La Mujer Rey revive los sucesos del esclavismo en África en el siglo XIX y cómo el grupo de guerreras agojie defendían el territorio

“La Mujer Rey” empodera y da voz a la comunidad afrodescendiente

La Mujer Rey revive los sucesos del esclavismo en África en el siglo XIX y cómo el grupo de guerreras agojie defendían el territorio de Dahomey, que en la ficción está decidido a dejar de comerciar con sus habitantes, pero es constantemente presionado para ceder ante el imperio del mundo blanco

Algunas historias universales parecen mitos que sólo pertenecen al imaginario social; sin embargo, en ocasiones, esconden algo de verdad. Este es el caso de las agojie, guerreras conocidas como las amazonas de Dahomey. Esta élite de mujeres defendía a su rey de la constante amenaza del imperio Oyo, al oeste de África, y su historia ahora es llevada al terreno audiovisual con el largometraje La Mujer Rey que, así como las agojie, tiene un reparto y un equipo de producción comandado por mujeres.

Todo comenzó en 2015, cuando la productora Maria Bello viajó a Benín —país africano donde antes estaba el reino de Dahomey— para indagar a fondo acerca de la historia de las agojie y regresó a Hollywood convencida de que quería contar este pasaje perdido de la historia.

Fue en septiembre de ese mismo año que Bello, junto con Cathy Schulman, la coproductora del filme, le presentaron la idea a la actriz Viola Davis en el marco de los Premios Women Making History, quien se cautivó de inmediato y aceptó estelarizar la producción como la general Nanisca, quien comanda a las agojie.

“Tuve la sensación de que La Mujer Rey podía ser una historia muy importante, porque me vi reflejada en ella. Vi reflejada mi propia feminidad. Vi mi negritud. Vi ahí un importante pedazo de historia. Siempre he señalado que cualquier pedazo de historia es importante, incluso, aquellos que parecen pequeños y minúsculos. Creo que el mundo exige hoy día estas narraciones”, afirma Davis en las notas de producción de La Mujer Rey.

Las productoras sabían que para contar esta historia era necesario un equipo enteramente femenino, entonces, acudieron con la guionista Dana Stevens, le ofrecieron la dirección a Gina Prince-Bythewood, y así más puestos fueron ocupados por mujeres.

“Con esta historia pudimos moldear de otra manera aquello que ser mujer significa. Hemos visto cosas parecidas con anterioridad. Adoro las historias que te permiten enmarcar de otra manera la feminidad, las fortalezas de las mujeres. Estas mujeres existieron, y lo que hicieron es verdaderamente sobrehumano, pero no por ello se convirtieron en súper heroínas. Yo tenía que llevarlas a la pantalla”, subraya Prince-Bythewood.

Pese a que el proyecto se comenzó a desarrollar desde 2015, no fue sino hasta entrada la pandemia que realmente empezó la producción. En noviembre de 2021, el equipo creativo viajó hasta Sudáfrica durante cinco meses para rodar la película, el resultado ya se encuentra en cines mexicanos el 13 de octubre.

Aunque La Mujer Rey está basada en hechos reales, en la cinta se insinúa que el reino de Dahomey busca dejar de comerciar con esclavos, algo que no ocurrió, porque ellos siguieron vendiendo a sus iguales hasta que el imperio británico comenzó a abolir esta práctica en 1840.

La Mujer Rey, volviendo al ‘hogar’

El desplazamiento forzado de millones de africanos a lo largo de la historia, por culpa de la esclavitud, ha causado una regresión inconsciente de sus descendientes cuando visitan de nuevo sus tierras de origen, esto mismo le sucedió a Davis y a parte del equipo de quienes hicieron La Mujer Rey.

“La filmación de esta cinta en Sudáfrica constituyó el punto álgido de mi vida. Me sentí en casa. Mi hogar lo encarnan mi esposo, mi hija y mi madre. Pero el hogar es asimismo una comunidad de la que puedo sentirme parte, una comunidad en la que no tengo por qué sentirme apremiada, que no me obliga a esconderme ni a justificar mi presencia.

“En aquel lugar sentí como si yo misma hubiera brotado de la tierra. Me sentía una con su gente. Me sentía parte de la tierra, del cielo. Fue como mi hogar. Y eso es algo que no puedes recrear en un estudio cinematográfico. Creo que esta historia es muy negra y muy africana”, admite la artista.

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