El troll se hace el enfermo

Además de ser una fuente inagotable de conocimiento, la Red también tiene un lado oscuro: es la herramienta idónea para saciar las inquietudes de quienes hacen del llamado "trolling" una segunda vocación.  

El "trolleo", como se conoce en la jerga de Internet, es el arte de sacar de quicio, provocar sentimientos de ira o fastidiar a usuarios en línea de manera intencionada.  

“Con la llegada y expansión de la comunicación en línea, la capacidad de fingir una enfermedad de forma anónima está ampliamente facilitada”, lo que recibe el nombre de “Münchausen por Internet”, (MBI, por sus siglas en inglés)
El “trolleo”, como se conoce en la jerga de Internet, es el arte de sacar de quicio, provocar sentimientos de ira o fastidiar a usuarios en línea de manera intencionada

Además de ser una fuente inagotable de conocimiento, la Red también tiene un lado oscuro: es la herramienta idónea para saciar las inquietudes de quienes hacen del llamado “trolling” una segunda vocación.  

El “trolleo”, como se conoce en la jerga de Internet, es el arte de sacar de quicio, provocar sentimientos de ira o fastidiar a usuarios en línea de manera intencionada.  

Ahí está el caso del programador texano de 49 años, Michael Brutsch, quien recientemente llevaba la batuta en la práctica de trolling más ofensivo en la Web, bajo el alias de “Violentacrez”, en la red de marcadores sociales Reddit. 

Brutsch, cuya identidad fue puesta al descubierto en octubre del año anterior por el periodista de Gawker, Adrian Chen, en un artículo que llevó por título “Desenmascarando a ‘Violentacrez’ de Reddit, el mayor troll en la Web”, era el autor detrás de “Jailbait”, un foro de alto tráfico –millones de visitas por mes– dedicado a publicar material sugestivo sexual de niñas menores de edad.

Y era precisamente la alabanza de la gran audiencia que logró atraer a lo largo de años y el modus operandi del mismo Reddit –que “recompensa”, por ejemplo, a aquellos usuarios cuyo contenido ha generado el mayor número de votos en la comunidad, llevando el mismo a ocupar la portada del sitio– lo que satisfacía el oscuro deseo de Brutsch de enfurecer a otros internautas del sitio que no comulgaban con sus agresiones cibernéticas. 

De hecho, años atrás, menciona Chen en su artículo, “Jailbait” recibió un sello distintivo único en forma de sombrero de tipo “pimp” (o lo que popularmente conocemos como “padrote”) por parte de los administradores de Reddit en honor a las aportaciones que el creador de este foro, “Violentacrez”, el troll de élite en Reddit, realizaba al sitio. Su trabajo como moderador de la comunidad de la red social, revela Chen, era impecable.

Lo anterior, cabe aclarar, sucedió antes de que “Jailbait” fuese censurado por Reddit en respuesta a la fuerte crítica que en octubre de 2012 hizo el periodista de CNN, Anderson Cooper, con un reportaje especial respecto al sitio y a las actividades en línea de Brutsch.

Quizá las muestras de reconocimiento público que facilita una comunidad en línea como la de Reddit no son nada sofisticadas, pero sí lo suficientemente eficaces para acrecentar el entusiasmo de un troll por excelencia. 

“Hace dos años, cuando todo esto estaba en su apogeo, la audiencia –estudiantes universitarios– apreció y apoyó la clase de humor negro que ahí se publicaba. Honestamente, la emoción más grande que recibí, fue la de esos puntos insignificantes de Internet”, dijo Brutsch en entrevista para CNN.

Los trapos al sol que sacó la cadena, por ejemplo, en manos del universo de apertura que supone el Internet, terreno fértil para la inmediatez y la “viralización” de contenido, son ingredientes infalibles para alimentar la práctica del trolling. 

Y es que “aunque no justifican la crueldad de estos ataques, los foros de discusión regularmente expresan la preocupación de que, en última instancia, la cobertura del trolling en los principales medios se traduce en una mayor práctica de esta conducta, porque una atención generalizada es la reacción que buscan los trolls”, señala un reporte reciente del Journal of Medical and Internet Research (JMIR). 

Se trata de un retrato mediático que ha sido despectivo, menciona el reporte, “a menudo haciendo referencia a la disposición de algunos trolls en Internet de llegar a extremos en sus intentos de provocar reacciones”.

Un ejemplo sería el caso de 2011 del joven Sean Duffy, quien fue sentenciado a pasar 18 semanas en la cárcel por llevar el trolling promedio a otro nivel, burlándose de la muerte de dos adolescentes británicos, Natasha MacBryde –atropellada por un tren en un intento suicida– y Jordan Cooper –apuñalado a muerte–, mediante la creación de videos en YouTube y publicación de comentarios en páginas de Facebook que rendían tributo a los fallecidos.

La clave está en seguir la advertencia que suele lanzarse en los foros en línea, conocida en inglés como “do not feed the troll” (o “no alimentar al troll”), pues al hacer caso omiso a los comentarios de un agresor cibernético sin intención alguna de ser ignorado, el mismo “eventualmente se aburrirá y se irá”, menciona JMIR. 

El reporte hace una revisión de la literatura reciente sobre el denominado síndrome “Münchausen por Internet”, ligado a ciertos aspectos del trolling, que hace referencia a aquellas personas que fingen padecer alguna enfermedad en grupos de apoyo en línea, para obtener una ganancia que no es otra más que la de su propio goce o satisfacción emocional; otros buscan, sencillamente, atraer atención y simpatía.

Trolling ¿enfermo?

