Juan O´Gorman, el legado de una estrella del arte

Hoy se cumplen 37 años de la muerte de este arquitecto y pintor mexicano que dejó un gran legado al país; expertos de su trabajo desglosan algunas de sus obras más emblemáticas y explican su importancia para la historia

Juan O´Gorman tenía el arte en las venas. Con un padre pintor de origen irlandés, el joven no creció ajeno a las combinaciones de colores que se producen con los pinceles. Hoy se cumplen 37 años de su muerte, y lo recordamos descifrando, con la ayuda de especialistas, el legado que este arquitecto dejó en el país.

Un mural en el Castillo de Chapultepec y otro en una biblioteca en Michoacán, la construcción de un estudio para sus amigos y colegas Diego Rivera y Frida Kahlo, y el diseño de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria son sólo algunas de las piezas de arte que O´Gorman concibió.

El arquitecto mexicano pintó el mural Retablo de la Independencia en el Castillo de Chapultepec, entre 1960 y 1961

Cuando terminó la licenciatura en Arquitectura en la UNAM, entre los primeros trabajos que O´Gorman tuvo fue la creación de escuelas primarias en la Ciudad de México. La Secretaría de Educación se las encomendó, y él las realizó bajo la creencia de que con menos dinero se podían realizar inmuebles bien hechos.

Enrique Javier de Andas Alanís, historiador de la Arquitectura Moderna de la UNAM, detalla que en estas escuelas, el artista decidió implementar su teoría de que no había que hacer arquitectura, sino lo que él llamaba “Ingeniería de Edificios”.

De acuerdo con el especialista del Instituto de Investigaciones Estéticas, a O´Gorman le interesaba resolver los problemas que se demandaban para la arquitectura con menos dinero y con mayor rapidez.

“En esos años no quiso utilizar el término arquitectura, porque para él esa área estaba muy vinculada a los problemas de la estética más que con las cuestiones de la funcionalidad y del buen uso. En ese tiempo, era un hombre muy joven, muy abierto y revolucionario”, especifica De Andas Alanís, a Reporte Índigo.

Las casas futuristas

En 1929, Juan O`Gorman compró los terrenos de la cancha de tenis de San Ángel, donde construyó una casa. En ese tiempo, entre las amistades del arquitecto estaba Diego Rivera. El autor de la pintura El Cargador de las Flores había llegado de París y accedió a conocer la construcción de su joven amigo.

A quien fuera pareja de Frida Kahlo le gustó tanto la construcción que le pidió que creara una para él y la pintara. De acuerdo con la Secretaría de Cultura, el 25 de marzo de 1998 la casa que construyó para su amigo fue declarada como monumento con valor artístico.

Años después, el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Muebles (CENCROPAM), del INBA, encontró que la Casa de Estudio de Diego Rivera tenía la firma de O´Gorman con tinta negra en una de las paredes exteriores, debajo de capas de pintura.

Para Francisco Robles Gil, doctorante en Historia de la Universidad Iberoamericana, la construcción que el arquitecto realizó para Rivera, en esos años, fue una aproximación a la arquitectura funcionalista en la que O´Gorman demostraba que no había grandes edificaciones barrocas que invadieran el espacio, sino que dialogaban con él.

“En el aspecto artístico, creo que Juan O´Gorman fue uno de los primeros en romper con esa tradición mexicanista. Fue un futurista, estaba adelantándonos a la crisis de hacinamiento que iba a tener la Ciudad de México, anunciaba una arquitectura limpia”
Francisco Robles GilDoctorante en Historia de la Universidad Iberoamericana

De Anda Alanís menciona que cuando Diego Rivera regresó de París, una de las primeras enseñanzas que le dejó a O´Gorman fueron las vanguardias europeas. El investigador de la UNAM señala que Juan tuvo una preparación muy importante de parte del guanajuatense, pues le mostró el cubismo vanguardista, una nueva manera de ver la realidad, además de que le hizo tener consciencia política.

Por su parte, Claudio Nieto, maestro de la Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación de la Universidad La Salle, agrega que uno de los legados que O´Gorman le dejó al país fue que introdujo el modernismo.

Nieto comenta que a principio de su carrera arquitectónica, Juan se basó en muchos de los postulados de Le Corbusier, un arquitecto suizo-francés que principalmente dictó las pautas del movimiento moderno en sus inicios.

“La arquitectura moderna de Europa tenía un cambio muy radical de su perspectiva, la edificación se concebía más como máquina, y todo se debía por una perspectiva de la historia muy influenciada por la Revolución Industrial. Él, al leer esto, empezó a desarrollarlo en construcciones en México, sobre todo, enfatizando mucho en la parte del funcionalismo, uno de los preceptos de la arquitectura moderna”, asegura el maestro de la Universidad La Salle.

La Biblioteca de los mexicanos

El historiador de Arquitectura Moderna de la UNAM, Enrique de Anda, dice que la Biblioteca Central (construida en 1948) es quizá la obra más conocida de Juan O`Gorman, pues es una pieza postrera hecha en su etapa de madurez, y desde luego, es muy conocida, fundamentalmente, por los murales que ocupan las cuatro fachadas.

De Anda explica que cuando O´Gorman decidió estar a la cabeza del diseño de esta construcción, ya había llegado a una conciliación consigo mismo, reconociendo que la arquitectura resolvía temas de uso, de funcionalidad, de economía, pero también problemas estéticos.

“Esta es la obra más emblemática y conocida del artista, y desde luego es algo que culturalmente en México está absolutamente fijo en el imaginario social. En el sentido de que esta construcción es una obra identificable internacionalmente. Cuando alguien, en cualquier lugar del mundo, menciona o se le menciona a la UNAM, la primera imagen que le llega es la Biblioteca”, confiesa el investigador.

Su lado de pintor

A pesar de que Juan O´Gorman se dedicó a la Arquitectura la mayor parte de su vida, la pintura siempre estuvo presente no sólo porque su padre se dedicaba a ello, sino porque esta faceta le hizo comprender desde otro ángulo su carrera.

“O´Gorman fue un caso muy atípico, porque tenía una formación técnica, pero también artística. Normalmente se entiende que el artista es de pensamiento más libre y no tan estructurado”, asegura Nieto.

Juan pintó el mural Retablo de la Independencia en el Castillo de Chapultepec, entre 1960 y 1961, mientras que años atrás, en 1942, realizó otro en la Biblioteca Gertrudis Bocanegra en Pátzcuaro, Michoacán.

Para Francisco Robles, O´Gorman no fue un pintor propagandístico, sino uno que a pesar de que pintaba sobre la Revolución Mexicana y la Independencia de México, era un historiador desde las artes plásticas

“Lo que él nos está poniendo a la vista es ‘vean, esto es ser mexicano a partir de mi obra. Yo no les voy a decir qué es serlo, no les voy a dar línea para que se sientan orgullosamente mexicanos’, sino que a partir de su obra, buscaba la reflexión de qué es serlo”, agrega el doctorante de la Universidad Iberoamericana

Los especialistas concluyen que Juan O´Gorman fue un artista completo, quien, de haber vivido más años, hubiera sido el responsable de traer al país más estilos y visiones arquitectónicas.

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