Los nuevos desertores

Mark Zuckerberg es quizá el desertor de educación superior más famoso del mundo. Dejó incompletos sus estudios en la Universidad de Harvard para dedicarle tiempo completo a “The Facebook”, el entonces pequeño pero promisorio proyecto que pondría en contacto a los estudiantes de las universidades élite de Estados Unidos con perfiles sociales en línea.

Gracias a su instinto emprendedor y a un cúmulo de situaciones que operaron en su favor, Zuckerberg supo aprovechar una 
multimillonaria oportunidad para crear un monstruo de la comunicación en Internet.

"La idea de que un diploma universitario es un paso obligatorio para una exitosa carrera, está mostrando fisuras (...) Hoy en día, la cultura popular está retratando a los desertores como multimillonarios que triunfaron” por su propio esfuerzo”
The New York Times‘Diciendo No a la Universidad’
El autoaprendizaje es uno de los efectos más positivos que nos ha traído la era de la información en línea

Mark Zuckerberg es quizá el desertor de educación superior más famoso del mundo. Dejó incompletos sus estudios en la Universidad de Harvard para dedicarle tiempo completo a “The Facebook”, el entonces pequeño pero promisorio proyecto que pondría en contacto a los estudiantes de las universidades élite de Estados Unidos con perfiles sociales en línea.

Gracias a su instinto emprendedor y a un cúmulo de situaciones que operaron en su favor, Zuckerberg supo aprovechar una 
multimillonaria oportunidad para crear un monstruo de la comunicación en Internet.

Sin embargo, en esta y otras historias de éxito de desertores universitarios, se habla mucho del espíritu emprendedor y poco del desarrollo de 
habilidades afuera del salón de clases, por iniciativa propia.

El autoaprendizaje es uno de los efectos más positivos que nos ha traído la era de la información en línea. Con ello se le ha dado una nueva dimensión a aquella noción de “estudiar en la carrera de la vida”; si bien las generaciones anteriores que no tuvieron oportunidad de matricularse en una universidad –pública o privada– se formaron un carácter “en la calle”, desarrollaron habilidades sobre la marcha y se abrieron paso en el mundo laboral sin un diploma que certifique sus conocimientos, las nuevas generaciones están haciendo esto y mucho más, revolucionando la idea del aprendizaje alternativo.

“La idea de que un diploma universitario es un paso obligatorio para una exitosa carrera, está mostrando fisuras”, dice un artículo de The New York Times titulado “Diciendo No a la Universidad”, que habla sobre la creciente tendencia de estudiantes que desertan de la educación superior “tradicional” en búsqueda de nuevas formas de adquirir 
–y reconocer– conocimientos.

Los ejemplos sobran particularmente en el área de las ciencias computacionales y la tecnología, campos de conocimiento que están en constante actualización y en donde da la impresión de que las aulas se están quedando rezagadas en comparación con las nuevas tendencias que brotan de “la calle”; ahí están como ejemplo los fundadores de compañías como Twitter y Tumblr, jóvenes desertores de universidades. Pero en la lista también se incluyen nombres con mucho más edad como Bill Gates, 
Michael Dell o Steve Jobs.

Además, el factor económico está orillando a muchos estudiantes a replantearse la forma en la que obtendrán sus conocimientos. 
El caso estadounidense es 
paradigmático: dos terceras partes de los universitarios que se graduaron en 2011 lo hicieron gracias a créditos estudiantiles, que en promedio representan una carga de 26 mil 600 dólares por estudiante.

Además, un estudio realizado por el Institute for College Access and Success encontró que, en Estados Unidos, el 37.8 por ciento de los universitarios graduados están trabajando en puestos de trabajo que no requieren de una carrera universitaria como requisito. 
Lo que se traduce en puestos de trabajo con salarios más bajos que no alcanzan para vivir 
decentemente y cubrir al mismo tiempo la deuda adquirida durante la universidad.

‘Hackea’ tu educación

Ante este panorama, han surgido movimientos “radicales” que recomiendan abiertamente a los universitarios a que abandonen las clases para perseguir sus sueños. Incluso ofrecen asesoría y apoyo para que no duden en intentarlo.

Tal como lo hizo el joven Dale J. Stephens con UnCollege, “un movimiento social diseñado para ayudarte a ‘hackear’ tu educación”. Stephens, quien se hace llamar “Jefe de Desviaciones Educativas”, va por 
el mundo predicando las bondades del autoaprendizaje.

The New York Times los describe como “una oleada de herejes en edad universitaria” que “sintiéndose presionados por una deuda estudiantil y un mercado de trabajo a la baja (…) están jurando lealtad a nuevos grupos como UnCollege”.

Pero hay esfuerzos que 
no necesariamente recomiendan desertar y más bien se enfocan en construir una red global de conocimiento.

Además de la cada vez 
más creciente lista de universidades de todo el mundo que están poniendo a disposición de cualquiera sus programas de estudios, cursos en línea e incluso clases en video, se 
está creando una cultura de educación colaborativa a distancia gracias a proyectos como Khan Academy.

Salman Khan, quien por cierto tiene un impresionante historial académico que incluye estudios en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y también en la Universidad Harvard, ha construido una gigantesca videoteca de conocimiento a través de su sitio. Cuenta con más de tres mil 600 videos instructivos gratuitos que cualquiera puede tomar, en temáticas que van desde matemáticas, biología, química, física y hasta finanzas e historia.

Pero lo más novedoso de este sitio es su espíritu colaborativo: el sueño de Khan es crear un salón de clase global en el que todos aprendamos a nuestro ritmo, apoyándonos de los que más saben. Para ello su sistema no solo invita a estudiantes (de todas las edades), sino que también fomenta perfiles de “entrenadores” (o “coaches”) que puedan brindar ayuda a quienes tengan dudas. 

Lo que sigue es trabajar en el desarrollo de un sistema que reconozca las habilidades que y conocimientos que se adquieren afuera de un salón de clase. La Fundación 
Mozilla, junto a otros organismos públicos y privados, ya están trabajando en ello.

 

Medallas de conocimiento

La Fundación Mozilla es famosa por haber creado uno  de los navegadores más populares como lo es Firefox. También trabaja en un proyecto paralelo que tendrá  importantes repercusiones en la revolución del modelo de  reconocimiento “social” de habilidades y conocimientos adquiridos fuera del salón de clase. Con “Open Badges”,  quiere estandarizar el otorgamiento de “medallas” que  reconozcan habilidades adquiridas ya sea mediante el  autoaprendizaje o en cursos en línea. La idea es que estas medallas estén “colgadas” en nuestros perfiles de Internet.

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