José Manuel Ciria asegura que gran parte de su exposición Tierras y Mapas está inspirada en México

José Manuel Ciria, el pintor enamorado de México

José Manuel Ciria asegura que gran parte de su exposición Tierras y Mapas está inspirada en el país azteca, en sus colores y su gente, motivándolo a seguir pintando y a decidir abrir una casa-taller en la colonia Roma, con el fin de quedarse más cerca de los mexicanos

El pintor José Manuel Ciria ha presentado su arte ante los mexicanos en seis ocasiones, y cada vez que arriba al país azteca, su gente, los colores que tapizan las calles, así como los olores de su gastronomía, lo enamoran aún más, provocándole una inspiración artística que no consigue en ningún otro lado del mundo.

Con más de tres décadas de carrera en el campo del arte, el pintor de 59 años se presenta una vez más en la Ciudad de México con la exposición Tierras y Mapas, integrada por cuadros que el artista ha realizado a lo largo de su carrera, desde 1999 a la fecha.

Uno de los bloques que visten su muestra artística está conformado por piezas creadas en México, llenas de colores que Ciria creó tras enfrentarse con la cultura mexicana. “Sus colores transformaron mi paleta, así como su atmósfera y su luz, ésta que no tienen en países del norte”, dice el pintor.

Situado entre las piezas que conforman su exposición, José Manuel Ciria cuenta, en entrevista con Reporte Índigo, que sólo las personas privilegiadas, como los mexicanos, viven entre una luz natural que motiva a los visitantes a regresar de manera obligada pero placentera al país, como a los pintores que están en busca de sus musas imaginarias.

“Los críticos de arte siempre tratan de clasificar la obra de un pintor. Por ejemplo, a Picasso lo relacionan con sus amantes, sus diferentes mujeres. En mi caso no es así, a mí me influye mucho el territorio en el que esté parado, así distinguen mi trabajo”, asegura.

El artista nacido en Manchester, pero criado en Madrid, confirma que todo lo que le ha transmitido México a su trabajo lo ha convencido de que necesita una casa-taller en la capital, específicamente en la Roma, un barrio, dice, que lo enamoró por sus bares, su ambiente, su gente y su movimiento. “Polanco estaría bien, pero es mucho más aburrido”, admite.

De conseguir la casa-taller, José Manuel estaría seis meses al año en la Ciudad de México para elaborar la mayoría de sus cuadros, los cuales recorren el mundo, como ya lo han hecho en países como Rusia, Suiza, Argentina, Chile, entre otros.

“Parte del trabajo que se le mostrará a la gente se hizo aquí, en este espacio. Lo que queremos es un taller definitivo, porque seguramente nos quedaremos acá por no sé cuántos años”, remarca el pintor, respecto a Tierras y Mapas, que se presentará hasta el 20 de octubre en el Espacio de Colaboración para La Producción y Difusión de Arte contemporáneo. (ECPDAC), en la Roma.

La primera parte de la exposición la conforman siete piezas creadas en Nueva York entre 1999 y 2011. En esa temporada, Ciria buscaba reinventarse, se enfocó en el dibujo, en la estructura y en la línea, condicionándolo a generar otro tipo de atracción.

En la segunda parte hay seis cuadros que había presentado en el Ateneo Español de México el año pasado, pero que creó en Londres, cuando sintió que su arte debía transmitir un sentimiento de libertad.

Para el tercer bloque de Tierras y Mapas se montaron cinco piezas que Ciria creó en México, exponiendo los colores “más explosivos y brutales” que había en su paleta.

En las tres facetas hay figuras abstractas que conviven con elementos geométricos, pero que su conjunción es diferente conforme cada cuadro y la época en la que se llevó a cabo. “Siempre he dicho que tal vez la vida sea demasiado corta como para tener más de una idea, pero también he dicho que los pintores siempre pintamos el mismo cuadro, sólo hay que intentar disimularlo, haciendo aparecer nuevos elementos en el discurso y que otros vayan diluyéndose”, agrega Ciria.

La clave del éxito para Jose Manuel Ciria

La primera exposición del pintor de manera individual fue en los años 80, y hasta ahora no ha dejado de presentar sus piezas en gran parte del mundo. En ese sentido, le aconseja a los jóvenes entusiastas por la pintura que si desean esta carrera, entonces trabajen arduamente para lograr que su nombre sea reconocido.

“No hay secreto en esta profesión. Es como cualquier otra, lo único que tienes que hacer es trabajar duro, confiar en ti mismo y darle caña, no tener pereza, viajar. Ahora con las redes sociales se tiene una oportunidad para que todo el mundo pueda ver tus cosas. Yo no lo hago demasiado, igual y es por la edad, pero el secreto es el mismo, trabajar como un animal”, menciona.

Reconoce que aunque algunos ven a los pintores como personas que no hacen nada en la mayoría de su tiempo, la realidad es otra, pues hay momentos en los que las 24 horas se está trabajando, asistiendo a exposiciones, o impartiéndolas, leyendo sobre su arte o dando entrevistas.

Comenta que si un artista trabaja de manera fiel y humilde, no sólo la gente se lo agradecerá, sino él mismo, pues “lo que el artista siempre aspira es a sorprenderse a sí mismo, a que la obra le sobrecoja”

Por otra parte, el pintor concuerda con que el arte puede cambiar a la gente, a aquellos que nunca la han visto de cerca, convenciéndolos de que la belleza puede estar retratada con pintura, a través de una mancha o una figura.

“Las personas no deben tener un conocimiento teórico ni haber pasado por la Facultad de Arte, simplemente necesita sensibilidad, si la tienen ante un objeto artístico, lo normal es que aquello les mueva, que les coja las tripas de alguna manera”, sostiene Ciria.

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