La NASA descubre compuestos orgánicos en Marte

A nivel mundial, distintos expertos dieron a conocer los nuevos hallazgos del rover Curiosity, de la NASA, que llegó a Marte el 6 de agosto del 2012 y ha recorrido en 6 años, cerca de 19 kilómetros

A nivel mundial, distintos expertos dieron a conocer los nuevos hallazgos del rover Curiosity, de la NASA, que llegó a Marte el 6 de agosto del 2012 y ha recorrido en 6 años, cerca de 19 kilómetros. Mide casi una tonelada es complicado

Rafael Navarro González, del Instituto de Ciencias Nucleares, explicó que gracias a datos de Curiosity se tiene evidencia concluyente de la presencia de compuestos orgánicos en el cráter Gale, pero también de la emisión estacional de metano, la molécula orgánica más simple, en la atmósfera marciana.

“Los niveles mínimos del metano en la atmósfera muestran un patrón estacional muy fuerte que es repetitivo y que es consistente con los localizados en la superficie que ocurren a lo largo de todo el planeta. Tenemos continuamente la ciada de polvo cósmico, ese polvo tiene compuestos orgánicos que cuando llegan a la superficie son destruidos por la luz ultravioleta y forman metano”, explica Navarro.

Lo relevante de eso es que los expertos especulan están en el subsuelo de Marte pude haber una fuente de metano producida por bacterias o microbios que están trasformando el dióxido de carbono e hidrógeno en metano. Aunque también podría haber una contribución abiótica que sería producida por fracciones de minerales con agua que en condiciones hidrotermales las que generan el metano.

“En el caso de la Tierra el metano es importante, el 99% tiene un origen biológico, solamente una pequeña cantidad, 1%, lo produce esos ambiente hidrotermales. Para el caso de marte no sabemos si podría haber microbios que están contribuyendo en la formación del metano o podría ser el fenómeno químico. Sin embargo, este fenómeno cuando es producido es estabilizado en las profundidades de Marte al hidratarse con moléculas de agua formando lo que se conoce como clatratos, son como pelotitas, y por procesos que no conocemos todavía están siendo emitidos a la atmosfera”, afirma el científico de la UNAM.

Para Navarro, estos datos sugieren procesos físico-químicos más complejos que estarían regulando la atmósfera marciana.

Por otra parte, el cráter Gale, con sus 154 km de diámetro y una antigüedad aproximada de 3 mil 800 millones de años, se ha convertido en un punto clave para la exploración del planeta rojo. En este lugar se encontraron restos de materia orgánica refractaria en rocas sediméntales y lacustres que implica la preservación de registros orgánicos.

“Es la primera evidencia concreta de registros orgánicos antiguos en Marte, y es un hallazgo muy importante. La materia orgánica refractaria quiere decir que soporta
temperaturas altas”, sentencia Navarro.

Con estos hallazgos, la cuestión de si la vida pudo haberse originado o existido en Marte es mucho más oportuna ahora que se sabe que las moléculas orgánicas estaban presentes en el planeta rojo.

Para este estudio, los investigadores analizaron muestras extraídas por Curiosity. A través de unos instrumentos incluidos en el vehículo, las muestras fueron calentadas hasta 400 grados centígrados hasta liberar las moléculas orgánicas y volátiles. Los resultados demostraron la presencia de tiofeno, 2- y 3- metiltiofeno, metaniotiol y dimetilsulfuro. La principal hipótesis es que estas moléculas podrían ser fragmentos de moléculas más grandes que se habrían descompuesto con el tiempo.

Hasta el momento, la búsqueda de vida extraterreste se basa en una suposición elemental: que en su esencia la vida marciana no debería diferenciarse de la terrestre. “La vida fuera de la Tierra se debe de regir por leyes universales, y el lugar más cercano para buscar una segunda génesis es Marte, en ese planeta no hay oxigeno por lo que la vida debería estar en el subsuelo”, dice el investigador.

Durante la conferencia de prensa, Navarro González mencionó que la NASA enviará en 2020 otro robot a Marte, parecido en tamaño y forma a Curiosity, pero con otros instrumentos. La idea es que perfore para colectar rocas, luego las va a encapsular y posteriormente irá otro robot a recoger esas cápsulas y las va a sacar al espacio.

Después irá otro robot a la órbita de Marte recolectar las cápsulas y traerlas a la Tierra, este proceso tardará 20 años.

Estos dos hallazgos se publicarán mañana en dos artículos electrónicos de la revista Science

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