El Principito habla lenguaje inclusivo

Esta nueva versión del clásico de la literatura universal provocó ataques de odio para sus traductoras e ilustradoras; a pesar de que el material sólo está a la venta en Argentina, grupos de mexicanos antifeministas fueron los principales orquestadores, en redes sociales, de comentarios agresivos e intolerantes

—Las personas —dijo el zorro— tienen escopetas y cazan. También crían gallinas. ¿Estás buscando gallinas?

—No —dijo el principito—. Busco amigues.

Este es un ejemplo de las adaptaciones que hizo la editorial argentina Ethos Traductora a la obra clásica de Antoine de Saint-Exupéry.

El reto consistió en poner “las personas” en donde decía “los hombres”, para hablar en plural e incluir a toda la humanidad. También hubo cambios en las terminaciones en masculino de algunas palabras, donde la letra “o” se sustituyó por una “e”, neutra.

El trabajo, es decir, el libro elaborado por Gabriela Villalba, la directora editorial; Julia Bucci, la traductora, y Malena Gagliesi, la ilustradora, ha tenido buen recibimiento en cuanto a ventas, no sólo en Argentina.

Pero la noticia generó incomodidad en redes, sobre todo en México. Y comenzaron los ataques, ya no al resultado literario, sino a quienes lo realizaron. Éstos fueron eliminados de las cuentas oficiales.

“Pareciera ser que encontraron la noticia unos grupos antifeministas y la pusieron en algunos grupos de Facebook aunque en México no fue recibido el libro, fue recibida la noticia solamente y causó mucho escándalo. Acá en Argentina también hubo inconformidad por los ‘celestes’, pero no pasó que se metieran a nuestra página a agredirnos, lo que nos desconcertó y causó mucha angustia también. A la traductora y a la ilustradora les dejaron mensajes en sus chats privados”, lamenta Gabriela Villalba, en entrevista con Reporte Índigo.

El proyecto además hizo eco en países latinoamericanos como Chile, Ecuador y Colombia, aunque todos los puntos de venta están Argentina.

“Acá hay un movimiento muy grande de los feminismos y de los movimientos de diversidad, a mucha gente le encanta a primera vista, es muy lindo esto y lo compran. Librerías independientes lo reciben muy bien para ponerlo a la venta”
Gabriela VillalbaDirectora editorial de Ethos Traductora

Así, el 16 de octubre una publicación realizada desde la cuenta de Facebook de Ethos Traductora se viralizó. En ella, aparecían fotografías de “principitas poderosas” que adquirieron su libro “calientito, recién salido del horno” en el 33º Encuentro Nacional de Mujeres.

“Fue a raíz de esa publicación que comenzaron las agresiones, la intolerancia, pero para nada era una publicación violenta, sólo dábamos a conocer nuestro trabajo”, expresó Villalba.

Gabriela sabe que intervenir la primera versión de un texto genera opiniones a favor y en contra. Para ella, la clave está en respetar los valores que promueve la obra original.

“Yo no creo que acá haya habido ninguna falta de respeto, nada negativo. Uno no puede estropear una obra de arte, es una traducción, independiente de sus versiones oficiales. Es la obra más leída, más traducida, es parte de sus características que sea revolucionada”, defiende.

Más allá de las reacciones

Por primera vez, en 1943, El Principito fue publicado en francés, bajo los sellos de Reynal & Hitchcock, y actualmente es la novela más leída y traducida a otros idiomas. La primera traducción al español fue realizada en 1951, por Bonificio del Carril, de la firma argentina Emecé Editores.

Gabriela Villalba es formadora de traductores e investigadores en el Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas, una institución pública de gestión estatal de la ciudad de Buenos Aires.

“Nos formamos en este lugar y aprendimos a investigar sobre la traducción, tenemos una mirada crítica sobre lo que son los discursos, el hecho de si se puede tocar al autor, si no se puede tocar, si suena mal, si suena mejor”, explica sobre su profesión.

Su proyecto Ethos Traductora busca cuestionar discursos hegemónicos y hacer un espacio en la lengua a feminismos, otras masculinidades, educación sexual y al movimiento LGBTTI+, por eso va de la mano con el lenguaje incluyente.

“Es una voluntad de visibilizar a colectivos invisibilizados en el lenguaje, que adopta distintas formas. Nuestro trabajo central tiene que ver con poder proponer nuevas lecturas y hacer un aporte a la sociedad a partir de nuestro saber técnico”, argumenta.

Los integrantes de Ethos Traductora consideraron que el mensaje de El Principito va acorde con este lenguaje antifascista, ya que potencia los valores universales que trata de transmitir.

“El lenguaje inclusivo le hace un aporte a la obra sobre todo porque se trata de la aceptación del otro, de la responsabilidad que uno tiene de incluir a los demás, de visibilizar al otro impulsado por el amor, ese que está pidiendo ser visto no sólo a través del lenguaje”, menciona.

La traducción al lenguaje inclusivo de la obra de Antoine de Saint-Exupéry es la primera entrega, pues a futuro viene proyectos con Frankenstein, La vuelta al mundo en 80 días y con los cuentos de los hermanos Grimm, que integrarán la colección “Insumises”.

“Es el primer libro de esta colección, que va a estar compuesta por una serie de retraducciones de textos de dominio público que han sido muy tradicionales en la historia de la literatura y buscaremos hacer algo especial en cada caso. Le pusimos ‘Insumises’ porque pasa el tiempo y siguen siendo indomables de muchas formas. Se trata de voces insumisas, libros insumisos, personas insumises”
Gabriela VillalbaTraductora

La portada de El primer principito con lenguaje inclusivo da el crédito a Malena Gagliesi como traductora de imágenes.

“Hablamos de una traducción porque justamente son las mismas ilustraciones, pero actualizadas en cuanto al color, al movimiento, tienen algunos guiños, algún toque moderno”, explica.

El proyecto no sólo busca legitimar este tipo de lenguaje. De alguna manera, la ilustración que se añade de un narrador es un homenaje al trabajo de los traductores, una figura poco valorada.

“Según lo que narra la historia, las ilustraciones son hechas por el narrador. Hay una especie de metareflexión literaria y narrativa que no está representada dentro de las ilustraciones y como la nuestra es una editorial, precisamente, de traductores, nos pareció interesante incorporar un dibujo del narrador, que se parece un poco a todos los que trabajamos en el campo, volcados sobre una computadora o cuadernos“, concluye.

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