Maná limpia su huella

"La conciencia empieza por uno mismo, todos somos huéspedes en este planeta, por lo tanto todos tenemos que pagar la cuota por estar aquí”,  dice en entrevista para Reporte Indigo, José Antonio Márquez Michel, director de la fundación Selva Negra, sobre el proyecto de limpiar la huella de carbón de la gira “Amar es combatir” de Maná, la banda originaria de Guadalajara, Jalisco. 

10,000
toneladas lo que generó de dióxido de carbono la gira
El proyecto prevé la reforestación y conservación de 111 hectáreas de bosque
http://www.youtube.com/watch?v=PajhaxReH8I

“La conciencia empieza por uno mismo, todos somos huéspedes en este planeta, por lo tanto todos tenemos que pagar la cuota por estar aquí”,  dice en entrevista para Reporte Indigo, José Antonio Márquez Michel, director de la fundación Selva Negra, sobre el proyecto de limpiar la huella de carbón de la gira “Amar es combatir” de Maná, la banda originaria de Guadalajara, Jalisco. 

En el 2007, cuando la agrupación de rock estaba planeando dicha gira internacional, tomó la decisión de medir cuál sería la huella ecológica que dejaría el tour, para después actuar en consecuencia y borrar dicha huella con un proyecto ecológico en el estado de Jalisco. 

La conservación de la flora,  la fauna y el cuidado del medio ambiente ha sido una preocupación de los integrantes de Maná, en la que enfocan energía y recursos.

Desde hace 18 años, la reconocida banda de rock tapatía, a través de su fundación Selva Negra, trabaja en distintas comunidades de México para sensibilizar a la población sobre el cuidado del medio ambiente y la conservación de las especies.

Antes de que iniciara el tour, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) y la Iniciativa Darwin a través de Jon Lovett y Arturo Balderas Torres, académico del ITESO, se unieron al proyecto para medir la información que la asociación reuniera sobre el tour.

La gira “Amar es combatir” duró 15 meses entre 2007 y 2008 e incluyó a más de 50 ciudades de 18 países de América y Europa. 

Durante la gira se registraron todos los traslados de la banda, así como el de los miles de asistentes a los conciertos, el tipo de comida que se vendía e incluso las emisiones de aguas residuales fueron tomadas en cuenta para no dejar fuera ningún detalle para ser medido, y así tener información más precisa de la huella ecológica que dejaría la banda.

En el 2009, los académicos recibieron la información registrada por el crew de la banda y comenzaron a ver los indicadores de la “Huella de carbón”, la cual muestra el impacto ambiental que generan las actividades del ser humano cuando se hace un producto o se presta un servicio, y es medida en unidades de bióxido de carbono (CO2).

Tras revisar todo el material, el estudio arrojó que la huella de carbón que se dejó en el ambiente tras la gira fue de 10 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2).

Antes de que se dieran a conocer los resultados del estudio, Selva Negra se acercó a la administración del Bosque de La Primavera, ya que la lógica indicaba reforestar parte del bosque, considerado el “pulmón” más grande de la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

En los últimos años, El Bosque de La Primavera se ha visto afectado severamente por la tala clandestina y especialmente por incendios, algunos naturales y otros provocados por el descuido de las personas que lo visitan y recorren.

Pero el motivo más preocupante es el interés de las constructoras y particulares ambiciosos que intentan urbanizar parte del terreno que abarca el bosque.

La falta de conciencia para preservar los últimos “pulmones” de las grandes ciudades, así como la falta de respeto al medio natural, afectan los ecosistemas y los tapatíos pueden sentir sus efectos negativos con temperaturas  altas poco comunes  en algunos meses del año, por mencionar un ejemplo palpable.

De hecho, Reporte Indigo ha denunciado anteriormente dichas problemáticas en publicaciones como “Los enemigos de La Primavera” o “Menos bosque, más calor”. 

