El desvanecimiento del Centro Histórico

El antropólogo Vicente Moctezuma Mendoza describe y analiza experiencias de sectores de la población que han vivido este proceso de transformación urbana; a través del tiempo, este lugar de la capital del país se ha vuelto el refugio de distintos tipos de personas

En los últimos años, el Centro Histórico de la Ciudad de México ha registrando una renovación impulsada por la iniciativa privada con apoyo del Estado, lo que ha motivado procesos de expulsión en los que se ve el desvanecimiento de prácticas y apropiaciones de los sectores populares para dar paso a otros usuarios.

Vicente Moctezuma Mendoza, doctor en antropología social, expone en su tesis doctoral El desvanecimiento de lo popular. Etnografía de desplazamientos en la gentrificación del Centro Histórico de la Ciudad de México lo anterior.

Esta investigación la planteó en 2013 y un año después comenzó con su inserción en el campo, ya que se trataba de un trabajo antropológico por lo que implicaba estar en los lugares, convivir con la gente y realizar diferentes entrevistas.

Las condiciones que tuvo el Centro lo hicieron propicio para que la gente encontrara lugares de trabajo

El Centro Histórico de la Ciudad de México abarca 668 manzanas y se extiende en 9.1 kilómetros cuadrados. En la década de los 80 se registraron 3 mil 60 edificios de los cuales mil 534 estaban catalogados como monumentos.

Está dividido en dos perímetros de conservación; el perímetro A que corresponde al área de la ciudad hasta la Independencia y que se considera de primordial conservación patrimonial. Asimismo, esta área fue reconocida en 1987 por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad.

El perímetro B circunda al anterior y corresponde al ensanche que vivió la ciudad hasta finales del siglo XIX, este espacio fue poblado principalmente por colonias populares. En ambos casos, en la segunda mitad del siglo XX el espacio urbano atravesó un proceso de deterioro y ruina edilicia y patrimonial.

“Mi trabajo se enfocó en dos áreas del Centro, una fue la zona de Regina y la otra fue la Merced Antigua y en ambos lugares encontré muchos procesos de desplazamiento”, señala el doctor.

La pregunta con la que inició el experto tuvo que ver con los desplazamientos de los sectores populares a partir de la transformación que forma al lugar para el acceso de sectores más acaudalados, más atractivo para que clases media y altas que previamente hacían poco uso del Centro o simplemnete no lo visitaban.

“Además, también hago cierto ajuste conceptual, porque la discusión sobre el desplazamiento en la gentrificación ha estado muy centrada en la idea de migración, de localización física, y yo como antropólogo trato de buscar otras dimensiones en las que la gente pierde el sentido del lugar y la pertenencia, aunque no pierda su localización ahí”, explica Moctezuma Mendoza.

Su trabajo le permitió entender que el Centro Histórico es un espacio que había sido apropiado de distintas formas por muchos sectores populares, en un contexto y situaciones que implican muchas contradicciones, disputas y conflictos entre ellos por el uso del espacio y entre otros actores propietarios de inmuebles que seguían estando en el lugar.

Entonces, la desaparición de determinadas prácticas, la desintegración de ciertos significados y la pérdida de asideros, le permitió a Moctezuma hallar cuatro dimensiones de desplazamiento o de exclusión.

El Centro Histórico, un lugar de sobrevivientes 

La primera de las dimensiones tiene que ver con que durante el siglo XX, el Centro Histórico se constituyó como un espacio de sobrevivencia para los sectores populares, de gente que llegó porque no tenia recursos ni en relación con las fuentes de ingreso ni con el consumo diario y tampoco contaban con un techo.

Las condiciones que tuvo el Centro lo hicieron propicio para que la gente encontrara lugares de trabajo, o recursos de sobreviviencia meramente.

“Una de mis entrevistadas decía, justo, que en ese sentido el Centro era un lugar noble, porque uno sabía que sí ibas ahí y comprabas una caja de chocolates para vender, ibas a sobrevivir, a tener para comprar otra caja, para seguir vendiendo; entonces, la primera forma de transformación vinculada con los cambios en las condiciones de vivienda y en los arreglos de alquiler, así como la distinta ofensiva contra el comercio callejero, han ido desapareciendo esta dimensión como un espacio de sobrevivientes”, explica el académico.

Otra de las dimensiones tiene que ver con el desplazamiento clásico en la gentrificación, que es incidental, en sus zonas de trabajo encontró mucho desplazamiento residencial, vecinos que habían sido desalojados, evidentemente no todos, porque existen distintas condiciones de arraigo a la vivienda.

El Centro era un lugar noble, porque uno sabía que sí ibas ahí y comprabas una caja de chocolates para vender, ibas a sobrevivir, a tener para comprar otra caja
Vicente Moctezuma MendozaAntropólogo

La esencia del comercio callejero

Por otra parte, Vicente Moctezuma Mendoza analizó también la forma en la que se ha expulsado al comercio callejero, particularmente con la reubicación de 2007, que se planteó como una forma de ofrecer plazas comerciales a los vendedores; sin embargo, las condiciones de estos lugares no respondieron a las necesidades de muchos de los comerciantes.

“Por esas condiciones, muchos de los comerciantes buscaron en otras parte de la ciudad y otros más regresaron a las calles como toreros y después lograron negociar ciertas condiciones más estables. En particular analizo el caso de las rejas, que significa una forma de resistencia a ser desplazados, un regreso, pero en condiciones más precarias y vulnerables”, opina el doctor.

La última dimensión que plantea Moctezuma tiene que ver con las condiciones de exclusión, las tres anteriores trataban sobre lo que se perdió: el Centro como un espacio de oportunidad para los sectores populares urbanos en la búsqueda de ingresos y techo, el Centro como un espacio de resistencia para los que fueron desplazados y el Centro vinculado al comercio callejero. Todas ellas son por la transformación que ha transfigurado y que de alguna manera se han perdido.

“Pero también me parece importante preguntar cuál es la relación, ya no des de la destrucción, sino desde la producción del nuevo espacio que se crea; entonces, aparecen distintas situaciones de exclusión y de desigualdad”, asegura.

Por ejemplo, para los habitantes de la Merced Antigua había un sentido muy fuerte de relegación, porque su zona en contraste con lo que se ha invertido en el poniente, en la zona de Madero, es insignificante.

Y en la zona de Regina, que hay residentes populares, que también se ha transformado mucho y han llegado nuevos habitantes de clase media y alta, se disfrutaba ciertos cambios como la seguridad, pero al mismo tiempo también hay un sentido de relegación por los precios, lo estético y lo cultural en relación con los productos que se venden.

“Planteó la idea de desvanecimiento para entender este desplazamiento popular que es heterogéneo y sirve para hablar de un desplazamiento que no es absoluto de los sectores populares, sino que implica gradualidad, cierto borramiento, pero no su desaparición definitiva”, concluye.

Por este trabajo de investigación, Vicente Moctezuma Mendoza fue galardonado con el Premio de la Academia a las mejores tesis de doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2018 de la Academia Mexicana de Ciencias, que se entregó este año.

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