Molotov está en la casa

Apenas tuve oportunidad de ver el documental "Gimme The Power" de Olallo Rubio, sobre la irrupción de Molotov en la vida musical, política, social y cultural del México de la segunda mitad de los 90.

Apenas tuve oportunidad de ver el documental “Gimme The Power” de Olallo Rubio, sobre la irrupción de Molotov en la vida musical, política, social y cultural del México de la segunda mitad de los 90.

En lo general me gustó; me pareció correcto dar ese contexto histórico y político para hablar del surgimiento de una de las bandas de rock que más huella han dejado en el país. Pero me gustó sobre todo por el factor nostalgia. 

Olallo Rubio, Fernanda Tapia, Rulo, el Warpig, Molotov, los 90, el DF de Cuauhtémoc Cárdenas, Radioactivo 98.5… como muchos hijos de la era pre-YouTube, crecí escuchando Radioactivo, viendo MTV y el Canal 40. Era una época de preparación para lo que se suponía sería un gran cambio, previo a la transición. 

Después de ver “Gimme The Power” no pude dejar de sentir una sensación de déjà vu… sin ser una calcomanía de lo que sucedió previo al 2000 y la salida del PRI, siento que en el ambiente se respira algo similar y el recordatorio de eso es la presencia de Molotov.

La banda de Tito Fuentes, Miky Huidobro, Randy Ebright y Paco Ayala surgió en el momento adecuado para darle eco a un hartazgo que se había mantenido silencioso. 

Las letras de Molotov tuvieron ese impacto liberador porque nadie más se atrevía a hablar de Televisa, el PRI, las “buenas costumbres” y en general del establishment mexicano de manera pública, a guitarrazos y con mentadas de madre incluidas. 

Qué curioso que ahora que se asoma el regreso del PRI, Molotov sigue igual de presente, una banda que vive de gira por el mundo, que acaba de presentar el disco en vivo “Desde Rusia, con Amor” –y con éxito–, que es protagonista de un documental actualmente en exhibición en varios estados y que tiene en su repertorio en vivo canciones de hace 15-16 años que parecen haber salido del horno hace una hora. 

Que Molotov siga siendo un referente contestario y la música de muchas frustraciones, es señal de una banda con talento, pero también de una falta urgente de cambio generacional que en el rock parece no llegar. 

Hace falta que surja otra buena banda de rock en español, por más nostálgico que eso suene. Ya sería mucho pedir que esa hipotética banda tuviera una décima parte de punch como lo tuvieron ellos. 

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