El vuelo en racimo es una forma de vuelo en la que una persona está suspendida de un grupo de globos llenos de helio. Foto: Catholic News.

La trágica historia del sacerdote que intentó volar durante 20 horas amarrado a mil globos de helio

El sacerdote conocido como “el Padre del Globo” tenía la intención de romper un récord mundial de “vuelo de racimo”

Adelir Antônio de Carli, también conocido como el “Padre del Globo” en Brasil, falleció durante un intento de vuelo en racimo el 20 de abril de 2008.

El vuelo en racimo es una forma de vuelo en la que una persona está suspendida de un grupo de globos llenos de helio.

El objetivo de de Carli para el vuelo en racimo era romper el récord de vuelo de 19 horas y reclamar una nueva marca mundial. Su primer intento fue el 13 de enero de 2008, durante el cual completó con éxito un vuelo de cuatro horas desde Ampére, Paraná, Brasil, hasta San Antonio, Misiones, Argentina.

Sin embargo, su último intento terminó de manera trágica. El 20 de abril de 2008, después de despegar en una silla sujeta a mil globos, Carli alcanzó una altitud de 6 mil metros antes de perder contacto con las autoridades. Tres meses después, su cuerpo fue encontrado frente a la costa del sureste de Brasil.

En esa ocasión la ruta resultó más demandante y más larga que su viaje previo a Argentina. El punto de partida fue Paraná, en Brasil; su destino era Dourados, cerca de Paraguay. Un viaje de un total de más de 20 horas.

¿Por qué el sacerdote intentó realizar esta hazaña?

El sacerdote realizó la hazaña para ayudar a recaudar dinero para una capilla para camioneros en su parroquia en la carretera. Además, como adelantamos, tenía la intención de conseguir un récord mundial.

El día de su vuelo había mucho viento, aunque no fue razón para detenerlo. Luego de ofrecer una misa para las personas que asistieron a su despegue, emprendió el vuelo con todo su equipo: paracaídas, casco, impermeable, GPS, teléfono celular y uno satelital, entre otras herramientas y comida.

Luego de 20 minutos de iniciar su viaje el sacerdote contactó a su equipo terrestre para informar que no había conseguido la altura deseada. Aún así se reportó bien y confiado en que lograría su cumplir la hazaña.

Más tarde, a las 9:00 pm, se comunicó por última vez con la Policía Militar cuando se encontraba sobre Santa Catarina.

Posteriormente se organizó una campaña de búsqueda para traer de vuelta al sacerdote. Sin embargo, 75 días después del inicio de su vuelo, un barco encontró sus restos a unos mil kilómetros del noreste del lugar de su desaparición.

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