El peligro de ser rápido y furioso

Aún quienes no estaban interesados en los automóviles aprendieron algo de las películas de la saga “Rápido y furioso”, desde cómo hacer que un vehículo sea más rápido, hasta lograr un drift (ocasionar la pérdida de tracción de las llantas para que el coche gire con menos control).

En el trasfondo había también historias de amor, amistad y familia, pero el énfasis estaba en las carreras, siempre ilegales, en la que participaban sus protagonistas.

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Muertes cada año debido a estas carreras en EU
Las carreras ilegales en el cine son criticadas por el incremento de accidentes en la vida real
http://www.youtube.com/watch?v=xenLbqNasu4

Aún quienes no estaban interesados en los automóviles aprendieron algo de las películas de la saga “Rápido y furioso”, desde cómo hacer que un vehículo sea más rápido, hasta lograr un drift (ocasionar la pérdida de tracción de las llantas para que el coche gire con menos control).

En el trasfondo había también historias de amor, amistad y familia, pero el énfasis estaba en las carreras, siempre ilegales, en la que participaban sus protagonistas.

El fallecido actor Paul Walker se hizo aficionado de la velocidad (y “adicto a la adrenalina”, según su biografía de Twitter) gracias a la saga en la que interpretaba a Brian O’Conner. Sin embargo, según sus conocidos, solamente “corría” de forma legal y en ambientes controlados.

Pero Walker no fue el único que decidió experimentar después de la creación de la popular serie de seis películas, cuya séptima entrega estaba en proceso de producción, aunque pospuesta por la muerte de Paul.

Glamour que no existe           

El Sargento Chris Hinkson, del Departamento de Policía del Condado de Prince George en Maryland, ha sido testigo de numerosos accidentes ocasionados por carreras ilegales.

Según relató a International Business Time, el peor de estos eventos sucedió a principios del 2008, en una carrera organizada con una gran cantidad de espectadores. Ocho de ellos murieron y 20 resultaron heridos en un accidente que involucró dos vehículos.

De acuerdo con Hinkson, películas como las de “Rápido y furioso”, pintan las carreras callejeras “como algo glamoroso”, y “tienen una audiencia joven que no piensa en la tragedia, las vidas perdidas, las madres, las esposas y los niños que pierden a su hijo, esposo o padre”.

Las seis películas de la saga han ganado más de 2.4 mil millones de dólares, pero desde un principio fueron objeto de críticas de quienes creían que incrementaron la cantidad de accidentes y muertes.

La National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) de Estados Unidos, reportó que en el 2002, año siguiente al lanzamiento de la primera película, por lo menos 135 personas murieron en accidentes consecuencia de posibles carreras ilegales.

Esto es el doble que el año anterior.

Ron Capps, piloto de carreras de arrastre, opina que estos filmes de Universal Pictures son irresponsables, y que para contrarrestar su efecto se tendría que hacer campañas para disuadir a los jóvenes de participar en estos eventos.

“Son entretenidas pero envían el mensaje incorrecto”, manifestó, “quienes están en el negocio de las carreras solo se ríen de ellas, y pensamos que los productores están muy mal, porque como profesionales enseñamos a los niños a no correr en las calles sino ir a lugares especiales. Este tipo de historias tienen mucha influencia sobre ellos, no entienden el enorme poder de estas máquinas”.

Sin responsables

La vocera del estudio detrás de las películas, Universal Pictures, se negó a comentar cuando se le preguntó qué estaban haciendo para educar a los jóvenes sobre los peligros de estas carreras.

De hecho, a pesar de las críticas constantes nunca han hecho declaraciones respecto a la situación. Sus acciones se han limitado a avisos cortos en los videojuegos y algunas películas en las que piden a los niños “no intentarlo en casa”.

Aunque la situación en la que falleció Paul Walker es trágica, Richard Ashton, representante del Highway Safety Comittee de la International Association of Chiefs of Police, espera que algo positivo pueda salir de ella.

“Estas películas, desafortunadamente, inspiran a los jóvenes a hacer carreras ilegales en las calles”, explicó Richard, “y me gustaría ver que eso cambiara”.

Más de un problema

En todo el mundo existen miles de campañas que promueven entre los jóvenes no usar los celulares mientras manejan, y su popularización ha tenido una influencia positiva sobre los reglamentos viales.

Pero en lo que concierne a la velocidad existen regulaciones difíciles de aplicar. Letreros señalando velocidades máximas y patrullas recorriendo las ciudades no han sido suficiente.

Peligro en todas partes

Una sencilla búsqueda en Internet es todo lo que se necesita para aprender a correr automóviles ilegalmente.

Además de foros en los que se puede encontrar a las organizaciones más cercanas y cómo incorporarse a ellas, instrucciones detalladas de la “preparación básica para competir” con arreglos “no detectables en controles policiales” propagan impunemente una cultura que provoca cientos de muertes cada año.

Con acceso tan fácil a la información, no es extraño que las películas hayan tenido una influencia tan propagada.

Quizá presentar alternativas –como lugares específicamente diseñados y con medidas de seguridad– no pueda erradicar el problema por completo, pero cada vida salvada por acciones como estas haría que valieran la pena.

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