El sonido fuerte del ‘sexo débil’

James Horner, John Williams, James Newton Howard... ¿qué tienen en común además de la “J” en la inicial en sus nombres? Que son compositores de bandas sonoras de cine y son hombres.

No tienes que ser un aficionado de la música clásica o de las bandas sonoras para nombrar a más de tres, cuatro o cinco compositores reconocidos o incluso, algunos no tan aclamados.

Pero, ¿si te pidieran mencionar a mujeres compositoras? ¿Cuántos nombres femeninos conocidos cruzarían por tu mente?

La mujer le atribuye un grado de sensibilidad distintivo a la música del cine, debido a que el cuerpo calloso en su cerebro es más robusto que el del hombre
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James Horner, John Williams, James Newton Howard… ¿qué tienen en común además de la “J” en la inicial en sus nombres? Que son compositores de bandas sonoras de cine y son hombres.

No tienes que ser un aficionado de la música clásica o de las bandas sonoras para nombrar a más de tres, cuatro o cinco compositores reconocidos o incluso, algunos no tan aclamados.

Pero, ¿si te pidieran mencionar a mujeres compositoras? ¿Cuántos nombres femeninos conocidos cruzarían por tu mente?

Sin adentrarse en el tema del feminismo y la desigualdad de género en las artes, se podría decir que hasta la fecha, la historia ha probado que en la música clásica y en particular en las bandas sonoras, predomina la testosterona.

Gran parte de ese predominio es por la visión machista en el rubro, aquí la declaración misógina del director sir Thomas Beecham: “No hay compositoras, nunca las hubo y posiblemente nunca existirán”. Esto solo es un ejemplo que refleja la visión machista y la inferioridad visualizada hacia el florecimiento de la música bajo batuta de estrógeno. 

Pareciera que a la historia le ha dado amnesia y la figura de la mujer, desde la música clásica, se fue sepultando tras el repertorio de músicos prodigiosos hombres.

La neblina cargada de prohibición y prejuicio hacia las mujeres en el pasado no se solidificó y la médula de mujeres músicos se fue cimentando con el tiempo.

Con ustedes, las mujeres

En 1898, Sidney Lanier publicó en The Orchestra Today parte del punto clave y la razón por la que el toque femenino en la música tendría la exaltación que el hombre no consigue: “La flexibilidad superior del tejido femenino puede conseguir en definitiva que la mujer sea una ejecutante (instrumental) más brillante que el hombre”.

Santa Hildegarda de Bingen fue una abadesa, compositora y profetisa alemana, de las pocas que pudo conservar la autoría de sus obras y destacar de entre las sombras en su época y en su honor, actualmente existe la Hildegard Publishing Company, que se dedica a publicar el trabajo de mujeres compositoras.

Y es que a contracorriente, en la época del romanticismo aparecieron mujeres como Santa Hildegarda de Bingen, Clara Schumann, esposa del compositor alemán Robert Schumann; Amy Beach, norteamericana de fines del siglo 19, Germaine Tailleferre, compositora francesa de finales del siglo 20, entre otras”.

La famosa Safo no solo fue poeta, también compuso cantos para ceremonias como bodas, elegías e himnos.

Matilde Olarte, quien es una musicóloga, doctora en filosofía y letras y magistrum in música de la Universidad de Glasgow, afirma que la mujer le atribuye un grado de sensibilidad distintivo a la música del cine.

Esto, en parte, por la feminidad, la cual permite que las mujeres compositoras describen las emociones transmitidas por las características de los personajes.

Además, hay una explicación médica o científica del porqué una mujer podría componer música y transmitir emociones de una manera tan peculiar que ni el compositor más aclamado podría.

Se sabe que el lado derecho del cerebro es con el que podemos entender una pintura, percibir el espacio y disfrutar la música. La unión con el lado izquierdo se puede por medio de fibras nerviosas llamadas cuerpo calloso. 

El cuerpo calloso del cerebro femenino es más robusto que el masculino y por eso, la mujer tiende a tener una visión más amplia mientras elabora acciones específicas sin perder ni la táctica ni la estrategia, sobretodo las involucradas con el lado derecho, pues se involucran la imaginación, creatividad y sentimientos.

Para componer música se necesita el desarrollo de ambos lados y la unión entre las actividades que se hacen con uno en conjunto con el otro, pero el toque que la mujer le aportaría con el uso del lado derecho marcaría una diferencia singular. 

Algunos autores difieren, pero otros apoyan esta y muchas tantas teorías en favor de la exaltación femenina en actividades como la música.

En ocasiones se habla de la falta de incitación a las mujeres compositoras para que incursionen en el cine, por otro lado se dice que la mujer músico va acompañada de su imagen y por ello hay más cantantes sobresalientes que compositoras tras orquestas y consolas. 

