Trasplante de úteros: una realidad

Hace casi dos décadas, una joven australiana fue diagnosticada con cáncer cervical. Su supervivencia dependía de que perdiese la matriz, por lo que nunca podría concebir un hijo.

 

Sin embargo la ciencia ha avanzado tanto que al día de hoy, aquella joven, es madre de un pequeño que pudo dar a luz hace casi dos años.

Hace casi dos décadas, una joven australiana fue diagnosticada con cáncer cervical. Su supervivencia dependía de que perdiese la matriz, por lo que nunca podría concebir un hijo.

 

Sin embargo la ciencia ha avanzado tanto que al día de hoy, aquella joven, es madre de un pequeño que pudo dar a luz hace casi dos años.

 

Esto fue posible gracias al trasplante de útero y al doctor Mats Brannstrom, quien, en un principio renuente a la propuesta por Emelie Eriksson, la madre del bebé, se decidió a tomar el reto, y el riesgo. “Pensé que estaba medio loca”, contó Brannstrom a AP.

 

Pero no descartó la idea y comenzó a investigar si realmente era posible trasplantar úteros.

 

Un pionero

 

Brannstrom terminó siendo el primer médico que ayuda a que una mujer (cinco hasta ahora) den a luz con úteros donados. Ningún otro médico lo ha conseguido a pesar de que hay doctores que lo han intentado en Estados Unidos, Arabia Saudita y Turquía.

 

El primer bebé nacido por ésta vía llegó al mundo en el 2014, el quinto en enero de este año, y hay otro en camino, para enero del 2017.

 

Brannstrom está trabajando con médicos de la Harvard Medical School y la Mayo Clinic para perfeccionar el tratamiento. Médicos de la Baylor University de Texas, incluidos dos excolaboradores de Brannstrom, anunciaron que realizaron cuatro cirugías. Una fue exitosa, pero la mujer no está lista para quedar embarazada.

 

No fue tan descabellado

 

En 2012, tras más de 10 años de estudios, todo estuvo listo para probar en humanos. Consiguió permiso de una comisión ética para realizar nueve trasplantes.

 

“Nos adentramos en algo desconocido”, les advirtió a las mujeres que se prestaron al experimento. A dos tuvieron que sacarles las matrices al surgir complicaciones. Cinco dieron a luz bebés saludables y las otras dos están tratando de quedar embarazadas.

 

Al principio, muchos expertos en fertilidad pensaron que la propuesta de Brannstrom era descabellada.

 

“Pensé que estaba loco, que era una operación muy riesgosa, sin ninguna justificación”, confesó el doctor Tommaso Falcone, de la Cleveland Clinic de Estados Unidos. Pero un viaje a Suecia para ver la clínica de Bransstrom le hizo cambiar de idea y Falcone es hoy uno de los líderes del proyecto de trasplante de úteros de su clínica. En febrero llevó a cabo con varios colegas la primera de esas operaciones realizada en Estados Unidos, aunque el órgano tuvo que ser retirado al producirse una infección.

 

Falcone cree que el trabajo de Brannstrom ayudará a entender mejor los implantes de embriones. Y se maravilla de que haya bebés que nacieron de órganos que alguna vez fueron bañados con una solución fría (lo que hacía que, técnicamente, estuviesen muertos) antes de ser implantados. —AP

 

Polémica por la ética

 

Hasta ahora el doctor Brannstrom ha usado sólo donantes vivas, lo que ha generado cuestionamientos éticos por ‘poner en peligro’ la vida de una persona sana para realizar un tratamiento que no va a salvar ninguna vida.

 

Emelie Eriksson, quien dio a luz un bebé en 2014 tras recibir el útero de su madre, no tiene palabras para agradecerle a Brannstrom.Científicos que dudaron creen ahora en el trabajo de Brannstrom.

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