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Liberen a Arturo

En el Ártico, con las condiciones climáticas adecuadas para las características de su cuerpo, y no en una zona desértica como Mendoza, Argentina, donde las temperaturas pueden rebasar los 40 grados centígrados en verano, es donde debe vivir Arturo, el último oso polar en cautiverio del país sudamericano. 

En el Ártico, con las condiciones climáticas adecuadas para las características de su cuerpo, y no en una zona desértica como Mendoza, Argentina, donde las temperaturas pueden rebasar los 40 grados centígrados en verano, es donde debe vivir Arturo, el último oso polar en cautiverio del país sudamericano. 

El oso polar, de 29 años, lleva viviendo 20 años en el zoo de Mendoza. El pasado mes de febrero, el zoológico “bloqueó” un intento de trasladarlo al de Assiniboine Park, en Winnipeg, Canadá, sede de un nuevo Centro Internacional de Conservación del Oso Polar, reportó el diario británico The Sunday People. 

 Porque Arturo no sobreviviría el viaje de dos días. El director del zoológico, Gustavo Pronotto, dijo que “el equipo médico decidió por unanimidad que, debido a los altos riesgos por su edad, Arturo no debería ser trasladado (…) Debemos evitar un grave error, como su muerte durante el viaje o a su llegada. Está viejo, y esto requeriría muchas horas de anestesia”. 

Aunque Gabriel Flores, del movimiento Ecologist United, dijo que “la evaluación que se le hizo (al oso) fue visual, sin tocarlo, observándolo a distancia”.

En Twitter, #FreeArturo fue Trending Topic global, y otras peticiones para que Arturo sea trasladado a un mejor hogar se han realizado en Change.org y Greenpeace, donde se han recabado cerca de 200 mil firmas. 

Y existe una página en Facebook llamada “Salve al Oso Polar Arturo”. 

La cantante Cher publicó en su cuenta de Twitter un mensaje para la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner: “¿no lloras por él, Argentina? No hay lágrimas #señora Cristina Fernández de Kirchner para el torturado oso polar #Arturo. Sus manos estarán manchadas con su sangre cuando muera”.

Y es que el estado físico de Arturo se ha visto afectado de manera importante. Su salud mental también se ha ido deteriorando, sobre todo en los últimos dos años, desde la muerte de su compañera de largo tiempo, Pelusa. 

Desde entonces, el oso polar no ha tenido contacto con otro animal de su especie. 

Según publicó The Sunday People, expertos apuntan a que Arturo tiene una “conducta anormal”, como inclinar su cabeza, mostrar sus dientes y pasear sin rumbo fijo. Incluso ha sido bautizado como “el animal más triste del mundo”. 

“Puedes ver que está perdiendo la cordura. Se mueve de la manera que lo hacen los osos polares cuando están sufriendo mucho estrés. (…)”, dijo la profesora argentina Fernanda Arentsen, quien se ha dirigido a su Gobierno y a la Embajada de Canadá en Buenos Aires, para rogar que Arturo sea trasladado a otro lugar. 

“Me parte el corazón verlo. Soy de Mendoza. Sé qué tan caliente es el verano. (…). Me parece que las autoridades de Mendoza están poniendo su orgullo por encima del bienestar de Arturo. Quizá no quieren perder una atracción que trae ingresos al zoológico”, dijo.