El hombre detrás de la joyería prehispánica

El arqueólogo Emiliano Ricardo Melgar Tísoc fue premiado por la Academia Mexicana de las Ciencias por sus estudios sobre piezas originarias, revelando con qué herramientas y bajo qué circunstancias los grupos prehispánicos elaboraron dichos objetos, los cuales son sinónimos de riqueza nacional

Hace más de 500 años, Mesoamérica era un territorio rico en piezas artesanales y en joyería elaborada por los diferentes grupos originarios. Hoy en día, esa riqueza sigue estando presente, pero escondida bajo la tierra del México actual y sin un autor específico; son los arqueólogos especializados, como Emiliano Ricardo Melgar Tísoc, quienes llevan a cabo esa tarea.

La labor de Melgar Tísoc de descifrar qué comunidad originaria es la autora de determinadas piezas de joyería y bajo qué métodos y herramientas las realizaron, lo llevó incluso a ser no de los investigadores mexicanos reconocidos por los Premios de Investigación de la Academia Mexicana de las Ciencias 2019 para jóvenes científicos, en el área de humanidades.

Melgar Tísoc fue el arqueólogo pionero en analizar los orígenes de la joyería prehispánica con un microscopio de electrones

En entrevista con Reporte Índigo, el arqueólogo integrante del Museo del Templo Mayor platica que la Academia lo premió por ser el pionero dedicado a analizar la joyería, las rocas y los minerales de los prehispánicos, particularmente con la ayuda de un microscopio de electrones, haciendo que su trabajo sea más preciso.

“El Premio de Investigación es diferente a las demás convocatorias que organiza la Academia, porque en este se enfocan a las investigaciones que uno ha hecho a lo largo de su carrera y cómo es que las ha empleado (…) En mi caso, nadie más había hecho estos análisis en el país, con ese nivel de hacer estudios de manufactura”, detalla Melgar Tísoc.

En cuanto le hacen entrega de una pieza de joyería prehispánica, el arqueólogo la estudia con el muestrario de rocas y minerales que el Museo del Templo Mayor posee de distintas partes del continente americano. Después, se dedica a estudiar quién la elaboró, qué elementos se emplearon para su creación y dónde fue hecha.

Entre las miles de piezas que ha analizado, provenientes de Guatemala, Estados Unidos, Perú, Ecuador, o del mismo México, ha encontrado en muchas de ellas diferentes desafíos, como cuando tuvo que investigar una escultura de la Diosa de la Lluvia, la cual todos los grupos la poseían, pero fue precisamente gracias a su trayectoria y habilidades en el tema que logró identificar qué manos y en qué tierras la habían elaborado.

Me encanta cuando veo estos objetos, estas piezas que son realmente obras maestras. Me motivan a tratar de revelar el secreto artesanal que tienen, cómo las hicieron; sobre todo porque estos grupos prehispánicos no tenían ningún instrumento especializado (…) ¿Cómo lograron hacer estas maravillas no teniendo materiales metálicos ni eléctricos?
Emiliano Ricardo Melgar TísocArqueólogo

Además, Melgal Tísoc comparte que otros de los desafíos como especialista en el origen de joyas prehispánicas es que en museos, como el del Templo Mayor, las piezas que llegan a obtenerse son a través de donaciones, quitándoles una pista más, pues al dárselas no se especifica en qué parte del país o del continente fueron encontradas o desterradas.

Elemental el interés social y gubernamental

El arqueólogo enfatiza que los mexicanos no sólo deben interesarse en las comunidades prehispánicas porque forman parte esencial y primordial de la historia, sino porque tenían una riqueza cultural extraordinaria que no se repetía una con otra, demostrando que poseían un sello particular.

“Tuvieron a su alcance los mismos instrumentos de trabajo y curiosamente cada grupo prefirió unos sobre otros, y esto tiene que ver con nuestro México actual, compartimos el mismo territorio y algunos el mismo lenguaje y aún así buscamos ser diferentes, destacar”, puntualiza Emiliano Ricardo Melgar Tísoc.

En ese sentido, el arqueólogo señala que es primordial respetarse los unos a los otros, principalmente a los grupos indígenas, quienes se distinguen por su lenguaje y su cultura de adorar a los mexicas, mayas, otomíes y zapotecas, entre otras comunidades prehispánicas.

El arqueólogo mexicano ha tenido la oportunidad de analizar piezas de Guatemala, Estados Unidos, Perú, Ecuador y de México

Por otra parte, el investigador remarca que es importante, también, el apoyo que el gobierno federal le dé tanto a los investigadores como él, como a los grupos originarios que defienden su cultura, pues sólo así no se perderá gran parte de la historia nacional.

“Unos dicen ‘hay austeridad con este gobierno’, y perdón, pero esa austeridad la tenemos desde administraciones atrás. Y además de que siempre nos recortan (el presupuesto) al sector cultural y científico, quieren que hagamos más con menos (…) Eso es algo gravísimo, y lo digo por cualquier carrera de humanidades, están siendo muy castigadas”, dice Melgar Tísoc.

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