“El disco nuevo tiene que ver con muchas sonoridades mexicanas, porque una de las reflexiones que tuve durante pandemia fue que México es mi casa desde hace 25 años”, revela Mariana Mallol. Foto: Especial

Mariana Mollol Invita a cantar y jugar con su música

La música de Mariana Mallol llegará al Teatro Teresa Montoya con su espectáculo Agüita de limón con chía. En entrevista, la cantante comparte detalles sobre su presentación y su nuevo disco

Si Mariana Mallol pudiera pedir un deseo para todas las infancias mexicanas sería que nunca les faltara amor. Que vivan en un entorno amoroso, libre de violencia y con recursos que sean nutritivos para el espíritu y el cuerpo.

“Ojalá todas las infancias pudieran tener un hogar amoroso con adultos que se pregunten qué es lo mejor para esos niños”, comparte la cantante, en entrevista con Reporte Índigo.

Desde hace 20 años, Mariana se ha dedicado a componer y cantar música para niños, ya cuenta con 11 discos y está por llegar Casa, su nueva producción. La también actriz forma parte del Movimiento de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña.

“Empecé a hacer música cuando era niña, entonces, en mi casa el lenguaje musical era el lenguaje cotidiano, así que para mí es muy orgánico que no puedo dividirlo: infancia es igual a música y juego, pero no lo supe hasta que entré a Caracachumba, un grupo de música para niños en Argentina.

“Ahí fue que entendí que se tejía este puente entre mi propia infancia muy musicalizada y las infancias a las que me iba a cantar, así descubrí esta maravilla de cantarle a las infancias y fue tan lindo lo que fue pasando que me quedé ahí”, recuerda.

Mallol se presentará todos los fines de semana, del 14 de enero al 5 de febrero, a las 13:00 horas, en el Teatro Teresa Montoya con su espectáculo Agüita de limón con chía, es donde cada canción es un cuento, un juego y un espacio cálido para el acercamiento y la imaginación.

“La invitación es muy íntima, muy cálida. La intención es volvernos a ver de cerquita después de la pandemia, poder cantar, jugar e interactuar muchísimo con el público, con las niñas, los niños y las familias que vengan a vernos.

“Siempre digo lo mismo, la participación nosotros la proponemos de una forma muy respetuosa, no nos gusta forzarla, sino que ellos vayan queriendo participar. Empezar a jugar, sentirse cómoda uno arriba del escenario jugando y cantando y proponiendo este diálogo con el público, entonces, esa es una constante con mis espectáculos”, comparte la cantante.

De todo el camino recorrido, Mariana asegura que su mayor logro es seguir haciendo lo que ama, cantándole a las familias que creen en su trabajo, y contando con el apoyo de su equipo, que hace posible que su proyecto continúe y llegue más lejos.

“Llevo 25 años en México, y yo ya había empezado un poquito antes a cantar, creo que ese es el gran logro, poder sostenerse, poder seguir teniendo cosas para proponer y compartir. Quedarse en los corazones de las familias, ese es mi logro”, afirma.

 

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Con aires a México

En pandemia, Mariana Mallol comenzó a reflexionar sobre qué es la casa, qué es el hogar y a jugar con los conceptos “adentro” y “afuera”, pero sobre todo a pensar que cuando una persona se muda de país se lleva su casa, como el caracol.

Así, entendió que México era su casa y que su hogar también era un espacio de contención y de mundo interior, donde se viven momentos de melancolía y tormenta, pero también de alegría y fiesta.

“México es mi casa desde hace 25 años y yo quise de alguna manera hacerle como un homenaje, porque aparte me encanta la música y sus géneros tradicionales, entonces, tiene como aires de banda oaxaqueña, de son jarocho y de trío norteño; tiene marimba, arpa y jaranas”, descubre la cantante.

La, la, la”, “Fiesta”, “Cumpleaños”, “Celeste”, “Pajarito lindo”, “A la orillita del mar”, “Barquito de papel”, “Tapa tapita”, “A la mesa” y “Baile en la cocina” son algunos de los temas que formarán parte de Casa.

“Cada canción tiene su anécdota particular, por ejemplo, con ‘A la orillita del mar’ pienso inmediatamente en las playas de México y se me antoja que tuviera aires de son jarocha y ahí está Jeisel Torres tocando el arpa y la jarana y poniéndole un poquito esta sonoridad a la canción. Además, reemplazamos la quijada, que normalmente se toca, con dos conchas que yo toco, haciendo una rítmica parecida a lo que hace ese instrumento”, describe Mariana.

El tema “Tapa tapita” surgió a raíz de un objeto-sonoro que construyó Fernando Rodríguez, alias “Cachimbo”, quien es amigo y compañero del Movimiento de la Canción Infantil de Mariana.

Rodríguez elabora instrumentos con objetos reusables, así que con tubos PVC y tapas de mayonesa construyó una especie de marimba, la cual tiene una escala cromática que alcanza una octava y media.

“Fernando me habló del instrumento y me pidió que le hiciera una canción, entonces, ahí se empiezan a tejer estas cosas tan lindas. Alguien tiene una idea, te hace una propuesta y tú adaptas tus ideas a eso y las van entrelazando. Tapófono se llama el objeto-sonoro”, cuenta Mallol.

Otras canciones nacieron de la la necesidad de hablar de la cotidianidad de las casas, por ejemplo, “Baile en la cocina” que se tocará con cosas que hay en la cocina, como un rallador, una cuchara, botellas y latas; o está “Barquito de papel” que habla de la hora del baño.

“La canción ‘Celeste’ habla de la monocromía que experimentábamos con el look durante pandemia, donde parecía que todos los días eran iguales, entonce, se habla de una niña que fue encerrada y que sueña con poder salir: ella se llama Celeste, llora lágrimas celestes sobre su vestido celeste, mientras dibuja barcos celestes que navegan un río celeste”, explica la cantante.

Y así van surgiendo las canciones de Mariana, de una manera muy creativa y con diferentes detonadores, pero siempre con la intención de poner a bailar y reflexionar a las familias.

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