“Un Lago” fue filmada en Tequesquitengo, Morelos, y está distribuida por BENUCA Films.
Foto: Especial

¿Millenial y con crisis? Esta película es para ti

Un Lago sigue a Rich, un cineasta en crisis creativa, y Daniela, una joven que también atraviesa un momento difícil. Durante un fin de semana, la atracción entre ellos se ve desafiada por la diferencia generacional, mientras Rich descubre el poliamor

Hacer cine independiente en México es un reto que exige determinación, creatividad y, sobre todo, resiliencia. Un lago, de Rafael Martínez Sánchez, es una prueba de ello, pues se trata de una película que nació de la voluntad de contar una historia íntima y autoral, en un medio y momento donde estas voces suelen quedar relegadas.

“Quizá no haya tanta cabida en la industria para películas como esta, pero lo que celebro es que, al ser autofinanciada, tuve la libertad de contar las cosas como realmente quería, sin compromisos con nadie más. Creo que el simple hecho de que la película exista es una celebración también a la libertad creativa”, comparte el director en entrevista con Reporte Índigo.

A través de su protagonista, Rich, un joven atrapado entre la frustración creativa y las dificultades de una vida llena de incertidumbre, Martínez Sánchez explora  las luchas generacionales y las barreras que uno mismo se impone.

“Me tiene muy contento que no hubo nada de censura. La experiencia,  aunque gratificante, fue bastante compleja. Un lago es una especie de espejo de muchas cosas por las que estaba pasando en una época pandémica, que  ya de por sí conllevaba ciertas dificultades. La historia surge también bajo esta necesidad de enfrentar mis demonios, mi ego y de identificar todas esas barreras autoimpuestas que me estaban impidiendo avanzar en mi carrera”, asegura.

¿De qué trata “Un lago”?

El largometraje relata la historia de Rich (Rafael Martínez Sánchez), un cineasta en sus treinta que enfrenta una crisis creativa y conoce a Daniela (Camila Acosta), una joven de 24 años que tampoco está en un buen momento. En un fin de semana en Tequesquitengo, ambos sienten atracción, pero deberán enfrentar una brecha generacional y las contradicciones sobre las relaciones amorosas mientras él conocerá el poliamor. 

Martínez Sánchez reconoce que la película también es un ejercicio metaficcional, una suerte de autorreflexión donde pone bajo escrutinio su propia experiencia. Rich, un joven de 30 años, refleja los conflictos de una generación marcada por la incertidumbre, sino que encarna las frustraciones y anhelos de aquellos que persiguen una vocación artística. 

“Este personaje es una representación de mi ego. Con esta cualidad que tiene el arte como autor ponerse bajo la lupa, definitivamente, me permite identificar mis fallas, pero también superarme y crecer”

“La actuación, al igual que la carrera de cineasta, es algo que he practicado durante muchos años, así que me pareció pertinente incluirla en la película. Es un medio para redondear estas dificultades que involucran este tipo de carreras. Es muy recurrente recibir un ‘no’ del otro lado de la puerta, y eso requiere mucha resiliencia”, detalla.

Una película que expresa el ser millenial

Un lago fue construido bajo los parámetros del género mumblecore, privilegia un tono naturalista y una narrativa sutil.  A lo largo de la película, todo lo que ocurre sucede de manera muy discreta; el drama está enterrado en conversaciones que pueden parecer banales o triviales. 

“Ese es un estilo que, a primera impresión, parece mostrar muy poco, pero poco a poco, conforme avanza, uno como espectador puede abstraer temas más complejos relacionados con conflictos generacionales y personales”, dice.

Rafael Martínez pertenece a la generación millennial y en gran parte de esta ficción  se presentan las dudas, los problemas y sentimientos que le provocan ser un joven adulto al enfrentarse a la independencia y la lucha laboral.

“Como generación millennial se nos dijo de pequeños que éramos únicos y quizá así haya sido hace muchos años, pero creo que con la llegada del Internet, para bien o para mal, nos dimos cuenta de que no somos tan únicos como creíamos y se desembocó esta reacción en cadena que nos hizo entrar en crisis a veces  y de no saber dónde es nuestro lugar en el mundo, de estar confundidos”, concluye.

La cinta Un lago ya se encuentra en la mayoría de las salas de cine del país 

 

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