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Monte sucio

Al parecer, el Monte Everest no es tan prístino como parece. 

Los desperdicios humanos que dejan los alpinistas en el Everest se han convertido en un problema de contaminación y amenazan con extender enfermedades en la montaña más alta del mundo, advirtió ayer el jefe de la asociación de alpinismo nepalí.

Los más de 700 montañeros y guías que pasan casi dos meses en las laderas del Everest cada temporada dejan a su paso una gran cantidad de orina y excrementos y el problema no se ha abordado, señaló a la prensa Ang Thesring.

No hay retretes

Al parecer, el Monte Everest no es tan prístino como parece. 

Los desperdicios humanos que dejan los alpinistas en el Everest se han convertido en un problema de contaminación y amenazan con extender enfermedades en la montaña más alta del mundo, advirtió ayer el jefe de la asociación de alpinismo nepalí.

Los más de 700 montañeros y guías que pasan casi dos meses en las laderas del Everest cada temporada dejan a su paso una gran cantidad de orina y excrementos y el problema no se ha abordado, señaló a la prensa Ang Thesring.

No hay retretes

“Los montañeros suelen cavar agujeros en la nieve para usar como retrete y dejan allí los desperdicios”, dijo Thsering, señalando que los restos llevan años “acumulándose” en torno a cuatro campamentos principales.

“Es un riesgo sanitario y hay que abordar el asunto”, dijo. 

Cientos de alpinistas extranjeros tratan de trepar el Everest durante la temporada de escalada en Nepal, que comienza esta semana y dura hasta mayo. (Fuente: AP) 

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