La moneda rebelde

La innovación tecnológica nos ha permitido a los usuarios de Internet hacer cosas que hasta hace dos décadas eran impensables, un empoderamiento del que no gozaron generaciones anteriores. 

A lo largo de este proceso de “democratización” se han fastidiado los intereses de algunos sectores como el del entretenimiento; gracias a las herramientas de producción multimedia y plataformas de publicación al alcance de todos, hoy  cualquiera puede generar contenidos, no solo los medios tradicionales de comunicación.

La innovación tecnológica nos ha permitido a los usuarios de Internet hacer cosas que hasta hace dos décadas eran impensables, un empoderamiento del que no gozaron generaciones anteriores. 

A lo largo de este proceso de “democratización” se han fastidiado los intereses de algunos sectores como el del entretenimiento; gracias a las herramientas de producción multimedia y plataformas de publicación al alcance de todos, hoy  cualquiera puede generar contenidos, no solo los medios tradicionales de comunicación.

O, ¿qué tal la nueva y creciente ola de impresiones en 3D? El poder de fabricar cosas tangibles en la comodidad de nuestro hogar podría amenazar la relación productor–consumidor de manera definitiva. 

Eventualmente, los sectores “afectados” tendrán que adaptarse ante esta nueva lógica de empoderamiento adquirida por el usuario–consumidor. 

Ya lo estamos viendo en la industria de la música: cuando los análisis más fatalistas apuntaban a su desaparición por culpa de la horda de descargas ilegales y la piratería, desde el mundo de la tecnología surgieron ideas exitosas (iTunes, Spotify) que provocaron un reordenamiento en la industria. 

Hasta hace poco, el empoderamiento de los usuarios representaba una amenaza solo para sectores como el del entretenimiento o la manufactura, y no así para gobiernos. 

Si bien Internet le ha dado voz a millones de personas e indirectamente ha provocado movilizaciones que han cambiado la historia de algunos países (Egipto, Túnez), el monopolio del Estado sobre algunos de los conceptos clave para el ordenamiento de la sociedad no habían sido desafiados a gran escala por el poder de la tecnología.

Dos de esos conceptos clave tienen que ver con el monopolio de la violencia (el uso legítimo de la fuerza) y la capacidad de gestionar a través de un Banco Central la oferta monetaria y la tasa de interés dentro de un territorio delimitado. 

Basta con hacer una búsqueda en YouTube con las palabras clave “3D Printed AR-15” (y ser un poco mal pensados para imaginar los peligros que esto representa), para ver cómo hay quienes ya están produciendo armas desde sus impresoras en 3D.

El alcance que tiene Internet ha derribado fronteras, por algo ese espacio etéreo interconectado es también conocido como la “aldea global”… una aldea que por cierto ya tiene su propia moneda digital: Bitcoin. 

Desarrollado por un ‘genio’

Bitcoin es una moneda digital, descentralizada, que funciona bajo un complejo sistema computacional desarrollado en 2009 por un misterioso programador que se hace llamar Satoshi Nakamoto. 

Nakamoto es –o era, no se sabe nada de él desde abril de 2011, ni su verdadera identidad– “un programador de clase mundial con un profundo entendimiento del lenguaje de programación C++ (…) también entendía economía, criptografía y cómo tejer conexiones peer–to–peer. O fue un equipo de personas  los que trabajaron en esto o este tipo es un genio”, según la conclusión a la que llegó Dan Kaminsky, experto en seguridad por Internet, citado por un artículo en The Guardian. 

¿Criptografía? ¿Peer–to–peer? ¿Descentralizado? Eso podría asustar a cualquiera, sobre todo si tenemos la idea de que los Bancos Centrales y la banca comercial están ahí por algo, como intermediarios que brindan seguridad a nuestro dinero. Opinión que era compartida por los cuentahabientes de Chipre antes de que su Banco Central decidiera cobrarse de su dinero parte de la recuperación pactada con la Unión Europea.

