Los hijos de Avándaro

Todo por un “Chingue su madre el que no cante…” emitido por el cantante de “Peace & Love”, Ricardo Ochoa, que retumbó por la transmisión de Radio Juventud, fue lo que provocó que todo lo que oliera a Avándaro fuera perseguido

Toda leyenda tiene un principio y la historia que viene a continuación no es la excepción.

Lo que hoy sucede en el rock and roll en México es consecuencia del Festival de Avándaro, un evento que marcó a varias generaciones de mexicanos y la historia musical del país.

Avándaro opacó la inauguración de una carrera de autos que culminó con la censura y la persecución de un gobierno marcado por la represión estudiantil en Tlatelolco y “El Halconazo”.

Todo por un “Chingue su madre el que no cante…” emitido por el cantante de “Peace & Love”, Ricardo Ochoa, que retumbó por la transmisión de Radio Juventud, fue lo que provocó que todo lo que oliera a Avándaro fuera perseguido.

Ahí, es donde empezó todo.

De entre los vestigios de una ciudad censurada, salían chispazos de jóvenes que con euforia deseaban formar una banda de rock, como aquellos grupos que marcaron un punto y a parte desde ese ‘Avandarazo’.

Influenciados por grupos como ‘Queen’ o ‘Black Sabbath’, los jóvenes rebeldes mexicanos intentaron reinventar el movimiento.

Dentro de una zona donde los Jipitecas (hippies mexicanos) mantenían el impulso por la contracultura, se convirtió a Coyoacán en el hervidero de manifestaciones, donde Víctor Davila y Jaime Motta, adolescentes con la cosquilla muy presente, decidieron iniciar ‘Mistus’, considerado como uno de los grupos pioneros del rock nacional que revolucionó las presentaciones en vivo.

Ahí, es donde “Mistus” brilló con su rock pesado. Después de algunos cambios de alineación, al grupo se incorporó Marc Rodamilans, un integrante que le imprimió un orden al show, dándoles un profesionalismo característico.

Tiempo después, el guitarrista Jarris Margalli se unió y formaron una alineación que brindó forma a ‘Mistus’.

Conforme pasó el tiempo los lugares de las fiestas se hicieron más comunes. Entre aquellos icónicos lugares se encuentra ‘Vallarta 33’ en Coyoacán, denominada también como la casa de ‘Mistus’, y la ‘Carpa Geodésica’, donde figuraban recurrentemente los nombres de ‘Chac Mool’ y ‘Mistus’.

“Qué más hubiéramos querido que en 1980 existiera Rockotitlán o el Foro Alicia que todavía no se veía luz en su creación…”, recuerda Jarris Margalli, quien fuera guitarrista de “Mistus”.

A esta legendaria banda se le atribuye el haber invertido en su “PA” (sistema de sonido para una presentación en vivo) decente y equipo de iluminación para darle a su espectáculo un poco más de presencia.

Además de cantar en inglés, consecuencia directa de la influencia del rock nacido en Estados Unidos, ‘Mistus’ contaba para 19 82 con un repertorio suficiente para meterse al estudio y plasmar su nombre en los acervos del rock.

‘Life of a Match’, fue el resultado épico producido por ellos mismos, y que dio paso a piezas duras como “Rotten Inside”, “Sixty nine”” y “Mental Intercourse”, que, para esas fechas, tenían presencia en todas las tocadas.

Eran días intensos. “En alguna ocasión se juntaron 4 presentaciones en un solo día, el Hijo del Cuervo fue el cierre perfecto”, recuerda Jarris Margalli.

Ahora, algunos personajes que tuvieron la estafeta del rock, se declaraban admiradores de ‘Mistus’, entre los que se encontraba Sergio Silva y Tony Méndez (Kerigma); Leoncio Lara (Bon y los enemigos del silencio); y el mismo Saúl Hernández, quien compartió patios en su proyecto ‘Frac’ y ‘Las Insólitas imágenes de Aurora’.

En palabras del mismo Jarris Margalli: “Algunos locos con ayuda de palos, piedras y corcholatas descubrieron como hacer Rock and roll”.

Al ser una época donde la difusión de estos géneros musicales estaba estigmatizada, los espacios que dieron voz fueron pocos.

Al hablar de ‘Mistus’, fue la radio que pasaba su sencillo más radiable, ‘Sixty nine’, y se abrió paso a la invitación para grabar 4 canciones para la televisión. En los Estudios Churubusco fue la cita para el programa ‘Nuestro Mundo’, donde quedó plasmada la única presentación de ‘Mistus’ que existe hoy en día, con la flamante alienación y estilo más puro.

Ahora ‘Mistus’ está en el recuerdo de puros conocedores, pero alcanzó a dejar su huella en la historia donde el rock and roll se reinventó, se redescubrió y creció para llegar a ser lo que ahora es un fenómeno de élites muy pequeñas”, pero eso ya es otra historia.

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