Debido a todos estos atentados contra el bosque, el Congreso de Jalisco aprobó recientemente la Ley del Organismo Público Descentralizado (OPD) para el Bosque de La Primavera, propuesta en junio por el gobernador del estado, Aristóteles Sandoval. Este organismo nació para administrar el área protegida del bosque y poder conservar su flora y fauna. La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial se encargará del organismo.

Por otro lado, lamentablemente, muchos estudios se quedan en el papel. Este tipo de proyectos e iniciativas solo se pueden llevar a cabo con un fuerte compromiso para darles seguimiento.

Selva Negra tiene cuatro años trabajando de cerca con la comunidad del Ejido de Ahuisculco, que está ubicado dentro del municipio de Tala y tiene más de mil hectáreas dentro de la reserva del Bosque de La Primavera. 

La ubicación geográfica del ejido es crucial para el proyecto, ya que por este pasa el corredor natural de fauna más importante del Bosque de La Primavera. Los animales que pasan por este corredor pueden desplazarse de Tala a las sierras del “Águila”, “Quila” y el “Volcán de Tequila”, entre otras áreas.

Proyecto Ahuisculco

El director de Selva Negra, José Antonio Márquez Michel, quién tiene unos meses frente a la organización, comparte en la entrevista la proyección a futuro del proyecto: 

“A un mediano plazo son 20 años, pero si todo va bien, en 20 años tendremos un bosque con tal cantidad de árboles que van a garantizar que ese C02 que se emitió sea absorbido por las plantas; la idea es borrar la huella ecológica de esa gira en un proyecto medible, comprobable y que tenga beneficios para la comunidad y la región.”

Tras obtener los resultados del estudio, se hizo el cálculo de la zona que tendría que ser reforestada, la cual comprende 80 hectáreas, pero la comunidad integró otras tantas, por lo que actualmente el proyecto prevé la reforestación y conservación de 111 hectáreas de bosque.

El proyecto en la zona es supervisado por Francisco Quintero, biólogo y miembro de la comunidad de Tala, quien  además ha dedicado su carrera a la conservación del Bosque de La Primavera y conoce bien el área boscosa de Ahuisculco, pues ahí se crió.

La reforestación comprende a especies endémicas como el tepehuaje y algunos tipos de pinos; también incluye obras de conservación de suelos para crear las condiciones propicias de sobrevivencia para los árboles plantados, evitando en el temporal de lluvias deslaves de tierra. 

Además de la parte central del proyecto que es la reforestación y conservación, las necesidades de la comunidad han derivado en otras acciones: “El proyecto tiene un componente social, queremos trabajar con la comunidad y con el ejido (…) ellos marcan mucho la pauta. Nosotros llegamos con la idea de hacer este proyecto de cubrir la huella de contaminantes que se generó, pero la misma comunidad ha pedido otro tipo de desarrollo y actividades”, agrega José Antonio Márquez Michel.

Uno de estos proyectos paralelos es la creación de un vivero de especies forestales manejado por las mujeres de la comunidad,  que sea autosustentable y que genere recursos para ellas y sus familias. 

También se pretende construir una sala de cómputo con acceso a Internet y traer un módulo de la Universidad de Guadalajara (UdeG) nivel bachillerato, ya que el  ejido solo tiene facilidades educativas hasta nivel secundaria.

Otro punto es el deseo de sanear el río que pasa justo por en medio del ejido y entubar el drenaje que lo contamina. También existe un programa de separación de desechos, donde se pretende involucrar a toda la comunidad para reciclar o reutilizar los desperdicios sólidos.

El proyecto de  Ahuisculco es ambicioso y sus resultados se verán reflejados de forma más clara al largo plazo, pero los cambios ya se hacen presentes en los habitantes de la zona, que gracias a este proyecto han tomado conciencia de la gran reserva natural que poseen, así como la importancia de su preservación para el ecosistema y el combate al calentamiento global. 

