¿Es en realidad terrible comer mal? ‘La biblia de la mala comida’ asegura que no hay que exagerar

El médico Aaron E. Carroll, autor de “The Bad Food Bible”, explica que los consejos de expertos en torno a la comida suelen satanizar lo que comemos, pero que los riesgos realmente son muy bajos comparándolos con la realidad

Un médico estadounidense asegura que la idea de que la comida que más nos gusta, a menudo es la que nos hace mal, es un tanto equivocada.

Los consejos que brindan los expertos sobre la comida suelen ser confusos y determinantes al explicar qué es lo ‘bueno’ para comer y qué es lo ‘malo’; sin embargo, para Aaron E. Carroll, médico director del centro de políticas de salud de la Universidad de Indiana, asegura que si dejamos de consumir algunos de los alimentos más ‘satanizados’, en realidad podría hacernos daño.

Carroll, autor de “The Bad Food Bible” (La biblia de la mala comida), publicado hace un año, explica se habla de la comida en sentido negativo, que los que se come hoy, hará que lo lamentemos más tarde. No obstante, este médico rompe con ese paradigma, pues asegura que cuando evitamos ciertos alimentos, lo compensamos consumiendo demasiado de los demás, lo que también puede resultar contraproducente.

Ejemplo de ello es el consumo de carne. Para Carroll, muchos de los médicos y nutricionistas que recomiendan evitar los alimentos no explican los riesgos de su no consumo. En el caso de la carne, se dice que su consumo en grandes cantidades se asocia con el padecimiento de cáncer. El médico de Indiana afirma que el riesgo es bastante pequeño.

“Si una persona comiera un extra de tocino todos los días, el riesgo de tener cáncer de colon se incrementa la mitad del uno por ciento. Incluso esa cantidad sería discutible”, escribió Carroll para el The New York Times.

Otro tema controversial es la aplicación de la sal. Carroll asegura que si bien es cierto que comerla en altas cantidades puede ser perjudicial para las personas que padecen hipertensión, y que es muy común que los alimentos procesados la contengan en bastante proporción; también agrega que el estadounidense promedio consume un poco más de tres gramos de sodio al día. Dicha cantidad, se encuentra dentro de los puntos óptimos para la salud, asegura el profesor.

En contraste con el consumo de sal, Carroll apunta que el poco consumo puede ser tan peligroso como comerla en exceso. Pero señala que no se hace conciencia de ello, y que los expertos continúan presionando por recomendaciones de disminuir su utilización.

En últimos años, los letrados en el tema de la comida han incluido en la lista negra de los alimentos con gluten, proteína contenida en las harinas de trigo o centeno, al asegurar que es maligna para el cuerpo. Derivado de esta hipótesis, miles de productos llevan la etiqueta ‘libre de gluten’, lo que hace pensar que es más sano para el organismo.

Para Carroll el no consumo de gluten es una contradicción, ya que disfrutar de un baguet con jamón, tiene menos grasa y azúcar, así como menos calorías y más fibra que uno que no lo tenga.

Las bebidas alcohólicas es otra materia en la que los dietistas y nutriólogos moderan su consumo. En este aspecto, Carroll considera que su consumo regulado puede disminuir la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares.

Las limitaciones en la comida se encuentran bajo el disfraz de lo que la ciencia descubre. Pero, señala Carrrol, una mirada más cercana alrededor de los temores de la comida pueden estar más satanizados de lo que en la realidad significan. Por ello, detalla que se puede tener un doble efecto. Es decir, que la rigurosidad en las elecciones dietéticas pueden ser perjudiciales.

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