Hay que educar a los machines

‘Hay que educar a los machines’: Concepción Company

Actualmente hay retos a los que la comunidad LGBTTIQ+ se enfrenta; sin embargo, también existen logros, los cuales, aclara la lingüista Concepción Company, son indispensables de abordar. A la vez, profundiza sobre la necesidad de contar con una educación basada en el respeto y la tolerancia

La lingüista y filóloga Concepción Company Company ha insistido en que los seres humanos discriminan socialmente a partir de la construcción oral y escrita que se hace con la lengua. Y, aunque se ha pronunciado en contra del lenguaje incluyente por considerarlo de poca utilidad y una cortina de humo, asevera que la lengua es propiedad de todo ser humano y tiene una naturaleza inclusiva, es decir, que todos son dueños de ella y libres para usarla.

Bajo este contexto, Company moderará la mesa redonda “Lengua, discriminación e identidades sexogenéricas”, en la cual participarán Antonio Bertrán Rodríguez, periodista “joto-cultural”; Siobhan Guerrero Mc Manus, investigadora en la UNAM e integrante del comité editorial de la revista Debate Feminista, y Ana Francis Mor, activista, actriz y diputada de la Ciudad de México.

“Lo que queremos es dar voz a personas de la comunidad LGBT- TIQ+, porque, justamente, ellos han sido afortunadamente arrastrados, arrastradas y visibilizadas en esta ola feminista que yo creo lleva más de ocho o 10 años y que ha creado una reflexión importante”, indica Concepción Company a Reporte Índigo.

En la mesa se abordará cuáles han sido los avances importantes que han habido en los últimos ocho años respecto a sus posiciones sexogenéricas, así como los retos para crear sociedades más incluyentes, y respetuosas, cual-quiera que sea su identidad sexual.

“Lo que queremos hacer es romper este esquema heterosexual, heteropatriarcal imperante desde hace, en el caso de la lengua española, dos mil años. Nos concebimos desde una heterosexualidad, y nadie ha dicho que esa heterosexualidad sea normal ni normativa”, detalla.

Ir a la raíz del problema

Un ejemplo ha sido el uso de palabras como “puto”, las cuales se ocupan para insultar. Sin embargo, Company reitera que no se va a impedir que haya vocabulario malsonante, pues este ha estado presente en todo momento, a lo largo de a historia de las sociedades.

Siempre ha habido palabras que se ocupan para insultar y discriminar, lo que no se ha podido realizar es, precisamente, evitar que ocurra. Ante esto, la filóloga explica que el problema acabaría con la educación desde el respeto, o, incluso, aplicando sanciones.

“Vamos a poner medidas reglamentarias, que cueste dinero. Los insultos se han pagado desde que los humanos tienen lengua. También que nos eduquen desde la primaria, son la base sólida e importante, pero primarias reales, formativas, y no solamente informativas”.

“Porque resulta que en la escuela son muy respetuosos, pero cuando llegan de la escuela ‘ya llegó tu hermano, caliéntale la cena, dale de cenar’, ¿el hermano es cojo, tarado, no sabe prender el gas? Ni usted ni yo vamos a evitar que haya léxico discriminador, lo que sí debemos evitar es usarlo”, explica.

Entre los avances, pronuncia Company, se encuentra que, en la Ley de Aborto no se mencione “Ley de Aborto para mujeres embarazadas”, sino para personas gestantes, porque habrá personas que sean femeninas en su biología, pero no se identifican como mujeres.

Pero, precisamente, así como ha habido avances también existen grandes retos y propuestas que se deben atender de manera inminente para hacer una sociedad más respetuosa e igualitaria.

“Sí hay avances en cuanto a visibilidad, conciencia de que existen estas minorías sexuales, probablemente, ya no son tan minoritarias, es saber que están, cuáles son sus derechos y marcos legales en los que se pueden mover. Y romper mitos como que la heterosexualidad sea la norma”, abunda.

Para la investigadora y académica, la lengua es un repositorio importante, por ello la importancia de una mejor educación que muestre cómo usarla.

“Lo que hay que hacer es que se les enseñe gramática a los periodistas, correctores que lidian y trabajan con la lengua, a los hablantes, en general.

Habría que enseñar que hay discursos que son estereotipos masculinos”, pondera.

Por ejemplo, indica que en los periódicos, cuando se habla de algún reconocimiento, si se trata de un hombre empiezan por el nombre y luego la distinción; nos obstante, al mencionar a una mujer, la oración inicia con el galardón y luego el nombre femenino.

“Muchísimas veces la prensa lo hace y eso es discriminación pura, dicen ‘es que no me doy cuenta’. Por ello, deberíamos tener una educación más sólida y real”, expresa.

La académica invita a que se haga un esfuerzo para encontrar las palabras idóneas y también se pueda decir: “buenos días, tengan todas y todos ustedes. Sin embargo, al hacer estos desdoblamientos, hay muchos oyentes que “no lo aguantan”.

Eso mismo ocurre con el uso de la letra “e” en algunas palabras, estrategias que, de acuerdo con Company, no funcionan.

“Ahora queremos resignificarla e, las feministas le quieren dar un valor genérico neutro, y las personas no binarias un valor de no sexo, tenemos una e tan polisémica que se nos está yendo. Lo único que digo es que usemos la cabeza y esforcémonos un poco más por hacer lenguaje, interacción de discursos orales y escritos no discriminatorios e incluyentes, hay modos de hacerlo”, expone.

Por último, Company hace hincapié en que las palabras pesan, por ello se deben utilizar de la manera adecuada. Ella considera que deben buscarse nuevas estrategias, más allá de la aplicación de la e, la cual no le convence, pues existe todo un léxico disponible, como usar abstractos colectivos o epicenos, elementos que considera mejores.

“Las mujeres tenemos una responsabilidad en parar discursos discriminatorios y hay que educar a los hombrecitos que son machicísimos que están desdoblando porque tienen una presión muy grande en el trabajo: ‘estimadas, queridas, querides todes’ y hacen este tipo de cosas.

Lo que tenemos que hacer es educar, el lenguaje puede ser una cortina de humo que nos deje a todas y todos muy felices, y en los hechos nunca ocurre nada”, puntualiza Concepción Company Company.

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