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Encanto, belleza y glamour

Nacida en una cuna de artistas –su padre escultor, director y actor, su madre directora, maestra y actriz– Juliette Binoche demostró talento desde su adolescencia, iniciando su carrera como intérprete desde joven, atrayendo las miradas de críticos internacionales. Roger Ebert, famoso crítico estadounidense dijo que Binoche “es casi etérea en su belleza e inocencia”.

Nacida en una cuna de artistas –su padre escultor, director y actor, su madre directora, maestra y actriz– Juliette Binoche demostró talento desde su adolescencia, iniciando su carrera como intérprete desde joven, atrayendo las miradas de críticos internacionales. Roger Ebert, famoso crítico estadounidense dijo que Binoche “es casi etérea en su belleza e inocencia”.

“La insoportable levedad del ser” (1988) adaptación estadounidense del clásico de Milán Kundera, bajo la dirección de Philip Kaufman y protagonizada junto a Daniel Day-Lewis, la colocó en el estrellato internacional, marcando un antes y después en su carrera.

Para 1993 la actriz ya estaba bajo el mando del director polaco Krzysztof Kieslowski en su famosa trilogía “Tres colores”, participando en la película “Azul”. Esta cinta le hizo acreedora de un Premio Cesar –el equivalente al Oscar en Francia– como Mejor Actriz y arrasó en el Festival Internacional de Cine de Venecia con siete premios, incluido el de Mejor Actriz en dos categorías distintas.

Su siguiente coqueteo con la industria fílmica estadounidense fue con “El paciente inglés”, tres años después. 

Este filme se embolsó nueve premios de 12 nominaciones al Oscar que se llevó la producción a casa, incluido el de Mejor Director y Mejor Película. Así como el de Mejor Actriz de Reparto para Binoche.

“Chocolate” (2000) la puso de nuevo en los ojos del mundo obteniendo la nominación a Mejor Actriz.

La actriz cuenta con más de 40 cintas en su repertorio, y las anécdotas curiosas no faltan en su carrera. Por ejemplo, Steven Spielberg le ofreció el rol de la Dra. Ellie Sattler en “Parque jurásico” (1993), pero declinó la oferta e hizo “Tres colores: Azul”.

Es la primera actriz en ganar los tres premios más consagrados en su categoría en los festivales de mayor renombre: en 1993 ganó la Copa Volpi a Mejor Actriz por “Tres colores: Azul”, y en 1997 ganó el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín y el Oscar a Mejor Actriz de Reparto, ambos premios por “El paciente inglés” (1996).

Durante la gira de promoción de la película “Chocolate”, en el 2000, Bill Clinton invitó a la actriz a la Casa Blanca, pero ella no pudo asistir porque se encontraba actuando en la obra de Broadway “Traición” de Harold Pinter. La familia Clinton voló a Nueva York para entonces conocer a Binoche.

Las relaciones humanas a detalle

Juliette Binoche le contó al cineasta Olivier Assayas una idea que apenas era un argumento, de cómo ella sentía que se podría desarrollar la historia de una actriz de renombre que al estar en la cúspide de su carrera, el volver a la obra de teatro que le hizo famosa 20 años antes le hace flaquear y la llena de duda, ya que en su juventud interpretó el protagónico y ahora ella haría a la actriz de edad madura, que en la obra termina suicidándose. 

Esta idea le gustó al cineasta y la convirtió en el guión que posteriormente dio vida a  “Las nubes de María”.

En esta producción se añaden dos talentos juveniles hollywoodenses que sorprenden por alejarse del mainstream actual: Las actrices Kristen Stewart y Chloë Grace Moretz. La primera es la asistente personal de María Enders (Binoche) quien tiene que lidiar con resolver la vida personal de la actriz en la ficción, pero que la línea delgada entre una relación profesional y personal se puede llegar a malentender.

Y Grace Moretz interpreta a una actriz rebelde, que vive al borde de los excesos, ella será la actriz que encarne el papel que originalmente hizo María en la obra Maloja Snake hace 20 años.

La cinta resalta por sus actuaciones emblemáticas y su historia remarcable, pero sobretodo por los paisajes que nos ofrecen las locaciones en las que se filmó la cinta: El pueblo de Sils Maria, en Suiza, Zurich, Leipzig, Alemania y el sur de Italia. La película se realizó en 35mm gracias al apoyo de la marca Chanel, quien financió parte de la producción.

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