
Julián Herbert escribe Overol como una forma de resistencia de la literatura ante la inmediatez
A través de ensayos que dialogan con la tradición literaria mexicana, el escritor mexicano comparte un territorio de lectura que desafía las dinámicas de la inmediatez
Karina CoronaEscribir y leer en tiempos de crisis es, para Julián Herbert, un acto de resistencia. La palabra, en su forma más profunda y reflexiva, se convierte en un refugio ante la vorágine de la inmediatez y la superficialidad que dominan la era digital. En Overol: Apuntes sobre narrativa mexicana reciente (Penguin Random House, 2024), el escritor ofrece una reflexión crítica sobre el desgaste emocional y cultural que genera la obsesión por la novedad.
Frente a la aceleración del mundo contemporáneo, el autor propone un regreso a la lentitud y a la complejidad, como formas de resistencia personal y colectiva.
📚 Conversamos con el escritor mexicano Julián Herbert sobre «Overol. Apuntes sobre la narrativa mexicana reciente», publicado por Random House.
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— Revista Este País (@RevistaEstePais) January 20, 2025
“La literatura a veces parece confinada a la academia o a las reseñas de prensa, y a mí me interesaba mucho pensarla desde dentro del ruedo, como alguien que escribe poemas, narrativa y también hace crítica, me toca ser juez y parte, pero eso te permite una elasticidad para experimentar con el género”, explica Herbert a Reporte Índigo.
“Veo la crítica literaria como un campo experimental, porque creo que ha perdido mucho terreno frente a la autoridad de los editores, por ejemplo, y también frente a los medios digitales, los influencers, de los followers y esta dinámica en la que es más importante tener muchos likes”, expresa.
Con este libro, el autor coloca su escritura como un espacio para cuestionar las reglas del juego cultural, sin rendirse ante la presión del mercado ni la rapidez de los juicios externos. Para Herbert, la clave está en ir contra esa corriente.
“Quería ir justo más despacio. Algunos de los ensayos del libro son largos con esa intención de ir contra la corriente. Llevo seis años en rehab, he tenido problemas de adicciones durante muchos años y me parece que el tema de la novedad se acerca, de algún modo, a cómo funciona en la conciencia el espíritu de las adicciones, uno se vuelve adicto a sí mismo. esa velocidad también te hace adicto a tu propia emoción. Y entonces ese desgaste no tiene fin”, explica.
El ejercicio de la autocrítica
Para el poeta es claro que la crítica, en sus diversas formas, le ha permitido articular su visión sobre la literatura desde diferentes frentes. Cada vez que escribe poesía o narrativa, se enfrenta a la escritura no solo como autor, sino como lector, desarmando el “juguete” de las palabras, entendiendo cómo alguien más ha creado algo.
.@julian_herbert agitó las aguas en la literatura mexicana con #Overol Despertó muchas pasiones!!!
Aquí lo que me dijo https://t.co/EmIfYtmtBd— vicentegtz (@vicentegtz) January 21, 2025
“Hay un cierto tabú en la escritura que impide a los autores responder a las críticas de sus libros, pero, al mismo tiempo creo que cuando la crítica es deficiente, un escritor tiene todo el derecho de rebatirla”, describe.
Sobre la novedad y la inmediatez
Lejos de ser una mera crítica cultural, revela un dilema profundo sobre la dinámica de la novedad y su impacto en la psique colectiva. Según el autor, el verdadero problema radica en la imposibilidad de frenar ese ciclo que se perpetúa a través de la ansiedad por estar constantemente en movimiento y al tanto de lo siguiente, sin detenerse a reflexionar.
Una de las consecuencias de esta adicción a la velocidad es el profundo desgaste emocional que, a su vez, ha provocado una creciente crisis en la salud mental global. A pesar de la incertidumbre sobre cómo evolucionará este fenómeno a nivel mundial, Herbert señala que la creciente relevancia de la salud mental es un reflejo de cómo la sociedad está exhausta emocionalmente.
“La crítica siempre ha sido muy interesante para mí, es como una de mis profesiones semi secretas”
En particular, el poeta dedica parte del libro a reflexionar sobre cómo la literatura mexicana ha respondido a momentos históricos de crisis y de cómo los escritores han utilizado la palabra para resistir, documentar y reimaginar sus circunstancias.
“Para mí es bien difícil pensar en una sola de las caras de la monedas, incluso, escribiendo poesía o narrativa, siempre estoy pensando de algún modo como lector y de la misma manera que cuando estoy leyendo siempre estoy desarmando el juguete, y tratando de ver cómo alguien hizo algo revisándolo desde el punto de vista del escritor.
“Hablo en algún punto del libro de la pasión crítica y creo que la literatura tiene distintas pasiones; me gusta mucho pensar que la crítica puede ir más allá de la pelea, del regaño o de decirle a un autor lo que está mal. Me gusta esa otra crítica que viene de otras tradiciones, no sólo de la lengua española, sino también de la lengua inglesa y francesa que es la crítica como que no está ahí para hacer un censo ni para hacer un canon, sino para compartir un territorio de lectura”, abunda.
Otro de los motivos para la creación de Overol fue el impulso por el deseo de hablar sobre los autores de su generación y la de los más jóvenes, pero también por su necesidad de conectar estas voces con la tradición literaria mexicana, especialmente con la narrativa del siglo XX.
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— El Péndulo (@El_Pendulo) December 17, 2024
“José Revueltas es como una especie de río subterráneo que recorre buena parte de la narrativa de este momento, pero también Amparo Dávila, Elena Garro, Inés Arredondo, y María Luisa Puga, quienes han dialogado con los grandes referentes de la literatura mexicana. Hasta Luis Zapata, José Agustín y Gustavo Sainz, autores a quienes les dedico tres textos al final del libro”, dice.
El escritor explica que, a veces, los libros nacen de experiencias “laterales”, es decir, de vivencias indirectas que terminan siendo fundamentales para su creación. En su caso, esas experiencias tienen que ver con la enseñanza de la literatura y con su constante participación en el mundo de la industria cultural.
“Todo el tiempo, soy jurado de concursos, tengo que subir un blog, presentar libros, me envían libros de editoriales para reseñarlos. Este contexto de la industria cultural me empujó a escribir este libro, el cual me deja un sentimiento de liberación porque pienso que este año voy a leer con mucha más holgura, por decirlo de alguna manera, porque en 2024 publiqué dos libros de ensayo, fue mi etapa de ensayista, y, por lo pronto, se va a cerrar un rato; quiero leer más divertidamente”, concluye.