Problemas de conducta en niños

Disciplina sí, castigo corporal no: UNAM sobre problemas de conducta en niños

Cada vez es más frecuente que menores de edad discutan con adultos, sean desobedientes y hasta agresivos, alertó la máxima casa de estudios

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que, en México, 20 por ciento de niños, en edad escolar, están en riesgo de padecer “severos problemas de conducta”.

Entre las actitudes más comunes de los menores con este problema se encuentran los berrinches, discusiones con los adultos, oposición, desobediencia, irritabilidad, enojo, agresión, resentimiento hacia las figuras de autoridad, inatención e hiperactividad.

Lo anterior, destacó la máxima casa de estudios, dificulta la inserción de los menores a la vida escolar, familiar y social en general; además, los pueden llevar a un desempeño o rendimiento escolar bajo.

“A ese proceder se le ha denominado trastorno oposicionista desafiante, fácil de identificar desde los dos años, cuando los infantes empiezan a ser parte de ambientes sociales como la escuela”, detalla la Gaceta UNAM.

Aunque no hay estadísticas que muestren cuántos menores lo padecen, “se sabe que más de la mitad tiene riesgo de recibir un castigo físico, y ese factor, entre las estrategias disciplinarias, es el que más se asocia con problemas de conducta”.

Para la académica de la Facultad de Psicología, Silvia Morales Chainé, los problemas de conducta son prevenibles si los padres optan por una crianza positiva.

“La disciplina de los padres en casa es primordial; un estilo irritable, explosivo, asociado con emociones negativas, puede empeorar la conducta inadecuada de los pequeños”, detalló.

Un estudio, realizado por la especialista de la UNAM, reveló que los problemas severos de comportamiento se vincularon con niveles elevados de castigo.

Un indicador asociado fue el castigo corporal: pegarles con la mano si hacen algo mal, ignorarlos o darles cachetadas cuando no se portan bien, quitarles premios o dinero, mandarlos a su cuarto, pegarles con el cinturón o gritarles.

“Los mismos padres de niños con conducta oposicionista reportaron los niveles de disciplina inconsistente más altos, que se caracteriza por el incumplimiento de amenazas de un correctivo, o que los pequeños los convenzan y se libren de ser castigados cuando hacen algo mal”, detalla el estudio.

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