Pero son solamente mitos, la realidad es que el núcleo musical del cine tiene años perteneciendo al hombre y en particular, a un grupo selecto de compositores comerciales.

Los compositores menos reconocidos e independientes han ido forjando su camino en un tête à tête con los comerciales, pero el sonido de las féminas no ha llegado a ensordecer en cantidad y manifestación ni siquiera al de lo compositores independientes o menos recurridos y aclamados. 

Toda una vida de censura

La presencia de las mujeres en la música pareciera estar archivada, pero autoras como Joan Weiner y Karen Pendle han estado investigando y casi luchando por la igualdad entre los sexos a través del hallazgo y registro de grabaciones, libros y ejecuciones del trabajo de las mujeres de la antigüedad y las que componen en la actualidad.

Es un tanto irónico que la presencia de la mujer como símbolo y musa esté presente en las artes, pero no su desempeño en ellas.

La censura hacia las mujeres en la música no tiene gobierno o religión, la Biblia dice claramente: “Que las mujeres callen en las iglesias” y “Es necesario someter a todas las hijas de la música”.

Dame Ethel Smyhl fue una compositora británica quien dijo que el silencio hacia la mujer en la música data a los tiempos de Adán y Eva, cuando éste le pidió que callara cuando ella soplaba una caña hueca provocando sonido. El primer hombre sobre la tierra no conforme con callar a Eva le dijo: “Además, si alguien tiene que hacerlo, soy yo, no tú”. 

Y el “androcentrismo” de las artes también le tocó a Nannerl Mozart. Su apellido hará referencia al niño prodigio que se convirtió en uno de los titanes de la música clásica a la fecha. 

Pero Nannerl no solo comparte el apellido con su hermano, Amadeus, pues también comparte  la pasión por la música. 

La única diferencia entre uno y otro, es que a él lo educaron para que destacara y a ella la ignoraron. La historia guarda con recelo las preguntas que ahora todos nos hacemos: ¿qué hubiera pasado si a Nannerl la hubiera dejado destacar?, ¿Nos acordaríamos de Wolfgang siquiera?

El papa Inocencio XI estableció que la “La música es totalmente dañina para la modestia que corresponde al sexo femenino, porque las mujeres se distraen de las funciones y las ocupaciones que les corresponden, ninguna mujer, con ningún pretexto debe aprender música o tocar ningún tipo de instrumento musical”.

Y como esas declaraciones hay muchas, con el paso de los años, la liberación femenina y la búsqueda de igualdad de sexos, la mujer ha ido ocupando su lugar a lado de los hombres en la música, pero le ha costado caro y en el caso de las compositoras de bandas sonoras, el precio aún no está pagado.

Y es que además de Rachel Portman, Wendy Carlos y Vivian Kubrick, te podrás dar cuenta de que no son muchos los nombres de mujeres compositoras sobresalientes en el cine. Con el tiempo, la amnesia y el machismo que tiene la historia de la música, sobretodo la clásica, se ha ido desvaneciendo, pero la participación de la mujer compositora en el cine no es determinante actualmente y su papel aparece a cuentagotas.

La mujer sobresale y ha sobresalido en el último siglo en pintura, literatura, escultura, fotografía y arte en general. También en la música, pero no en la creación de bandas sonoras en comparación con el papel masculino que monopoliza las producciones y los créditos en el mundo actual.

Te presentamos tres ejemplos de compositoras que han acaparado los oídos en el mundo del cine:

Rachel Portman
Británica. La primera mujer en ganar un Oscar en la categoría Mejor Banda Sonora por “Emma” (1996).

Su trayectoria incluye trabajo en cine y televisión. Algunas de sus bandas sonoras que destacan son: “The cider house rules” (1998) y “Chocolat” (2000), por las que recibió nominaciones al Oscar, “The duchess” (2008), “Never let me go” (2010) y “The vow” (2011).

‘The picnic’ 
– “Emma OST” (1996).

 ‘Minor swing’ 
– Chocolat OST” (2000).

Wendy Carlos
Estadounidense. Compositora transexual de música electrónica. De las primeras en usar sintetizadores. Entre su trabajo más reconocido están las bandas sonoras de “A clockwork orange” (1971), “The shining” (1980) y “Tron” (1982).

‘Title music from a clockwork orange’
– “Stanley Kubrick’s clockwork orange OST” (1971).

 ‘The awakening of Jacob’
– “The shining OST” (1980)

Vivian Kubrick
Estadounidense. Hija del director Stanley Kubrick. Cineasta y compositora. A pesar de haber escrito partituras para “Eyes wide shut”, su trabajo no fue completado y se utilizó música de Jocelyn Pook. Compuso la música para “Full metal jacket” (1987) bajo el pseudónimo “Abigail Mead”.

Sniper’ 
– “Full metal jacket OST” (1987).

 

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