Droga, alcohol y vendajes

El alcohol y la cocaína fueron las sustancias que consumieron tres niños incas en los meses previos al día de su sacrificio, en un ritual conocido capacocha, hace 500 años. 

Así lo demostró un estudio publicado esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), en el que se analizaron los químicos del cabello de las tres momias que fueron descubiertas en 1999, en perfecto estado de conservación, cerca de la cima del volcán Llullaillaco, en la provincia de Salta, Argentina. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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El alcohol y la cocaína fueron las sustancias que consumieron tres niños incas en los meses previos al día de su sacrificio, en un ritual conocido capacocha, hace 500 años. 

Así lo demostró un estudio publicado esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), en el que se analizaron los químicos del cabello de las tres momias que fueron descubiertas en 1999, en perfecto estado de conservación, cerca de la cima del volcán Llullaillaco, en la provincia de Salta, Argentina. 

En la investigación, encabezada por el arqueólogo Timothy Taylor, de la Universidad de Bradford, en Reino Unido, se encontró que los tres niños –una adolescente, un niño de alrededor de siete años y una niña de entre cuatro y cinco años– habían consumido alcohol y hojas de coca un año antes de su muerte. 

Pero al realizar las pruebas forenses de las largas trenzas de la joven mayor, los investigadores encontraron que la ingesta de coca de esta adolescente de 13 años conocida como “La doncella” aumentó considerablemente aproximadamente seis meses antes de su muerte, y que su consumo de alcohol se disparó durante sus últimas semanas de vida. 

Estudios posteriores revelaron que fue alrededor de un año antes de su sacrificio cuando “La doncella” también modificó su dieta, que incluyó una mayor ingesta de proteína y maíz.

Según reportó la revista científica Nature, el patrón de consumo de ambas sustancias indica que una serie de rituales que la prepararon para su destino empezaron un año antes de que se le dejara morir, en la cima de una montaña que de más de 6 mil metros de altura. 

Andrew Wilson, coautor del estudio, especula que quizá este consumo simultáneo de alcohol y de coca fue un medio para sedar a la adolescente en las semanas previas a su muerte. 

Y a diferencia de otras momias incas, “en el caso de ‘La doncella’, no hay signos de violencia. Estaba muy bien cuidada: tiene una buena capa de grasa, tiene el cabello bien peinado y arreglado, y lleva hermosa ropa”, dijo a la BBC Emma Brown, investigadora del estudio. 

“Creemos que por la combinación del alcohol y el frío, (‘La doncella’) debió haber tenido una muerte tranquila”.

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