Con pena y alegría

 

Si la mujer policía al mando de la valla de oficiales hubiera dicho a los seguidores de Juan Gabriel que cuando llegara el convoy con las cenizas todos empujaran, la gente habría obedecido la orden.

 

Pero dijo lo contrario:

Julio Ramírez Julio Ramírez Publicado el
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En el posible homenaje estarían Marco Antonio Solís ‘El Buki’ y José Manuel Figueroa, hijo del extinto cantautor Joan Sebastian
Al sitio llegó el presidente municipal de Parácuaro, Noé Zamora. El alcalde dijo que buscaba convencer a los hijos del cantautor para que sus restos también sean homenajeados en el pueblo natal de Juanga
En el recinto, el Mariachi ‘Mi Tierra’ presentó sus respetos a los restos de Juan Gabriel 
https://youtu.be/12l7OUiCfk8

 

Si la mujer policía al mando de la valla de oficiales hubiera dicho a los seguidores de Juan Gabriel que cuando llegara el convoy con las cenizas todos empujaran, la gente habría obedecido la orden.

 

Pero dijo lo contrario:

 

“A ver, por favor. Nosotros vamos a dejarlos que vean, pero por favor no se avienten, quédense en donde están”.

 

Nadie la obedeció. Era al menos una hora de espera para ver dos minutos el paso de la camioneta con las cenizas de Juanga.

 

Todo hacía pensar que nadie iba a obedecer la orden. Ya antes se habían presentado engaños. Una vez cuando pasó el helicóptero, otra cuando llegaron unas motocicletas de policías, otra con los camarógrafos de una televisora en una motocicleta de carreras. Esos hasta se ganaron una rechifla: 

 

¡Sáquenlos, por faroles!

 

—¡Ahí viene el Juangamóvil! ¡Ahora sí!— gritaba el mismo señor la misma cosa otra vez, y todos comenzaban a grabar con el teléfono celular. Ya se veía venir que aquello iba a terminar con un empujón.

 

“¿Ya viene, poli? Díganos si se ve algo, no sea malo”, le preguntaba una señora apurada a un oficial. 

 

Él solo negaba con la cabeza. También cuando le pedían permiso para pasar del otro lado: “Trabajo en el banco, poli”. “Yo voy a la escuela del otro lado, poli”. “Poli, déjeme pasar, traigo al niño”. La cabeza de un lado al otro. La cara inexpresiva.

 

Juan Gabriel por todas partes

 

En la Alameda Central estaba el baile, el recuerdito y la fritanga, un comedor comunitario servía una pieza de pollo con arroz y mole con cuatro tortillas por 10 pesos en un plato de unicel. Era cosa de pedir a alguien que le apartara el lugar. Los policías te marcaban en la muñeca para que no perdieras tu turno.

 

En la fila, madres que perdieron a sus hijos, trajeados, niños prodigios del canto, sombrerudos, mariachis, bigotones, hombres, mujeres, transexuales, abuelitos, brasileños, una colombiana agradecida, chilenos y policías en todas partes, pero sobre todo, juangabrieles. En los jardines de la Alameda Central si movías una piedra salían muchos juangabrieles a quienes los asistentes les pedían “Amor Eterno” y “Así fue”, “Abrázame muy fuerte”, otra vez y ya.

 

Profesan su amor eterno

 

Los seguidores de Juan Gabriel le profesaron su amor eterno en Bellas Artes. Uno de ellos fue Javier Lavat, empresario de Ecatepec, quien en sus tiempos libres se dedica a hacer imitaciones de Juan Gabriel. Andaba de un lado para otro cantando las canciones del “Divo de Juárez” y un montón de señoras lo seguían.

 

“La gente que se quiera enamorar que busque una canción de Juan Gabriel. Nos enseñó a ser simplemente seres humanos, porque Juan Gabriel con lo que tenía y con lo que era, ese gran ser humano, nunca dejó de darnos la mano, de saludarnos, de entregarse al público con lo que él era. 

 

Ahorita estamos celebrándolo con alegría, pero sabemos que estamos entregando a Dios a uno de los seres humanos más maravillosos que México tenía. México está despidiendo al último divo. No sólo de México, no sólo de Latinoamérica, del mundo entero”, dice en entrevista Javier Lavat, quien vestía un traje de lentejuelas blancas.

 

“El mensaje que queremos mandar es que sí aprendimos con su música y sí nos cambió la vida. 

 

Cada canción que de aquí en adelante se va a escuchar de Juan Gabriel va a ser una oración de todos nosotros para que llegue al cielo en verdad, para que nos abrace muy fuerte”, afirma.

 

Junto con las mujeres que lo seguían echaron una porra al “Divo de Juárez”.

 

Adiós con alegría 

 

Otro grupo de personas animaba a Víktor Gandha, imitador profesional de Juan Gabriel, quien traía una bocina con pistas y con un micrófono cantaba las obras del cantautor de la “Tierra Caliente” de Michoacán. El también músico de profesión vestía un atuendo en negro con rojo con la botonadura cruzada.

 

“Por principio de cuentas, se siente feo, porque yo crecí con su música, desde muy niño lo admiro. 

 

Estoy contento de venir a despedirlo de esta forma, con toda esta gente tan bonita que está aquí, pero al mismo tiempo creo que todos estamos tristes porque no vamos a volver a ver a nuestro ídolo. 

 

Pero finalmente lo vamos a despedir como él siempre quiso, con alegría y pues qué mejor forma que hacer lo que interpretando sus canciones”, comentó.

 

Dice que le sorprende la habilidad musical de Juan Gabriel para la composición, ya que no tuvo estudios formales de música.

 

“Fue una de las personas que siempre supo afrontar los problemas de frente. Fue alguien que nunca escapó. Alguien que siempre que se dijo algo en televisión siempre sacó la cara para aclararlo. 

 

Cuando se le reclamó sobre su homosexualidad levantó la mano y dijo ‘sí soy’, porque no tenía nada qué esconder, absolutamente nada, desde sus películas, su vida personal, su paso por la cárcel, sus anécdotas buenas y malas, hasta el día de su muerte fue una persona intachable”, consideró el admirador.

 

Víktor Gandha asegura que aunque el cuerpo físico de “El Divo de Juárez” ya no está en la Tierra, “Juan Gabriel se queda en el alma de todos nosotros para siempre”.

 

El último adiós

 

“Querida”, “Siempre en mi mente”, “Se me olvidó otra vez”, “La diferencia”, se escuchaban en las filas para despedirse del Divo de Juárez.

 

Al sitio llegó un contingente del Ayuntamiento de Parácuaro, la tierra natal de Juan Gabriel, encabezado por el presidente municipal Noé Zamora. El alcalde dijo que buscaba convencer a los hijos del cantautor para que sus restos también sean homenajeados en el pueblo natal de la Tierra 

Caliente michoacana.

 

En el posible homenaje estarían Marco Antonio Solis “El Buki” y José Manuel Figueroa, hijo del extinto cantautor Joan Sebastian.

 

La lluvia amenazó en varias ocasiones por la tarde con llegar a Bellas Artes, en donde el cuerpo del cantante ingresó pasadas las cuatro de la tarde.

 

En el recinto, el Mariachi “Mi Tierra” presentó sus respetos a los restos de Juan Gabriel; posteriormente se realizó una transmisión en vivo por medio de la aplicación Periscope.

 

Así transcurrió el día en el último adiós en Bellas Artes. La gente se arremolinó para ver pasar la carroza. Que no tenía nada diferente a otras carrozas… pero era la del último divo que había dado este país y había que ir a verla.

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