Con la llegada de un año nuevo también aparece en las personas el deseo de convertirse en su mejor versión. Para muchas, eso inicia cambiando su físico, así que comienzan dietas o hacen ejercicio para lograr su peso ideal; sin embargo, hay otras tantas que buscan cambios más radicales, por lo que toman la decisión de someterse a procedimientos estéticos o cirugía plástica.
Al año, los cirujanos plásticos realizan más de medio millón de procedimientos no quirúrgicos en el país
Estas intervenciones no son un juego, así que las personas que decidan someterse a ellas deben considerar varios puntos antes de realizarse una. El tiempo, el estado emocional, el apoyo familiar, contar con los recursos y verificar quién se las va a practicar son algunos de ellos.
De acuerdo con la última encuesta de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS), durante los últimos años ha habido un incremento del 7.4 por ciento de procedimientos estéticos y cosméticos.
A nivel mundial, los cinco procedimientos quirúrgicos más populares son el aumento de pecho, la liposucción, cirugía de párpados, abdominoplastia y rinoplastia. Mientras que los procedimientos no quirúrgicos más destacados fueron toxina botulímica, ácido hialurónico, eliminación de vello, reducción de grasas y foto rejuvenecimiento.
México está dentro de los 10 países que más cirugías realizó y ocupa el segundo lugar con la proporción más elevada de pacientes extranjeros, sólo después de Tailandia y antes de Turquía.
El aumento de senos con implantes es la segunda cirugía más realizada en México
Puntos para considerar antes de una cirugía plástica
Uno de los factores más relevantes a tomar en cuenta antes de realizarse un procedimiento estético o una cirugía plástica es el estado emocional. Lo ideal es que el paciente se encuentre feliz, se sienta pleno, seguro de sí mismo y confiado; sin embargo, esto pocas veces pasa.
Sara Leo Rodríguez, maestra en psicología y especialista de Doctoralia, asegura que la mayoría de las cirugías tienen que ver con el autoestima y la presión social, por el tema de los estereotipos.
“Nosotros queremos alcanzar elementos de perfección, porque genera ansiedad no tenerlos. Algo que se ha visto en la actualidad es que la gente quiere obtener más rápido los resultados esperados, estamos muy acostumbrados a la inmediatez”, explica.
Por ello, antes de someterse a una intervención, la recomendación es tener una valoración psicológica, porque no necesariamente el procedimiento va a mejorar el autoestima, ya que este tiene que ver con diversos factores, no solamente el físico.
“Esa sensación como de satisfacción con uno mismo no solamente tiene que ver con lo que yo veo en el espejo, sino con el contenido de mis pensamientos”, indica la experta.
“Creo que las cirugías plásticas tienen la parte benéfica de ayudar a gente que verdaderamente no tiene otra forma de recuperar o de mejorar algo en su cuerpo, por ejemplo, un cáncer de mama, pero la realidad es que no sólo con el hecho de operarme mi autoestima va a mejorar, siempre vamos a tener un elemento que me va a dejar poco satisfecho sobre mí”
Otro punto para considerar es que no todos los pacientes son candidatos para una cirugía plástica, esto dependerá de su historial clínico. Por ejemplo, las personas con problemas del corazón, de autoinmunidad y sobrepeso, difícilmente podrán someterse a estos procedimientos.
Así que es importante que los pacientes no le mientan a su cirujano plástico, ya que pueden poner su vida en peligro. Además, siempre es importante consultar la base de datos de la Asociación Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, A.C. para ver que su médico pertenece a esta asociación.
Los puntos más importantes para tomar en cuenta a la hora de elegir a un cirujano es que cuente con la especialidad en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva propiamente certificada por el Consejo Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, A.C, además de tener su certificado vigente y laborar en una clínica, consultorio u hospital avalado por Cofepris.
Leo Rodríguez aclara que no hay que estigmatizar estos procedimientos, pero señala que es importante preguntarse, una vez que se cumpla con la cirugía, “¿qué más hago para sentirme bien”.
