Los delfines no olvidan

Los delfines son de las especies más inteligentes del reino animal. Prueba de ello es que los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) no solo emiten silbidos específicos para comunicarse e identificarse entre sí –tal como si se llamaran por su nombre–, sino que también pueden recordar a otros miembros de su especie con los que convivieron 20 años atrás. 

"A pesar de que los delfines pueden cambiar en tamaño y en características físicas (...), sus silbidos proporcionan un medio fiable de identificación para no perder la relación y conexión entre ellos”
Janet Mann Bióloga

Los delfines son de las especies más inteligentes del reino animal. Prueba de ello es que los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) no solo emiten silbidos específicos para comunicarse e identificarse entre sí –tal como si se llamaran por su nombre–, sino que también pueden recordar a otros miembros de su especie con los que convivieron 20 años atrás. 

No solo los elefantes tienen “buena memoria”, pues según una investigación publicada en Proceedings of the Royal Society B, los delfines tienen la capacidad de memoria social más duradera que se ha registrado a la fecha en un animal no humano.

Jason Bruck, investigador de la Universidad de Chicago y quien encabezó el estudio, realizó a lo largo de cinco años una serie de experimentos con más de 50 delfines –hembras y machos– en cautiverio en seis instalaciones de Estados Unidos. 

Estas instalaciones forman parte de un consorcio que rota a los mamíferos marinos. Y llevan décadas de registros de los animales que vivieron juntos y la duración de su convivencia. 

Bruck recolectó 71 silbidos de esta población muestra y para comparar cómo respondían los delfines a los silbidos de otros de su especie con los que habían vivido anteriormente y con aquellos que no les eran familiares, Bruck sumergió un altavoz en las piscinas de cada una de las seis instalaciones. El aparato reprodujo las grabaciones de los silbidos. 

El especialista explicó en la revista Science que los delfines no prestaban atención a los silbidos de aquellos animales que no conocían. Pero cuando escucharon el silbido de un antiguo compañero, se acercaban inmediatamente al altavoz que reproducía el sonido y “revoloteaban alrededor del mismo y le silbaban, aparentemente tratando de obtener una respuesta”. 

 

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