El objetivo del curso era explicar las raíces del reguetón en Puerto Rico, su importancia política, cultural y la representación de Bad Bunny. Foto: Especial

El impacto de Bad Bunny en México, un ejemplo de clasismo y misoginia

La académica Ariadna Estévez, quien ofreció un curso sobre la representación de la masculinidad del cantante Bad Bunny como un fenómeno social, habla sobre los ataques que ha recibido y de cómo esto puede representar a México como una sociedad clasista y misógina

Aunque a nivel internacional, académicos de universidades como la de San Diego, en Estados Unidos, han llevado a las aulas la discusión sobre el impacto del reguetón en la sociedad y sus implicaciones históricas y políticas, todas ellas sin recibir ningún impacto mediático, para la doctora en Relaciones Internacionales Ariadna Estévez López, investigadora del Centro de Investigación sobre América del Norte-UNAM, la historia fue distinta.

La académica, hasta el momento, ha recibido una ola de acoso, hostigamiento y violencia en redes sociales por impartir el curso “Reguetón como resistencia al colonialismo estadounidense y masculinidad suave como capital sexual: el fenómeno Bad Bunny”, del 9 al 23 de enero de 2023.

“Hice este curso porque me gusta el reguetón; iré a un congreso en Puerto Rico, hablaré del huracán María y la nueva ola migratoria que hay de boricuas, pensé que era una forma de entrarle a este tema. Se me ocurrió presentarlo a la UNAM, me dijeron que no pusiera Bad Bunny, pero me pareció atractivo”, relata Estévez a Reporte Índigo.

Ariadna Estévez considera que en México se desató el odio debido al prejuicio que hay detrás del reguetón y el problema que tiene la sociedad con la sexualidad que representa este género.

Recuerda la teoría de Foucault y “el dispositivo de la sexualidad”, el cual señala cómo los discursos, instituciones, políticas y leyes sirven para garantizar el sistema económico del status quo, tales como el matrimonio y la familia.

“En este dispositivo las mujeres están en la casa, tienen hijos, no salen, ni andan expresando su sexualidad, porque de otra forma no habría garantía del legado de sangre y la decencia, estas cosas que se van arraigando por las costumbres religiosas”, explica.

Por ejemplo, en Puerto Rico, hubo un momento cuando el reguetón representó una amenaza del status quo, porque permitía que las mujeres expresaran abiertamente su sexualidad; no obstante, empezó una persecución y redadas contra todas las que se expresaran a través de este género musical.

La académica atañe el acoso y ataque por el enojo de una sociedad como la mexicana “con doble moral, clasista, misógina y racista”.

“Tengo un doctorado en Inglaterra, pero ¿cómo puedes interesarte intelectualmente en cosas que son de negros, pobres y gente desviada que tiene una sexualidad alocada? Me llamaron prostituta intelectual, Only Fans de la Academia; un hombre me dijo que lo que quería era que me cogieran.

“Por otro lado, golpea a la UNAM, una institución que cuida a las familias obreras que estuvo metida en algo ‘inmoral’. La gente quiere ver a dónde van los impuestos que invierten, también la idea ridícula de lo que se cree es la universidad pública y a quién va dirigida; fue una oportunidad para montarse en los ataques contra la UNAM y en esta administración”, abunda.

Expresión de la negritud

El objetivo del curso era explicar las raíces del reguetón en Puerto Rico, su importancia política, cultural y la representación de la masculinidad del cantante Bad Bunny como un fenómeno social y cultural que puede dar pistas del potencial de transformación que tiene la cultura popular en los ámbitos del género, la lucha contra el racismo y el clasismo.

“Cuando el reguetón fue adoptado por el pop, españoles como Enrique Iglesias, Fonsi con ‘Despacito’ fue un parteaguas de la evolución del género, pero lo blanqueó, es decir, ya era aceptable en términos de raza. Esta canción nos mostró que no tienes que hablar de sexo directamente, puedes usar metáforas, entonces, ahora sí lo pueden bailar las chicas blancas y buenas.

“Pero no había mujeres en el reguetón boricuas, eran tachadas de putas, negras y pobres. Cuando el género se fue a Colombia y República Dominicana se hicieron industrias, permitió que hubieran un montón de mujeres y se expresarán”, detalla.

Para la profesora de la UNAM, el fenómeno de Bad Bunny resalta porque inició su carrera siendo de clase media, con videos simbólicos, como el de “La Jumpa”. en donde sale la calle Loíza, un lugar relacionado con la negritud boricua.

“A diferencia de Balvín o Daddy Yankee, es un hombre politizado. Sin embargo, su carrera no inició así, primero cantaba trap, tenía letras misóginas, pero se politizó a partir del feminismo, del huracán María y la deposición del gobernador de Puerto Rico en 2019”, opina la doctora Ariadna Estévez.

Además, a diferencia de otros exponentes, “El conejito malo” se ha caracterizado por cantar siempre en español, otro mérito que señala la docente.

Representación de la homosexualidad

“Ningún millennial ni centennial quiere identificarse con la izquierda rancia, entonces, en Bad Bunny hay una posición política. Su música, representa la homosexualidad, algo distinto a los primeros años del género, cuando era una cultura underground  perseguida y veía mal ser gay.

“Y nadie quiere ser tomado por afeminado, ni por gay, y de repente sale con flores, se pinta las uñas, junto con mujeres negras de talla grande y bailarines gays”, relata.

La también maestra en Sociología Política, por la City University, Inglaterra, aclara que Bad Bunny también ha marcado una “masculinidad suave”, esto, sin dejar de hablar en sus letras sobre sexo.

“No está deslactosando el reguetón, como en algún momento quiso el congreso puertorriqueño, o sea, que se blanqueara el género, pero habla diferente de las mujeres. Tampoco creo que quiera montarse en un feminismo, habla y cuestiona las masculinidades predominantes en el género, incluso, en la latinidad y el ser macho”, precisa.

Para Ariadna Estévez el mérito de  Bad Bunny es ir contra todas las convenciones de un género y renovarlas, sin abandonar la esencia.

“Es un hombre interesante de estudiar dentro de una subcultura de resistencia que mueve masas, cambia patrones de conducta y estéticas que son parte de una cultura muy nefasta, como la masculinidad hegemónica”
Ariadna Estévez LópezAcadémica de la UNAM

“Magnifican su papel porque parte de la sociedad sigue con discursos y estéticas cosificadoras, no han entendido que el mundo cambió y Bad Bunny sí, nos demuestra que puedes hablar de sexo sin hacer uso de los clichés y de lo que es ser hombre”, puntualiza.

La relación con México

Aunque existan reguetoneros mexicanos como MC Davo, Taylor Díaz o Uzielito Mix, la socióloga explica que es casi imposible que un fenómeno como lo es Bad Bunny surja en el país.

“En México son asesinadas 10 mujeres al día, y luego existen estos corridos bélicos con ataques a las mujeres. En nuestra cultura quisieran decirle maricón, gay o todo lo que se usa aquí, pero claramente al tipo le vale lo que piensen de él, no lo pueden atacar donde al mexicano le gusta atacar.

“Estaría bien que hubiera algún hombre que asumiera el liderazgo de cambiar en profundidad la masculinidad, hacer una representación cultural tan fuerte que llevara la masculinidad del hombre mexicano a lugares menos desafortunados”, considera.

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