Una parte esencial para el éxito del proyecto es hacer partícipe a la comunidad, generando fuentes de empleo que ayuden a mejorar la calidad de vida de los habitantes del ejido, por lo que son miembros de la comunidad quienes hacen las  labores de siembra y conservación, y quienes se involucran en los proyectos paralelos.

Por la magnitud del proyecto, se requiere de un seguimiento de cerca; es por ello que Selva Negra ha asegurado el proyecto a 10 años gracias a la participación activa de la comunidad, a recursos privados y a los recursos federales que le ha otorgado la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), dependencia que se ha comprometido a donar 30 mil árboles y ofrecer asesoría técnica, en caso de ser requerida.

Dentro de los trabajos que se han realizado en beneficio del bosque destaca la conservación de suelos en más de cinco kilómetros. Así como la construcción en 17 kilómetros de brechas cortafuegos y la organización de una cuadrilla contra incendios forestales, que es fundamental para abatir las temporadas de incendios que tanto afectan al bosque.

El director general de la CONAFOR y el presidente de la fundación Selva Negra, acordaron que al termino del proyecto se elaborará un estudio para evaluar la cantidad de CO2 que se logró almacenar en el área reforestada; esperando que estas acciones tengan un efecto positivo en las condiciones ambientales de la región. 

La reserva abre sus puertas

Para impulsar el desarrollo de la zona y concientizar a través de este espacio a todo visitante, en la zona reforestada se ha construido un “recorrido interpretativo”, por el que los visitantes podrán conocer de cerca la flora del lugar, así como los elementos propios de la zona. 

La zona de Ahuisculco se caracteriza por tener suelo volcánico, constituido principalmente por piedra obsidiana. 

Este recorrido resulta el escenario ideal para grupos escolares, ya que la clase de ciencias naturales o biología se puede trasladar fácilmente a este espacio.

Más adelante, se tiene pensado adecuar una zona para camping, pues el sitio tiene bellas vistas panorámicas y se puede practicar el avistamiento de aves, así como observar otros animales de la zona, como el venado de la región. 

Selva Negra, A.C. 

Selva Negra es el brazo social de la banda de rock tapatía Maná. Esta fundación está activa desde 1995 y se enfoca en la conservación del medio ambiente, con acciones que van encaminadas a concientizar sobre la importancia de cuidar nuestro entorno, ayudar a preservarlo y al mismo tiempo mejorar la vida de las personas cercanas a la zona. 

Tiene varios proyectos en los que trabaja además del de Ahuisculco; el más conocido es el de protección de la tortuga marina. 

Selva Negra ha trabajado durante 14 años a través de tres campamentos tortugueros que rescatan huevos para evitar que caigan en manos de depredadores.  

También tiene un proyecto de hortalizas tanto en el estado de Jalisco como en el de Oaxaca, así como proyectos educativos y una escuela de música, entre otros.

Para conocer más información sobre esta fundación, y pedir informes para conocer la reserva del ejido de Ahuisculco ingresa a: www.selvanegra.com.mx 

Otras bandas al rescate

Por JONATHAN ÁVILA

Durante los últimos años, diversas bandas de todo el mundo han escuchado el llamado de la naturaleza, así como de quienes trabajan en pro del medio ambiente.

Estos músicos, en su mayoría de grupos de rock, se han sumado a las causas ambientales, ya sea con proyectos sustentables propios o con financiamiento a organizaciones de ese rubro.

Bandas como U2 han realizado giras en coordinación con la organización internacional Greenpeace, en donde los conciertos sirven para la recolección de firmas en apoyo a la ecología.

También Green Day, Pearl Jam, Coldplay, y Linkin Park, por mencionar algunas, han realizado campañas a favor del planeta. Y han donado miles de dólares para las ONG que trabajan en proyectos ambientales.

En el caso de Linkin Park, no solo ha otorgado apoyos en proyectos de reforestación, también ayuda económicamente a las víctimas de desastres ambientales como huracanes.

 

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