Diana de Gales: de aristócrata a reina de los corazones

De aristócrata cuna, Diana, la princesa de Gales, llegó a ser la reina de los corazones de sus súbditos y del mundo entero
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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La princesa Diana de Gales ha sido, sin duda, el miembro más querido de la realeza británica, aunque su origen aristócrata la acercaba más a la realeza, con sus actitudes supo ganarse el corazón de sus súbditos y reinar en ellos para siempre.

Aunque siempre presente en la mente y las revistas del corazón, Diana de Gales vuelve a ser el centro de conversación después del estreno de la cuarta temporada de The Crown, el programa de Netflix que aborda la historia del reinado de Isabel II, quien fuera suegra de Lady Di.

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El drama se centra en esta ocasión en la llegada de Diana a la familia real británica, algunas veces con cierta crudeza que refleja la realidad de sus vivencia y otra veces tomándose libertades creativas para dotar de mayor dramatismo a la serie.

Su matrimonio con Carlos, príncipe heredero de la corona británica, la catapultó a la fama, fama que a haría la reina de los corazones de los británicos y de personas de todas las nacionalidades.

Su estilo al vestir, sus obras caritativas y sus infortunios amorosos, ocurridos a la vista de todo el mundo caracterizaron a esta mujer, nacida como Diana Spencer.

Aristócrata, maestra, princesa y reina de corazones

Diana Frances Spencer nació un 1 de julio de 1961, en Sandringham, Norfolk, Inglaterra. Nació de noble cuna pues si padre era Lord Spencer VIII conde de Spencer y de Frances Ruth Burke Roche, hija del barón de Fermoy, Mauricio Roche.

Desde antes de su nacimiento Diana estuvo ligada a a realeza pues a demás de pertenecer a la aristocracia y a la nobleza, sus dos abuelas fueron parte de la corte de la Reina Isabel, madre de Isabel II.

Las viscicitudes en su vida comenzaron a temprana edad, pues cuando tenía ocho años sus padres se divorciaron, llevando ante los juzgados una demanda por la custodia de sus hijos, la cual fue ganada por su padre.

Previo a su divorcio, la madre de Diana abandonó a la familia tras vivir una aventura extramatrimonial, lo que permitió a su padre hacerse más fácilmente con la custodia.

Aunque su padre se casó de nuevo en 1976, nunca llegó a convivir con su madrastra, aunque si compartía tiempo con su padre y su madre, con él viajando por todo el país y con su mama en la isla de Seil, donde residía.

Su desempeño escolar, más bien pobre, lo que indicaba poca probabilidad de que ingresara en la universidad, hizo que su padre la enviara unos meses a Suiza, para estudiar francés, confección, taquigrafía y mecanografía.

Con 18 años cumplidos Diana se independizó gracias a la herencia legada por su abuela materna, Fanny Work, con la que pudo adquirir un departamento de tres habitaciones en Londres.

Entre las ocupaciones que tuvo entonces para mantenerse destacan la pintura de paredes, el aseo de casas, la impartición de clases de ballet y profesora de educación preescolar.

Aunque sostuvo varios noviazgos con jóvenes de clase alta, todos ellos fueron intrascendentes, pues ella ya había puesto sus ojos en Carlos, príncipe de Gales hijo de la Reina Isabel II, a quien ya había visto en dos ocasiones.

A pesar de existir 13 años de diferencia entre ellos, su familia veía con buenos ojos la unión. Su abuela , Lady Ruth Fermoy, fue quien organizó que ambos jóvenes se conocieran, pues al ser cercana a la reina madre era algo que fácilmente podía conseguir.

La pareja comenzó a salir en 1980, para comprometerse en febrero de 1981. Así lo anunció el Palacio de Buckingham:

“Con el placer que la reina y el duque de Edimburgo anuncian el compromiso de su amado hijo, el príncipe de Gales, con Lady Diana Spencer, hija del conde Spencer y la honorable señora Shand Kydd”, rezaba el comunicado de la casa real.

Ella tenía 19 años y él 32 cuando el 29 de julio de 1981 contrajeron matrimonio en la Catedral de San Pablo, en Londres.

En su matrimonio, y después, Diana se destacó por su estilo al vestir, por sus obras humanitarias, al igual que por su carisma. Mujeres de todo el mundo imitaban sus peinados y estilismos.

Diana dio a luz al príncipe Guillermo en 1982, asegurando así la sucesión real. Enrique llegaría dos años después, en 1984.

La princesa dio a sus hijos una educación apegada al protocolo, especialmente a Guillermo como futuro rey, sin embargo, también les ofreció experiencias similares a las de cualquier niño de su edad como visitas a parques temáticos y restaurantes de comida rápida, además de involucrarlos en sus obras de caridad.

Fue a finales de a década de los ochentas cuando la relación entre ella y Carlos se deterioró gravemente. En 1995, la princesa reveló en una entrevista que padecía bulimia, que se autolesionaba y describió el estrés y ansiedad causado por el acoso de los periodistas.

Además de asegurar que no recibía apoyo por parte de la familia real, reveló sus infidelidades y un hecho ampliamente conocido: que Carlos la engañaba desde el principio de su matrimonio con su antigua amante, Camila Parker-Bowles, quien además se encontraba casada.

Tras asegurar que la monarquía debía modernizarse y vincularse más estrechamente con el pueblo, lo que le valió de ese momento en adelante el apodo de “la princesa del pueblo”.

El 28 de agosto de 1996 la pareja firmó el divorcio, y aunque Diana perdió la categoría de “Su Alteza Real” conservó su título de princesa de Gales y una residencia en Kensington, aunque tuvo que regresar la tiara regalada por la reina por motivo de su boda con Carlos.

Diana continuó por años con su labor filantrópica, hasta su muerte en 1997.

El 31 de agosto de 1997 Diana, quien mantenía una relación con el magnate Dodi Al Fayed, murió al lado de él y del conductor que los transportaba, Henri Paul, después de ser acosados por la prensa.

Paul perdió el control del automóvil en el interior del Túnel de l’Alma, en París, Francia, cuando la pareja paseaba por el país y fue detectada por periodistas del sitio.

El padre de Dodi, Mohamed Al-Fayed lleva años tratando de probar una probable conspiración por parte de la casa real británica para matar a su hijo y a Diana.

Aunque la Casa Real de Reino Unido no deseaba dar un funeral de Estado a Diana, la presión del pueblo los obligó a ofrecer exequias de esta clase a quien fuera la madre de quien un día podría ostentar la corona.

El funeral se llevó a cabo el 6 de septiembre de 1997 el pueblo dio el último adiós a uno de los miembros más relevantes de la realeza en los últimos años, quien supo ganarse el corazón de millones alrededor del mundo.

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