contaminación en el aire.

Una investigación publicada en Environmental Research Letters del Instituto de Física (IOP), de Londres, Inglaterra, indicó que la principal causa de muerte es el incremento de partículas finas en el aire (que provienen de la industria y el transporte). 

Contrario a lo que se cree, el cambio climático no agrava los efectos de la contaminación del aire, alega este estudio.

Estos datos sugieren que 2.1 millones de muertes son causadas por las partículas finas en el aire (PM2.5), las cuales se encuentran en la atmósfera y se componen de polvo, cemento, polen, hollín y/o cenizas.

Las PM2.5 entran y penetran en los pulmones, lo que se traduce en enfermedades respiratorias y cáncer.

“Nuestras estimaciones sitúan la contaminación del aire entre los factores ambientales de riesgo para la salud más importantes”, subraya Jason West –de la Universidad de Carolina del Norte–, respecto al estudio del IOP.

Los resultados del estudio del IOP fueron obtenidos luego de simular 14 modelos de los niveles del ozono y seis modelos de los niveles de PM2.5.

Aunado a un análisis sobre la relación entre la contaminación en el aire y las tasas de mortalidad, a nivel global.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las partículas en la contaminación ambiental causan infecciones respiratorias, aumentan las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón y provocan enfermedades del corazón.

La contaminación causa más muertes que el SIDA y la malaria juntas, y es un enemigo silencioso que termina con la vida –prematuramente– de 3.5 millones de personas al año, por causas como cáncer y neumonía, según la World Health Organization (WHO), en el 2012.

Lo peor es que las cifras alarmantes seguirán en ascenso, debido al uso creciente de combustibles fósiles, “el smog es un problema agudo desde Beijing hasta la Ciudad de México”, dijo a Reuters María Neira, de WHO.

La epidemióloga Julia Heck, estimó que “cada aumento de 53 partes por mil millones de contaminación por monóxido de carbono aumentó el riesgo de un niño de desarrollar ciertos cánceres”.

La exposición a la contaminación ambiental durante el embarazo –y a lo largo del primer año de vida del niño– aumenta el riesgo a que el feto desarrolle autismo, según una investigación que realizó la Universidad de California del Sur, apoyada por el Hospital Infantil Los Ángeles.

No es otra consecuencia del cambio climático

Al cambio climático se le atribuye todo, si bien es un enemigo público global, éste no es el principal factor relacionado a las muertes por contaminación en el aire.

El cambio climático provoca, según los datos del IOP, mil 500 muertes por el ozono y 2 mil 200 por las PM2.5.

Esto a pesar de que la temperatura y la humedad son elementos clave que cambian la velocidad a la que reaccionan y se forman las partículas contaminantes. Así que su contribución es leve, ya que “los efectos de cambios climáticos del pasado son probablemente escasos en el efecto dañino general de la contaminación del aire (…) Pocos estudios han intentado estimar los efectos de cambios climáticos pasados en la calidad del aire y de la salud”, dice West.

Contaminación: eterno problema ‘hecho en México’

Nuestro país se encuentra entre las nueve naciones con mayor número de muertes a causa da la contaminación, según el reporte “La calidad del aire en América Latina: Una visión panorámica”, elaborado por el Clean Air Institute, publicado en marzo de este año.

Entre los años 2000 y 2009, se registraron alrededor de 38 mil muertes en nuestro país, todas a causa de enfermedades cardiopulmonares, las cuales se derivaron de la contaminación.

Hasta el 2011, los datos de la EDGAR (Emisión de Base de Datos para la Investigación Atmosférica Global) arrojaron que México emitió 450 mil kilotoneladas de CO2 (dióxido de carbono).

En el periodo de 2006 a 2012, murieron más personas por la contaminación ambiental, que en la guerra contra el narcotráfico. Según la OMS, la cifra llegó a 90 mil decesos, en la guerra contra el narco la cifra fue de 60 mil.

China sigue bajo una nube gris

En relación a los datos del estudio del IOP, Jason West dice que “se calcula que gran parte de estas muertes se producen en Asia oriental y Asia meridional, lugares en los que la población es extensa y la contaminación del aire es severa”.

Según Greenpeace, la nula calidad del aire en China provocó la muerte prematura de 8 mil personas en el 2012.

“La gran dependencia del país al carbón como fuente de energía y los gases tóxicos de los vehículos son los principales causantes de los altos índices de contaminación”, enfatizó Damian Grammaticas, corresponsal de la BBC.

En este gigante de Asia, el carbón genera el 60 por ciento de la energía que se consume, razón crucial por la que sus industrias dependen de este mineral.

Según los datos de la EDGAR, hasta el 2011, China produjo 9.7 millones de kilotoneladas de CO2.

Apendicitis por ozono

Las enfermedades cardiopulmonares no son los únicos problemas que causa la contaminación en el aire. Los niveles altos de ozono están relacionados a la ruptura del apéndice.  

Según una investigación publicada en Environmental Health Perspectives, “la contaminación del aire puede aumentar el riesgo de sufrir el tipo más peligroso de la apendicitis”. 

El ozono aumenta de 11 a 22 por ciento los casos de apendicitis, dice el autor del estudio, Gilaad G. Kaplan, que es profesor de la Universidad de Calgary.

Un enemigo suelto en las calles

El dopaje podría no ser el único problema que enfrenta el ciclismo. La contaminación en el aire es un problema que tiene a este deporte bajo alerta. Vivienne Nathanson, de la Asociación Médica Británica, asegura que los ciclistas y los peatones están expuestos a altas dosis de contaminación en el aire, “sobre todo en las grandes ciudades”.

Estudios demuestran que la contaminación en el aire causa insuficiencia cardiaca en personas con corazones débiles, dice la BBC, los ciclistas –profesionales o no– y los peatones deberían de tomar medidas para evitar la alta exposición a las PM2.5. “Una máscara podría ser una solución efectiva para reducir la exposición (a los contaminantes en el aire)”, dice Alison Gowers, de Public Health England (PHE).

Las mascarillas ayudarían a que las personas eviten la exposición constante al CO2, monóxido de carbono, ozono y nitrógeno.

China se ahoga
Incluye galería de fotos

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