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El dinero no lo es todo

Aunque aún no llega, muchos ya esperamos nuestro pequeño gran aumento de sueldo, mismo que entrará en vigor a partir del próximo 1 de enero de 2017. Sí, nos referimos al incremento en el salario mínimo que recién fue anunciado, pero te has puesto a pensar ¿cuánto vale en realidad tu trabajo?

 

44%

estaría más satisfecho si existiera buena relación con sus compañeros
Recibir un buen sueldo no siempre es sinónimo de tener un mejor trabajo 

Aunque aún no llega, muchos ya esperamos nuestro pequeño gran aumento de sueldo, mismo que entrará en vigor a partir del próximo 1 de enero de 2017. Sí, nos referimos al incremento en el salario mínimo que recién fue anunciado, pero te has puesto a pensar ¿cuánto vale en realidad tu trabajo?

 

Una encuesta elaborada por la OCC Mundial indica que los trabajadores no sólo se sienten bien con su empleo en base a las remuneraciones económicas, y que estas pueden incluso pasar a un segundo plano si no se cuentan con otros satisfactores como la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos o una buena relación con compañeros y equipo de trabajo, entre otros.  

 

De acuerdo con Fernando Calderón, director de mercadotecnia y relaciones públicas de OCC Mundial, “el valor de un empleo se mide más allá del sueldo, bonos y prestaciones, que nos permitan cubrir todas las necesidades personales y familiares como alimentación, sustento y salud. Si somos muy afortunados, incluso nos permite invertir en esparcimiento, ya sea ocio o viajes.

 

El experto también afirma que muchas veces no nos damos cuenta y caemos en situaciones laborales poco placenteras que nos llevan a replantearnos el por qué estamos en determinada profesión o empresa, si es lo que en verdad queremos o es lo que nos tocó, si va de acuerdo a nuestras expectativas de vida o carrera profesional o si simplemente es un trampolín que nos ayudará a cumplir otros objetivos o si sólo es un trabajo que en verdad nos hace felices.

 

Preguntarnos si realmente vamos en el camino correcto no sólo nos ayudará a dirigirnos a una meta y enfocarnos en ella, también le podremos dar valor al momento en el que estamos y al trabajo que estamos llevando a cabo.

 

Por ello, el valor de un empleo debe medirse más allá del salario monetario, ya que es necesario balancearlo con el salario emocional. El primero nos ayuda a poder cubrir nuestros gastos, el segundo nos permite desempeñarnos de manera efectiva durante la jornada. 

 

¿Cuánto vale tu trabajo?

 

Pero ¿si se tienen los recursos económicos para hacer lo necesario y más, sin embargo nuestro empleo resulta ser una amarga pesadilla en el día a día? Es en este punto donde se enmarca el valor real del trabajo y los resultados no sólo monetarios, sino también psicológicos y emocionales en las personas. 

 

Si no estas a gusto con tus compañeros, con tus superiores, con tu equipo de trabajo, incluso con las instalaciones. Si ir a la oficina te resulta cansado, tedioso o aburrido, un estrés constante y las jornadas son superiores a 8 horas diarias y no te dejan espacio para tu vida familiar, social o para realizar tus actividades personales, tu empleo puede convertirse en un verdadero infierno o bien, puede ser todo lo contrario. Este es el salario emocional de tus labores.

 

Y es menester hacer un balance entre ambos pagos: monetarios y emocionales. Si los dos están en óptimas condiciones, enhorabuena porque eres de los pocos afortunados.

 

Según la OCC Mundial los profesionistas se sentirían más satisfechos con su trabajo en un 68 por ciento si mejoraran salarios y prestaciones, si tuvieran nuevos conocimientos un 65 por ciento, si se les permitiera desarrollar su carrera un 63 por ciento, si tuvieran un mejor balance en su vida personal un 54 por ciento y un 44 por ciento afirmó que sería mejor si se mantuviera una buena relación en la oficina.

 

Buenas señales

 

Para saber si tu empresa te proporciona un buen salario emocional aquí te dejamos algunas señales que harán que veas de manera más clara en qué posición te encuentras y hacia dónde quieres encaminar tus esfuerzos a futuro:

 

Siempre hay nuevos retos. Un buen trabajo se asocia  a la forma en la que éste beneficia tu carrera profesional a largo plazo. Pero si tu puesto no ofrece experiencias o aprendizajes adicionales a los que ya posees y no hay posibilidades de crecimiento (ascensos) quizá convenga que busques otras opciones, de lo contrario podrías frenar tu crecimiento y al cabo de algún tiempo te volverás “obsoleto” incluso para el puesto que ya estés desempeñando.

 

Calidad de vida. Es muy importante evaluar las implicaciones que tiene tu empleo o ir a este en tu vida y en tus necesidades personales.

 

Te sientes parte de la compañía. En caso de que tus valores no vayan en la misma línea que los de la empresa no te sentirás parte de ella y por lo tanto tu rendimiento se verá afectado.

 

Te sientes respetado. El respeto es la base de toda relación y en el ambiente laboral no es la excepción. La relación con tus superiores, colegas o tu equipo de trabajo debe estar basada en una comunicación sana y armoniosa.

 

El dinero no es lo único atractivo. Sabemos lo importante que es recibir un buen sueldo y 

prestaciones, pero esto no tiene que ser determinante para evaluar tu empleo. Si lo único atractivo de él es el salario, el precio a pagar puede ser muy alto: horarios laborales excesivos, estrés y muy poca vida personal, por ejemplo.

 

En caso de que tu trabajo no cuente con los puntos citados es mejor que consideres hacer algo la respecto. Nadie dice que renuncies y te quedes sin nada. No, por el contrario, haz una buena planeación y trata de mejorar las cosas donde estás, en caso de no poderse dar otras condiciones traza un nuevo plan e intenta buscar otro que te permita vivir de verdad y desarrollarte de manera plena y satisfactoria.

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