Sí, la ventaja de blindaje y camuflaje que el anonimato en Internet brinda a quienes ponen en práctica el ejercicio de trolling, ha resultado favorable incluso para el abuso de confianza en grupos de apoyo en línea relacionados con diversas enfermedades, como lo sería un blog donde víctimas de cáncer relatan su experiencia, por ejemplo. 

“En la ‘vida real’, el Síndrome Münchausen requiere de gran esfuerzo, como visitar librerías médicas para investigar sobre varios males, salas de emergencia y consultorios de médicos con falsos pretextos, teniendo realmente que fingir una enfermedad”, menciona el psiquiatra de la Universidad de Alabama, Marc Feldman, en entrevista para Reporte Indigo vía correo electrónico.

Pero hoy en día, agrega el especialista, “con la llegada y expansión de la comunicación en línea, la capacidad de fingir una enfermedad de forma anónima está ampliamente facilitada”, lo que recibe el nombre de “Münchausen por Internet” (MBI, por sus siglas en inglés), término que Feldman acuñó en un artículo publicado en 2000. 

Y no solo eso, Feldman dice que con tan solo 20 minutos de investigación en línea, uno puede convertirse en “experto” en una enfermedad determinada, además de tener la posibilidad de encontrar una comunidad de apoyo en línea de forma instantánea que esté accesible las 24 horas del día.

Feldman es uno de los expertos líderes en los llamados “trastornos facticios” –de los cuales el Síndrome de Münchausen es la forma más severa–, cuyos pacientes, dice en un reporte de casos publicado en Psychosomatics, fingen, exageran, agravan o se provocan una lesión o una enfermedad física y/o psicológica con el objetivo de asumir el papel de paciente o enfermo. 

Y como el acceso en línea a innumerables fuentes no resulta ser un problema, entre revistas científicas, registros e informes médicos oficiales de organizaciones de salud, por ejemplo, las mentiras suelen ser muy elaboradas, garantizando la credibilidad y, desafortunadamente, el engaño. 

Entre los casos que Feldman reporta en Psychosomatics, por ejemplo, está el de “Helen” –seudónimo–, quien luego de unirse a una comunidad de apoyo en línea de personas con la misma enfermedad crónica que le habían diagnosticado, decidió dar “vida” a múltiples personajes de los que se valió para fabricar historias trágicas a lo largo de un año, entre éstas, una “madre” que pierde a sus hijos a causa de la enfermedad o la de una “amiga cercana” a la que le diagnostican cáncer gástrico. 

A decir de Feldman en su reporte, cada una de las crisis médicas elaboradas por los autores de los distintos casos, incluyendo el de “Helen”, daban cuenta del placer que estos obtenían al tomar conciencia de que estaban construyendo relaciones cercanas; “invirtieron mucho tiempo y esfuerzo para idear maneras de establecer intimidad emocional con los demás”, escribe el psiquiatra.  

Pese a que aún no se ha establecido una asociación directa entre la práctica de trolling y el MBI, investigadores a cargo del reporte recientemente publicado en el JMIR enfatizan la necesidad de reconocer que “existe un subconjunto de personas actualmente etiquetadas como enfermos de esta condición, que en realidad son trolls que están perjudicando sitios de apoyo en línea bien intencionados y abusando de los miembros para su propio goce y placer”.

Respecto a la condición de Münchausen por Internet per se, Feldman dijo que a la fecha existen miles de sitios que utilizan el término “MBI”, “lo que demuestra que se trata de un comportamiento omnipresente que puede tener consecuencias devastadoras para las personas que son engañadas”. 

El rey del troll

En octubre de 2012, el sitio Gawker descubrió la verdadera identidad de “Violentacrez”, el troll más despiadado de la comunidad en línea de Reddit. 

Michael Brutsch, de 49 años de edad, tenía una doble vida. En línea, se afamaba de ser el troll que distribuía imágenes inapropiadas de jovencitas menores de edad que rayaban en la pornografía infantil bajo el nombre de usuario “Violentacrez”. 

Además, sus comentarios tocaban el racismo, lo gore, el incesto, la misoginia y la pornografía. 

Offline, Brutsch era un ordinario programador en una compañía financiera con oficinas en Texas. 

Confesiones en CNN

“Violentacrez” en entrevista

Libertad de expresión vs anonimato
Por Juan Antonio Zertuche

No todo es positivo en Internet, pero tampoco todo está perdido. Esos claroscuros pueden enfrentar a dos posturas que, de manera independiente, parecen tener la razón. Y ese es el caso del anonimato en la Red. 

Quienes lo ven como algo positivo, normalmente se apoyan en argumentos que tienen que ver con salvaguardar la privacidad y/o la seguridad de los usuarios. Como ejemplo paradigmático está la disidencia en línea: en países en donde no existe un pleno ejercicio de la libertad de pensamiento, manifestar ideas –con nombre y apellido– contrarias a los intereses de la autoridad, es una invitación a ser objeto de hostigamiento e intimidaciones. 

Por el contrario, quienes están en argumentan que el anonimato en Internet implica dejar abierta la puerta de la impunidad a usuarios que maliciosos (trolls), que a diestra y siniestra se dedican a destruir más que a construir o aportar ideas en un debate. Esto se ve más a menudo en redes sociales, foros en línea o en las secciones de comentarios de blogs o sitios de noticias en las que se permite la firma anónima. 

Recientemente Robert Fisk, el afamado corresponsal de Medio Oriente del diario británico The Independent, se sumó contundentemente a las voces que están en contra del anonimato: “(…) el anonimato permite a los firmantes a utilizar un lenguaje vulgar y abusivo para apoyar sus mentiras”. 

La discusión sigue abierta.

Síndrome Münchausen
La más reciente revisión sobre MBI

Arte vs. trolls
Perfiles y dibujos para identificarlos 

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