Bitcoin surge de la filosofía de absoluta libertad, presente entre la comunidad de hackers. ¿Por qué habríamos de confiar en intermediarios cuando se trata de nuestro dinero si tenemos las herramientas para hacer transacciones de usuario a usuario desde cualquier parte del mundo a través de Internet? Esa parece ser la motivación principal detrás de Bitcoin. 

Según Jerry Brito, investigador de temas relacionados a las políticas sobre Internet, hay dos beneficios principales detrás de Bitcoin: “la autoridad central no controla la oferta de dinero, por lo que no podrán imprimir más dinero, así que la oferta es más estable y tu dinero va a retener su valor”. 

Además, “no hay ningún commodity respaldándolo, tampoco un gobierno u otra entidad bancaria (…) es de usuario a usuario, de la misma manera que trabaja BitTorrent o Skype, donde cada computadora de los usuarios contribuye a la capacidad  total de la red”, según explicó el académico a la revista Reason. 

¿La siguiente burbuja?

Para poder adquirir Bitcoins es necesario ir a una casa de cambio en línea para intercambiar dólares por esta moneda digital. 

Lo curioso es que desde enero el tipo de cambio frente al dólar se ha incrementado de manera exponencial. Un artículo en The New York Times destaca que de costar tan solo unos 10 centavos de dólar hace unos tres años, ahora cada Bitcoin vale más de 140 dólares. 

“Ahora, algunas personas se están enriqueciendo de repente, incluyendo a Rick Falkvinge, quien es el fundador del Partido Pirata en Suecia. ‘Había invertido todos mis activos en bitcoins’, dice. ‘Ahora he convertio la mitad de eso en otras monedas. Nunca antes había sido tan rico”, relata la revista alemana Der Spiegel.

Felix Salmon, periodista de temas económicos de Reuters, escribió hace poco que “estamos en medio de una burbuja de bitcoins y solo es cuestión de tiempo para que reviente”. 

Para aumentar el misterio, desde hace un par de días algunos de los sitios de bitcoins sufrieron ataques de denegación de servicios (DoS).

Hay quienes especulan que bitcoins está ya pisando callos importantes, Después de todo esta moneda digital es una de las maneras más efectivas para garantizar la seguridad de donaciones a organizaciones vigiladas muy de cerca por gobiernos del mundo, como sucede con 
WikiLeaks. 

Bitcoin A detalle

Este sistema está cambiando al mundo financiero de la misma manera que Internet cambió a la industria de las publicaciones, o por lo menos eso es lo que asegura el sitio weusecoins.com, que se dedica a “hacer más accesible” el mundo de los Bitcoins a principiantes. 

El sitio administrado por uno de los desarrolladores de Bitcoin, Stefan Thomas, tiene un video que resume qué es y cómo funciona esta moneda digital:

¿Qué es Bitcoin?

Bitcoin es la primera moneda digital descentralizada. Bitcoins son monedas digitales que puedes enviar a través de Internet. Comparado con otras alternativas, Bitcoin tiene varias ventajas: son transferidas de persona a persona vía Internet sin pasar por un banco. Esto significa que las cuotas son mucho más bajas, que puedes usar Bitcoins en todos los países, tu cuenta no puede ser congelada y no hay prerequisitos o límites 
arbitrarios. 

¿Cómo funciona?

Las Bitcoins o “monedas” son generadas a través de Internet por cualquiera computadora que corra una aplicación gratuita llamada “bitcoin miner” (minero de bitcoins, en español). Minar requiere de cierta cantidad de trabajo para cada “bloque” de monedas. Esta cantidad es ajustada automáticamente por la Red para que las bitcoins sean siempre creadas a una velocidad predecible y limitada. Tus bitcoins son almacenadas en una cartera digital, algo que te puede resultar familiar si usas la banca en línea. Cuando transfieres bitcoins, se le añade un seguro electrónico. Después de unos minutos, la transferencia es verificada por un “minero” y es permanentemente almacenado en la Red. 

Video explicación
Disponible en inglés: weusecoins.com

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