John Bonham: el poderoso motor detrás del Zeppelin

“Bonzo” pasó a la historia como el mejor baterista del rock; su estilo único y sus golpes descomunales lo elevaron al olimpo del género

John Henry Bonham fue el motor que impulsó al gigantesco y poderoso zeppelin de plomo que dominó los cielos del rock and roll durante la década de los 70; el baterista dio vida a la mejor banda de hard rock de la historia y le puso punto final con su repentina muerte en 1980.

“Bonzo”, como le llamaban sus amigos, redefinió la forma de tocar la batería en una banda de rock. El británico era mundialmente conocido por ser más veloz, fuerte y ruidoso que los bateristas de su época; incluso por arriba de Keith Moon de The Who y Bill Ward de Black Sabbath.

El secreto del baterista se encontraba detrás de sus “árboles”, un par de anchas y pesadas baquetas con las que aporreaba, como si no existiera mañana, bombos y tambores más grandes que los convencionales, lo que le ganó la reputación de ser el baterista más poderoso del Reino Unido.

Al igual que muchos niños, el pequeño “Bonzo”, construía sus propios sets con latas, botes e instrumentos de cocina, sin embargo, lo llevaba más lejos al recubrir con alambre algunas secciones para sonar más fuerte; a los 10 años recibió un pequeño tambor y a los 15 su primera batería.

Sin tomar una sola lección de música y alternando su pasión con el negocio familiar, Bonham fue invitado a tocar con varias bandas, incluidas Crawling King Snakes y Band of Joy, cuyo vocalista, Robert Plant, ayudaría a construir la escalera al cielo años después.

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Bonham continuó cambiando de banda hasta que llegó con el músico Tim Rose. De pronto, el baterista recibió una jugosa oferta del cantante Joe Cocker, así como varios telegramas de Plant y el guitarrista estrella de The Yardbirds, Jimmy Page; finalmente, se decantó por la segunda opción.

“Sabía que Joe Cocker iba a lograrlo. Pero ya sabía por tocar en Band of Joy con Robert Plant lo que le gustaba, y sabía en qué estaba Jimmy Page, así que decidí que me gustaba más ese tipo de música. Y valió la pena”, declaró el músico años después.

El baterista se convirtió en la columna vertebral y el músculo de Led Zeppelin, su potencia era tal que obligó a Jimmy,  Robert y al bajista John Paul Jones a subir el volumen de su música para no ser opacados por su poderosa batería; lo que definió el estilo de la banda y el inicio del heavy metal.

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“Bonzo no sólo catapultó a Zeppelin con su descomunal fuerza, sino también con su instinto natural por el ritmo; sus contribuciones en Good Times, Bad Times, Comunication Breakdown, Whole Lotta Love, Ramble On, Inmigrant Song, Kashmir y Stairway to Heaven son sólo algunos ejemplos.

Bonham tenía su propia sección dentro de los conciertos, el músico ejecutaba un maratónico solo de hasta 30 minutos, en el cual dejaba a un lado las baquetas para tocar con las manos (a veces hasta sangrar). El nombre del solo era Moby-Dick; largo, pesado e indomable como la ballena.

El baterista se unió a Led Zeppelin ya como un hombre casado y con un pequeño llamado Jason, por lo que se deprimía cuando tenía que estar fuera del país durante varias semanas; el baterista encontró en las drogas y el alcohol una falsa salida a sus problemas de ansiedad.

Ebrio y alejado de su familia, Bonham era un hombre violento, capaz de iniciar una pelea al menor contacto visual; incluso tuvo que declarar ante un tribunal, luego de haber noqueado a un elemento de seguridad de un bar.

“Bonzo” y el “Zepp” se convirtieron en la banda más importante del mundo durante la década de los 70, sin embargo tuvieron que detenerse en 1977 tras la muerte de Karac, el hijo de seis años del cantante Robert Plant; un hecho que tocó a todos los miembros de la banda.

Zeppelin regresó en 1979 con el disco In Throuhg the Out Door y para 1980 acordaron una gira por los Estados Unidos, por lo que los integrantes de la banda se reunieron en la mansión de Jimmy Page para una larga sesión de ensayos.

Bonham, quien tenía problemas en casa, comenzó a beber vodka desde la mañana del 24 de septiembre de 1980, el músico siguió bebiendo durante el primer ensayo, luego en la comida y de nuevo en la práctica de la tarde; hasta que se desplomó en un sillón.

El bajista John Paul Jones y el manager Benje LeFevre cargaron el pesado cuerpo de Bonham hasta la cama para que descansará y se le pasará la borrachera. LeFevre acostó al baterista de lado y colocó almohadas detrás de él para que no durmiera boca arriba.

A la mañana siguiente, Jones y LeFevre subieron a ver su amigo, intentaron despertarlo por todos los medios, incluso llamaron a una ambulancia, pero todo fue en vano; el mejor baterista en la historia del rock había muerto como varios de sus contemporáneos, ahogado por su propio vómito.

“El último día de su vida, mientras nos dirigíamos al ensayo, no estaba tan feliz como podía estar. Dijo ‘ya me harté de tocar la batería, todo el mundo toca mejor que yo’. Mientras conducía el auto arrancó el espejo retrovisor y lo tiró por la ventana. Me dijo ‘cuando lleguemos al ensayo, tú vas a tocar la batería y yo voy a cantar”, contó el vocalista Robert Plant.

En diciembre de ese mismo año, Page, Plant y Jones publicaron un comunicado en el que lamentaban la pérdida de su compañero y anunciaron la disolución definitiva de Led Zeppelin, una de las bandas más influyentes de todos los tiempos.

“Deseamos informar que la pérdida de nuestro amigo y el profundo respeto que tenemos por su familia, junto con la sensación de armonía indivisa que sentimos nosotros y nuestro manager, nos llevó a decidir que no podríamos continua como estábamos”, firmó Led Zeppelin.

El final estaba escrito: un gigantesco zeppelin de plomo no podía funcionar si un poderoso motor que lo hiciera volar.

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