El placer de recordar el futuro

Recordar experiencias del pasado es parte del trabajo que hace nuestra memoria. Imaginar que dentro de un par de años, por ejemplo, haremos un viaje sabático al país de nuestros sueños, que montaremos a caballo en una playa virgen, o que daremos un salto en nuestra carrera profesional, también lo es.

48
Voluntarios participaron en el estudio de la Universidad de Harvard.
Las reacciones emocionales de experiencias negativas, desaparecen más rápido que las que tomamos de positivas.

Recordar experiencias del pasado es parte del trabajo que hace nuestra memoria. Imaginar que dentro de un par de años, por ejemplo, haremos un viaje sabático al país de nuestros sueños, que montaremos a caballo en una playa virgen, o que daremos un salto en nuestra carrera profesional, también lo es.

Una investigación científica ha demostrado que la memoria juega un papel clave a la hora de hacer simulaciones mentales de acontecimientos futuros. De hecho, se ha encontrado que las mismas regiones del cerebro se ven implicadas en el proceso de “hacer memoria” y en el “dibujo mental” que hacemos del futuro.

Pero estas simulaciones de acontecimientos futuros también, en su momento, las llegamos a recordar, como cuando recordamos alguna experiencia del pasado. Son “memorias del futuro” que hacemos de escenarios positivos y negativos. Pero, ¿cuáles tendemos a recordar mejor? ¿La simulación positiva de un viaje sabático o la negativa de un despido laboral? El escenario positivo, según un estudio publicado en Psychological Science, realizado por investigadores de la Universidad de Harvard.

En el inicio del experimento, los investigadores obtuvieron más de 100 memorias biográficas de cada uno de los 48 voluntarios que participaron en el estudio. Cada una de estas memorias tenía que ser alusiva a un acontecimiento específico, con una breve descripción que diera cuenta del lugar, de una persona más que haya estado involucrada, y de algún objeto a destacar que también haya estado presente.

Tras una semana de esta “recolecta” de memorias, nuevamente se convocó a los participantes para hacer una simulación de 90 escenarios futuros (30 positivos, 30 negativos y 30 neutrales) por cada una de las combinaciones de personas, objetos y lugares que se les presentaban al azar.

El siguiente paso consistió en probar la memoria de los participantes para cada uno de los escenarios futuros que crearon en la etapa de simulación. Esta vez se les mostró a los participantes una combinación de únicamente dos de los tres detalles (persona, lugar y objeto), para que “trajeran de vuelta” la memoria del escenario futuro previamente imaginado, y pudieran completar el detalle restante.

Algunos de los participantes tomaron la prueba 10 minutos después de haber imaginado los eventos futuros y otros lo hicieron un día después. En el primer caso, los escenarios positivos y negativos se recordaron de forma uniforme y adecuada.

Pero quienes tomaron la prueba un día después, tuvieron mayor dificultad para recordar el detalle de los escenarios negativos que el de los escenarios positivos y neutrales.

Para los investigadores, estos hallazgos llegan a ser consistentes con estudios que demuestran que, a través del tiempo, las reacciones emocionales que tomamos ante experiencias de vida negativas, tienden a desaparecen de forma más rápida que las reacciones emocionales que tomamos ante experiencias positivas. 

Es por eso que, cuando dejamos que nuestra mente divague para que simule y recuerde acontecimientos futuros, el escenario que seguramente imaginaremos será uno positivo, antes que uno negativo.

‘Volver al Futuro’ 

El estudio completo en línea: http://hvrd.me/KpoCce

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