‘Mindfulness’, ¿terapia alternativa o charlatanería?

Esta práctica se ha hecho muy recurrente para sustituir psicoterapias y como herramienta de integración en empresas o en el ámbito educativo, pero muy pocos estudios avalan su efectividad.

En las dos últimas décadas, el mindfulness (meditación consciente) ha sido considerado como un remplazo de la psicoterapia o una herramienta para la concentración educativa, de integración en empresas e incluso en la instrucción militar. Sin embargo, carece de metodologías o técnicas específicas y resultados contundentes, que puede ser perjudicial para sus practicantes, de acuerdo con la revista Perspectives on Pshichological Science.

La publicación asegura que la desinformación y los escasos estudios previos de atención pueden llevar a los que suelen practicarla a ser perjudicados o engañados por sus instructores, los cuales también no conocen con exactitud el estado actual de la investigación en torno al mindfulness, por lo que es importante, en principio, definirla y conocer sus beneficios y costos.

Un estudio de la revista, en el que participó un grupo especializado de investigadores, médicos y practicantes de la meditación, reveló que no existe una definición exacta de lo que es el mindfulness. Por tal razón, sus repercusiones podrían ser graves si se toma en cuenta que muchos de sus practicantes reciben tratamientos diferentes pero lo consideran lo mismo, es decir, que estos se pueden estar empleando de manera errónea.

El mindfulness ha sido utilizado para atender problemas para relacionarse, tratar adicciones al alcohol u otras drogas, para mejorar la capacidad de liderazgo, o en deportistas que requieren de una amplia concentración. Algunos de sus procedimientos es tomarse un tiempo para realizar respiraciones, enfocarse en el presente o en concentrarse en las sensaciones corporales.

Otras materias en las que se ha empleado su práctica, es en la reducción del estrés, en mejorar la calidad del sueño o en el control de peso; no obstante, pocas pruebas lo han logrado confirmar. La investigación asegura que la meditación consciente puede conducir a la aparición de psicosis, manías, pérdida de identidad personal, ansiedad, pánico y que se revivan recuerdos traumáticos, por lo que no es recomendable para todas las personas.

Por lo anterior, este tipo de tratamientos o terapias no son recomendables a personas que padecen problemas de salud mental como esquizofrenia o trastornos como la bipolaridad.

Recientemente, la Agencia para la Investigación y la Calidad del Cuidado de la Salud de Estados Unidos (AHRQ, por sus siglas en inglés) determinó que la calidad de los procedimientos empleados en el mindfulness tenían un efecto moderado para los tratamientos de ansiedad, depresión y dolor, pero que nada demostraba que fuesen efectivos para problemas de atención, mejora del estado de ánimo, las adicciones o hábitos alimentarios.

El mindfulness, aunque se la ha comparado con la meditación, su falta de delimitación de empleo, le hace tener muchas carencias que todavía hacen que sea calificado como parte de una pseudociencia. Por su parte, la meditación ha sido practicada de manera tradicional durante más de cinco mil años, principalmente en países orientales, con propósitos intelectuales o religiosos.