
DROC Jewelry, donde los sueños se convierten en joyería
Con una visión clara y un profundo respeto por la plata mexicana, la empresa mexicana crece al fusionar creatividad y tradición en piezas que cuentan historias únicas
Indigo StaffLos sueños pueden transformarse en plata, y DROC es la prueba de ello. Inspirada en el surrealismo, esta joyería mexicana fusiona arte y orfebrería para crear piezas únicas que parecen salidas de un mundo onírico.

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Con referencias a Salvador Dalí, Remedios Varo, Leonora Carrington y Pedro Friedeberg, sus diseños destacan por su originalidad y su elaboración completamente artesanal.
Tras dos años vendiendo en línea, DROC celebra la apertura de su primera tienda física, en la calle Colima 340, Roma Norte, Cuauhtémoc, un paso con el que hacen realidad su visión de convertir la joyería en una forma de expresión artística.
Diego de la Vega, director creativo y fundador, describe su proceso como un viaje donde las ideas nacen en papel, se trazan en dos dimensiones y luego cobran vida en metal gracias a la destreza de artesanos mexicanos.
“Todo el proceso es artesanal, es hecho por artistas que son los artesanos, quienes pueden manipular los materiales más duros del planeta y convertirlos en una obra de arte, pero las ideas salen de nuestros sueños, de cerrar los ojos y plasmar lo que imaginamos en un papel, dibujando y transformándolo directamente en metal”, explica Diego.
DROC apuesta por la plata mexicana, destacando su calidad superior: “mientras la plata esterlina estándar es .925, nosotros trabajamos con .936, lo que eleva su pureza y otorga un brillo único”, detalla Diego.

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Con esto, además de resaltar la belleza de cada pieza, también mantienen viva la tradición joyera del país, asegurando que todos los procesos y la mano de obra sean completamente mexicanos.
Cada colección, Dano Castello, DROC, Gerardo Piña, Ojos & Ojitos, Personalizados y Zaidorett es una exploración del arte y la imaginación, una declaración de identidad que eleva la plata mexicana con un brillo inigualable.
Además, DROC se ha convertido en una plataforma de colaboración con artistas nacionales. En febrero, presentarán una colección especial con nuevos diseñadores, explorando nuevas formas y texturas que evocan el surrealismo en su estado más puro.
Emprender en México representa un reto significativo, y Diego reconoce el esfuerzo y dedicación que ha requerido este proyecto.
“Yo empecé a ver todo este proyecto hace seis años, y desde que se juntó Piña conmigo, comenzamos a darle más cuerpo y más vida hace tres años. Llevamos dos años vendiendo y ha sido un éxito porque es una joyería surrealista con diseños vanguardistas y únicos. No tomamos ideas de Facebook ni de Pinterest, a diferencia de otras joyerías que sí lo hacen.
La disciplina y la constancia han sido fundamentales para el crecimiento de la marca. DROC Jewelry no sólo se define por sus inovadoraa piezas, sino por su capacidad para construir una comunidad vibrante. La marca ha logrado reunir a una red de entusiastas de la joyería, unidos por su pasión por el diseño y la artesanía. Los clientes de DROC se sienten parte de algo único, lo que ha cultivado una base leal y comprometida.
Además, su presencia en el mercado mexicano ha sido destacada por la originalidad e innovación de sus diseños, logrando que su tienda en línea se convierta en un referente para ciudades como Monterrey, Querétaro, Puebla, Mérida, Cancún, Tijuana, Culiacán, y muchas más.
“Este es el año en que la joyería se ha transformado en algo más grande y audaz. Para nosotros, la plata es un material único, que va más allá de lo convencional. Queremos destacar su esencia, seguir explorando nuevas posibilidades, creciendo e innovando constantemente. México es el mayor productor de plata a nivel mundial, y para nosotros, es un verdadero orgullo crear un producto completamente mexicano, reflejo de nuestra identidad y dedicación”, afirma Diego.
DROC jewelry ha sido reconocido por publicaciones como Vogue y Glamour, consolidándose como un referente en la moda y la alta joyería. Su expansión ya apunta a grandes ciudades como Nueva York, Tokio y Milán, posicionando a México en el mapa internacional del diseño de vanguardia.